Augán, FedericoBurdeos, Francia, ? - ?, ?


Nació en Burdeos (Francia). Comenzó sus estudios de Matemáticas para pasar después a los del ramo de todas las construcciones y a la formación de proyectos de obras de los ingenieros de puentes y calzadas. En 1816 cursó en París Arquitectura civil y la práctica de las obras, trasladándose más tarde a Bayona, donde residió durante cinco años ejecutando por cuenta del corregimiento diversos trabajos importantes en cuanto a su cantidad y calidad. Entre ellos podemos destacar la dirección de los conductos y la erección de una fuente pública; la construcción de su mercado, varias obras particulares para los vecinos de esa localidad como para la administración de su hospicio. Del mismo modo, en las ciudades de Burdeos (Francia) y otros departamentos proyectó y dirigió otras muchas obras, tanto públicas como privadas, relativas a la arquitectura civil e hidráulica.

En la década de los años treinta se afincó en Bilbao (Vizcaya) a fin de obtener el título de arquitecto por la Academia de San Fernando y poder ejercer la profesión en España. Con este objeto, el 11 de septiembre de 1834 solicitó de esta corporación su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de Un puente suspendido por cadenas de hilo de hierro (A-3648 y A-3649) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, acompañado de la copia de la patente que demostraba su  reconocimiento como arquitecto en Francia, un certificado del Ayuntamiento de Bayona señalando la ejecución de varias obras de su mano y la justificación de su conducta moral y política. Aparte de los diseños del «puente colgante de hierro con un arco movil para el servicio de una comunicación maritima por barcos de arboladura con todos sus detalles», presentó el pensamiento y la memoria artística de un «Hospital». Por entonces se comprometió a enviar otra memoria en la que estaba trabajando y que versaba sobre «la importante aplicación de los betunes, sus diferentes usos y utiles, las ventajas que de su adopción se siguen en las construcciones, sus costes y pesos comparativos».

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el  7 de octubre de 1834 examinó los dibujos y los documentos aportados y si bien no halló dificultad en admitir estos trabajos como obra de pensado siempre que el interesado se sujetase a los ejercicios establecidos que determinaba la ley del Estatuto, encontraba en la expedición del título varios requisitos sin cubrir y con un tono que hacía de Federico Augán poseedor de una mejor condición que los profesores españoles y más que los individuos del Real Cuerpo de Ingenieros.

La Junta acordó el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento, siendo admitido en la Junta Ordinaria del 12 de octubre de 1834. En estos momentos le sortearon los programas de repente, tocándole en suerte los números 93, 88 y 61 que respondieron respectivamente: «Planta, alzado y perfil geometrico de un templo de cruz griega de ambito proporcionado para doscientos y treinta vecinos», «Un ódeo ó pequeño teatro solo para musica, dispuesto y adornado de modo que ésta haga todo su efecto. Planta y alzados» y «De un coliseo publico para la corte de Madrid, diseñar la planta y corte por ancho donde demuestre la fachada de la embocadura; todo de un tamaño perceptible». De los tres asuntos eligió el nº 93, es decir, una Iglesia de cruz griega para 230 vecinos (A-4666), cuya elección comunicó el 17 de octubre.

La Junta de Examen tuvo lugar la tarde del 24 de octubre de 1834, asistiendo a ella como vocales Custodio Moreno, Miguel Fernández de Loredo y Juan Miguel de Inclán. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente, se vio este último  falto de inteligencia y conocimientos artísticos, tanto en su ejecución demostrativa como en el alzado y la sección que le fueron exigidos, motivos por los que fue reprobado en la clase de maestro arquitecto.  A su parecer,  el problema había radicado en que este ejercicio era enteramente nuevo para un extranjero y al estar  «poco versado en esta costumbre se sobrecogió y aunque procuró serenarse no pudo desempeñar la prueba con la correspondiente maestría».

Los resultados obtenidos no desanimaron al pretendiente porque el 8 de noviembre de 1834 Augan solicitó nueva prueba de repente para la misma clase. En vista de que era un profesor extranjero, la Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el 14 de noviembre  no halló inconveniente en que la Academia le concediese dicha gracia, siempre que los asuntos de repente fuesen diferentes a los que le habían tocado anteriormente. Conforme a la opinión de la Junta fue admitido el 16 de noviembre, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. En esta ocasión le tocaron en suerte los números 62, 48 y 50, los cuales respondieron respectivamente: «Para una Parroquia  de las principales de esta corte, inventar el Altar mayor en un Presbiterio de cuarenta pies de ancho y el alto y fondo proporcionado; diseñado en planta y alzado, de modo que sean perceptibles todas sus formas y partes», «Una casa de campo para un señor de titulo con jardines y estanques de recreo y pesca: planta, fachada y corte geometricos» y «Un Portico que represnte la fachada de una catedral con dos torres laterales. Planta, fachada y corte». De los tres asuntos eligió el nº 48, es decir, Una casa de campo para un señor de título, con jardines y estanques de recreo y pesca (A-1863), cuya elección comunicó el 1 de diciembre.

La Junta de Examen tuvo lugar el 13 de diciembre de 1834, asistiendo a ella los mismos vocales que la junta anterior. Cotejada la prueba de pensado con la obra  de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Augán principió este nuevo ejercicio explicando las obras de un hospital para después pasar a su obra rápida, por cuyo motivo se detuvo en los estanques y en la ría, la nivelación, los rozamientos, las formas y perfiles de un canal o ría y en la hidráulica. Enseguida se adentró en la mecánica y la maquinaria, en cuyas ciencias demostró un control poco común. A continuación, los profesores le formularon varias preguntas acerca de las proyecciones sobre los diferentes planos, las secciones cónicas, las cuatro curvas principales y sus propiedades; las operaciones y consideraciones que un arquitecto debía tener presentes para ejecutar una casa habitación cómoda y sólida, adentrándose por ello en los espesores, la forma y el origen de las bóvedas. Posteriormente explicó  la medida de las superficies y los sólidos, el replanteo y las operaciones necesarias para llevar a cabo una obra, para finalmente adentrarse en la disposición de una fábrica de arquitectura sencilla, sujeta a las características de robustez, medianía y delicadeza.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas como con las explicaciones y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas, le hallaron hábil para ostentar  el título de maestro de obras, grado que le fue concedido por uniformidad de votos en la Junta Ordinaria del 25 de enero de 1835.

Atendiendo a la Real Orden de 25 de enero de 1834 por la que tanto la Academia de San Fernando o sus juntas delegadas en las provincias como las academia de la misma clase de San Carlos de Valencia, San Luis de Zaragoza y la Concepción de Valladolid eran los únicos organismos capacitados para examinar y aprobar a los pretendientes al título de agrimensor y aforador, Federico Augán solicitó de la Academia de San Fernando el 18 de marzo de 1837 el ser habilitado en esta clase para poder desempeñar las mediciones de tierra y demás particularidades que incumbían a los agrimensores. Vista la solicitud del arquitecto, se acordó expedirle el grado sin otro requisito que la del abono de los derechos que prefijaba la Real Orden del 15 de abril de ese mismo año.


Fuentes académicas:

Comisión de Arquitectura. Agrimensores, 1830-1857. Sig. 2-20-8; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816.1900. Sig. 3-154, nº 169; Secretario general. Maestros Arquitectos, 1834. Sig. 2-4-4.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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