Hijo de Antonio Avellano y Rosa del Hoyo nació en Omoño, merindad de Trasmiera (Cantabria), el 22 de noviembre de 1804 siendo bautizado el 30 del mismo mes en la iglesia parroquial de dicha localidad. Ejerció la profesión durante algunos años en Reinosa (Palencia) donde desempeñó varias comisiones para su Ayuntamiento, como la dirección y ejecución de obras civiles e hidráulicas. Podemos destacar entre ellas, una de las casas principales de esa villa y un almacén; las casas de Isidro del Campo, Miguel Martínez, José María Barona y Manuel Pombo, además de otras tantas dentro y fuera de la ciudad.

El 4 de marzo de 1833 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras, presentando como prueba de pensado el proyecto de una de Una casa consistorial para una ciudad, con cárcel para hombres y mujeres, escribanías, capilla, sala capitular, etc. (A-2879 y A-2880), con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la certificación de práctica y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 5 de marzo de 1833 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 10 de marzo, fecha en la que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 2, 5 y 24, los cuales respondieron respectivamente: «Casa para Almacen de maderas arregladas por crujias á los largos de cada clase de aquellas, con habitación para el Administrador y cuarto para un Mozo. Planta, fachada y corte», «Una casa de campo y labranza para un caballero particular. Planta, fachada y corte» y «En un sitio de forma rectangular que tenga 60 pies de latitud por 120 de longitud, disponer una casa compuesta de piso bajo y principal para un caballero con familia y que necesite tener habitación separada de la de su muger é hijos; cuartos para dos criadas y cuatro criados, cochera, cuadra y Patio. Se hará demostrandolo en dos plantas, fachada y corte». De los tres asuntos eligió el nº 2, es decir, un Almacén para depósito de maderas (A-2381), elección que comunicó a la institución académica el 15 de marzo.

La Junta de Examen tuvo lugar el 20 de marzo de 1833, asistiendo a ella como vocales Juan Antonio Cuervo, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno, Miguel Fernández de Loredo y Martín Fernández de Navarrete. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Avellano principió este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores sobre la aritmética, las operaciones de los números quebrados decimales y las proporciones. Después sobre geometría, motivo por el que explicó las líneas y las que podían considerarse en el círculo, como la proporción del diámetro a la circunferencia, la medida de la superficie del círculo y un paralelogramo. A continuación, las circunstancias para la edificación, el buen terreno, los materiales aptos en cada caso y el grueso que era necesario en las paredes; las bóvedas y el modo de construirlas; la medida de una casa y sus habitaciones; la elipse y las curvas que resultan de sus secciones; las pechinas y su origen. Por último, la formación de una media naranja y las operaciones necesarias para consolidar el terreno sobre el que se va a edificar.

No obstante, según otras fuentes documentales se le hicieron otro tipo de preguntas asimismo relacionadas con la profesión: los ángulos y sus medidas; las verticales, los aplomos y el modo de levantar una perpendicular sobre una línea dada; los triángulos y sus superficies; el cuadrado y los paralelogramos; los prismas, la medida del circulo, el cilindro, la pirámide, la esfera y su solidez. También sobre las armaduras y el modo de formarlas; el método para replantear un edificio con arreglo al plano de sus nivelaciones; la diferencia de niveles y su uso; la cal y los materiales que debían utilizarse para la fábrica de las paredes, su trabazón y aplomo; las bóvedas y en particular las vaídas y las pechinas; el modo de consolidar un terreno para asegurar los cimientos; la resistencia de los arcos y las piedras según su colocación, etc. 

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron hábil para ostentar el título de maestro de obras, grado que le fue concedido por uniformidad de votos en la Junta Ordinaria del 21 de abril de 1833, a los 28 años de edad. En otra fuente documental se reseña como fecha de obtención del título  la Junta Ordinaria del 22 de abril de 1833 y  distinta edad del pretendiente, en esta ocasión 32 años en vez de los 28 anteriormente señalados.

Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1833. Sig. 2-17-1; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818-1886. Sig. 2-156, nº 93.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM