Hijo de José Bolado y Manuela Fernández, nació en Herrera (Sevilla), aunque según otras fuentes en Herrera (Santander) hacia 1828. Ya instalado en Madrid residió en la calle Olivar, nº 21 bajo derecha, siendo abonado por Toribio Navales que vivía en la calle Mayor, nº 19, tienda de paños. El 30 de mayo de 1855 solicitó su admisión al examen final de carrera para la obtención del título de director de caminos vecinales, en vista de que había aprobado los tres años en la enseñanza de maestros de obras y directores de caminos vecinales y tenía la edad reglamentaria como constaba en la fe de bautismo que presentaba. Dicho título le fue concedido en junio de 1855, pero el 31 de julio de 1855 le sería otorgado además el grado de maestro de obras, a los 27 años de edad, tras presentar como ejercicio práctico el proyecto de Un camino (A-3761).
Por la Real Orden del 5 de octubre de 1855 y dados los expedientes de examen para los directores de caminos vecinales remitidos por la Academia a la Dirección de la Escuela (Juan Bolado y Fernández, José María Sanz, José San Juan y Blanco, Indalecio de Alzaa y Cristóbal Lahuerta) y la de los maestros de obras (Manuel Otero y López, Eduardo Martínez y García, Pedro del Villar, Ezequiel Hernández y Martínez y Sabino Manuel de Soba y Reyes), la Academia dispuso que fuesen devueltos a su instituto, a fin de que los interesados arreglasen los pagos de los títulos respectivos a lo dispuesto en los artículos 4º. 6º y 18 del Reglamento del 16 de julio de 1852.
Respecto al pago de los títulos, hubo una gran polémica debido a que el 4 de enero de 1856 José Caveda señaló en un escrito que los expedientes de los alumnos que fueron de la Academia y que respondían a Manuel González del Valle, Juan José de Izaguirre, Pedro Lahuerta, Vicente Mendoza, Pedro Romeral y José Salvany, en vez de pagar los 500 reales por sus títulos habían abonado tan sólo 60, por lo que la Reina había ordenado la reintegración de los 440 de diferencia que les quedaba por pagar. Ante este hecho, se tiene constancia que el 8 de ese mismo mes de enero de 1856, Sanz envió una instancia a la Academia de San Fernando solicitando para él y en nombre de otros compañeros que «al expedirles el título de Directores de Caminos Vecinales ó de Maestros de Obras, se les admita en cuenta la cantidad que tienen satisfecha por el título de Agrimensor, y que á los que posean uno de los títulos de Directores de Caminos vecinales, ó de Maestros de Obras, se les espida el otro con solo abonar sesenta reales: Considerando que las razones que (adme- [no legible]) fundandose en el Rl Decreto de 7 de Setiembre de 1848 que en esta parte tenia el carácter de provisional según se desprende del artº 5º, quedaron deregados por Real decreto de 31 de Octubre de 1849: Vistos tambien los articulos 4º, 6º y 18 del Reglamento de 16 de Julio de 1852, la Reina (q.d.g.) se ha servido desestimar la instancia, disponiendo que al tenor de dichas disposiciones se satisfagan trescientos veinte reales por derechos del título de Agrimensor: Mil por el de Maestros de obras ó Directores de Caminos vecinales: quinientos el que obteniendo el de Maestros de Obras aspire al de Director de Caminos vecinales, ó vien veria, previas las formalidades establecidas, y trescientos reales los que obteniendo cualquiera de estos dos titulos, pretenda el de Agrimensor».
Finalmente, el 16 de agosto de 1858 fueron remitidos desde el Ministerio de Fomento a la Secretaría General de la Academia tres títulos: el de maestro de obras y director de caminos vecinales a favor de Juan Bolado y Fernández y uno de agrimensor a favor de Eduardo Pelayo y Gomi, los cuales fueron recibidos por dicha institución el 19 del mismo mes.
Comisión de Arquitectura. Directores de caminos vecinales, 1851-1859. Sig. 2-20-1; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 153-1855. Sig. 2-19-5; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818-1886. Sig. 3-156, nº 257; Secretario general. Matrículas, 1848-1859. Sig. 5-80-1-46.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM
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