Recién creada la Real Calcografía, se comienza la publicación de la serie Retratos de los españoles ilustres, proyectada por la Secretaría de Estado en 1788 bajo los auspicios de Floridablanca, y que después continuarían Aranda y Godoy; fue un fundamental proyecto de la Calcografía y una de las razones de su creación. Y en él se puso un gran interés, abarcando todos los aspectos, tanto los artísticos como los más prácticos referidos al contenido y a los personajes.
La obra se publicó formando cuadernos. Fueron 114 retratos en cuadernos de 6 estampas cada uno, desde 1791 hasta 1819. A finales del siglo XIX, entre 1882 y 1889, se hizo un intento de continuar la publicación, aunque solo aparecieron 6 retratos más.
El primer cuaderno iba precedido de un prólogo a toda la obra, escrito por José Castañeda. Cada uno de los retratos iba acompañado de una hoja impresa con un epítome de la biografía del personaje.
La finalidad eminentemente propagandística de la obra hizo que el gobierno tuviera un férreo control sobre ella, tanto de los personajes que se incluían como del epítome que acompañaba a la estampa. Algunos fueron rechazados y se puso especial cuidado en equilibrar la publicación, con hombres tanto de armas como de letras. Era fundamental demostrar el poder militar de la nación y dar a conocer a los hombres que lo habían hecho posible, sobre todo en el extranjero.
La colección Retratos de españoles ilustres cumplía la doble finalidad de dar a conocer a los hombres importantes de la nación y a la vez fomentar y perfeccionar el arte del grabado. Dada la importancia y la envergadura que se quiso dar a la obra, se buscó a los mejores grabadores de la Real Academia de San Fernando, siendo Manuel Salvador Carmona, su director de grabado, el encargado de proponer a los de "más mérito": Fernando Selma, Francisco Muntaner, Joaquín Ballester, Juan Moreno Tejada, Mariano Brandi y Joaquín Pro.
La técnica empleada fue principalmente la talla dulce (aguafuerte y buril), -aunque hay algún grabado de puntos-, sobre matrices de cobre.
Toda la publicación mantiene la misma estética: Los retratos van incluidos dentro de un marco y bajo él, una leyenda con el nombre del personaje y unas breves pinceladas biográficas mostrando los principales meritos que les han hecho merecedores de formar parte de este grupo de Varones ilustres. En la parte inferior figuran –salvo alguna pequeña excepción- los nombres de los dibujantes y grabadores. En las fichas de las estampas se han transcrito fielmente estas inscripciones.
La Calcografía Nacional conserva también 95 de los dibujos preparatorios para grabar las estampas, lo que supone una gran mayoría de ellos. Próximamente también esta colección de dibujos se abrirá a investigadores y público en general para que pueda ser consultada.
En las fichas de las estampas, los interesados pueden consultar la bibliografía que les permita ampliar y profundizar en el conocimiento de esa obra.
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