Entre sus dibujos destacan las láminas de cabezas, donde el detalle aumenta la exactitud de la descripción. También son inéditas las vistas desde el lomo y vientre de ciertos peces, lo cual suplementa la información más habitual de solo uno de los costados dibujados frontalmente. Excepcionalmente también dibuja vistas de tres cuartos, simultaneando la información del lomo y costados de los peces. Asimismo, la pigmentación de los peces es un aspecto fundamental de su descripción y es una de las aportaciones novedosas de esta serie. De los modelos de Cros, realizados a la acuarela, solo 138 fueron trasladados al cobre por los grabadores Miguel Gamborino y Manuel Navarro.

La coordinación de este proyecto y la iluminación de sus estampas, fue encargada a Juan Bautista Bru de Ramón, disecador del Gabinete de Historia Natural, que acabaría acaparando el protagonismo al incluir su firma en las planchas, ocultando así al dibujante y a los grabadores, verdaderos autores de las imágenes.

La obra fue interrumpida al morir Carlos III, sin embargo, con la creación de la Calcografía Nacional en 1789, quien fuera su primer director, el grabador Nicolás Barsanti, se encargó de reunir las matrices y estampas de los talleres madrileños a los que la Imprenta Real había encargado las ilustraciones de sus distintas obras. Fue entonces cuando ingresaron en la Calcografía las láminas de cobre del proyecto de Sáñez, además de un importante conjunto de estampas, una parte de ellas iluminadas. Se trata por tanto de un proyecto inacabado pero que cuenta con una magnifica ejecución.

Con la catalogación de las estampas de Los Peces de los mares de España, se ha restituido la autoría de los grabados a sus verdaderos autores, cuyos nombres desaparecieron al firmar Bru las planchas. Además, se ha tratado de poner en valor un proyecto ecológico, en un momento en el que no existía ni el término, impulsado desde la Corona, pionero en toda Europa y surgido en el marco de la Ilustración.