Natural y vecino de Cádiz, nació hacia 1795. Desde muy joven se dedicó a la profesión de su padre, la albañilería y cantería, hasta que en 1806 entró a estudiar como alumno en la Academia de Nobles Artes de Cádiz. En esta corporación asistió por las noches a los estudios de Arquitectura y Principios de matemáticas con gran aprovechamiento. Del mismo modo, obtuvo 5 premios, aplicándose al mismo tiempo en la copia de los tratados de Vignola, Vitruvio y Paladio, como en otros diseños de obras aprobadas, entre ellas la «Cofia del Tabernaculo del Escorial», primer asunto correspondiente a la oposición de los exámenes de 1833.

Llegó a ser «maestro tolerado» en Cádiz, pero en su deseo por cumplir con las reales órdenes y obtener el título de maestro de obras se trasladó a Madrid en 1833, donde permaneció algunos meses para seguir estudiando la carrera como discípulo en la Academia de San Fernando y aprender los conocimientos que le faltaban.

El 2 de noviembre de 1833 este profesor gremial solicitó de la institución académica su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras, presentando como prueba de pensado el proyecto de Uno de los varios almacenes que son siempre necesarios en un puerto de mar como el de la ciudad de Cádiz (A-2382 y A-2383) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la certificación de sus estudios en la Academia de Cádiz firmada por Francisco Javier Álvarez Campana y Amat, consiliario secretario de la misma, además de la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 5 de noviembre de 1833 examinó la obra y los documentos presentados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 10 de noviembre, momento en el que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 14, 42 y 44, los cuales respondieron respectivamente: «En un sitio regular y comodo de una poblacion de 500 vecinos se trazará en planta y alzados una Escuela de primera educacion, de modo que la habitacion del Mro unida al mismo edificio, tenga la entrada separada de la Escuela», «Disponer un Patio ó Galeria circular sin orden de Arquitectura. Planta y alzado interior» y «En planta, alzado y corte y sobre un rectangulo de 50 pies de fachada y de 80 de fondo se demostrará una casa con destino á Estafeta ó Correo para una villa de dos mil vecinos y habitacion para el Administrador». De los tres asuntos eligió el nº 14, es decir, una Escuela primaria para una población de 500 vecinos (A-713), elección que comunicó el 12 de noviembre.

La Junta de Examen tuvo lugar el 18 de noviembre de 1833, asistiendo a ella como vocales los profesores Juan Antonio Cuervo, Juan Miguel de Inclán y Custodio Moreno. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico.  Bravo principió este nuevo ejercicio tratando las figuras regulares e irregulares, pasando después a explicar las líneas horizontales y verticales, como el método para levantar y bajar perpendiculares. Enseguida narró sus estudios teóricos y prácticos en la escuela de Cádiz al lado del profesor Benjumeda, para adentrase en las doctrinas y los conocimientos de los triángulos, el círculo y su medida, así como en el de otras figuras. Continuó con la medida de las superficies y los sólidos, la práctica del replanteo, el trazado de la montea, la formación de las bóvedas (arista, rincón de claustro, vaídas, pechinas y medias naranjas) y los arcos en todas sus especies, incluyendo el elíptico y su formación aplicada a la vuelta de cordel. Finalmente se adentró en otras cuestiones relacionadas con la práctica y los requisitos de la buena construcción, el conocimiento y la elección de los materiales, el asiento de la piedra y la madera.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las explicaciones dadas le hallaron hábil para ostentar el título de maestro de obras por uniformidad de votos, grado que le fue concedido en su Junta Ordinaria del 15 de diciembre de 1833, a los 38 años de edad.

Años más tarde fue remitida a informe de la Academia una exposición fechada a mediados de 1849 en nombre de los familiares de tres oficiales de carpintero muertos a consecuencia de un hundimiento acaecido en la obra de reparación de una casa situada en la ciudad de Cádiz, cuya dirección había corrido a cargo de Bravo. En ella señalaban como culpable de la desgracia a la impericia y la falta de previsión de este maestro de obras, del que señalaban que «su abandono y continua embriaguez se ha hecho indigno del titulo con que en otro tiempo le honró esta Academia, hallandose en el dia enteramente supeditado à meros oficiales que á su sombra y bajo su nombre dirijen las obras con tan tristes resultados». Con este escrito se pretendía que la Academia recogiera el título a Cayetano Bravo a fin de evitar nuevas desgracias, pero ante esta petición la Sección de Arquitectura reunida el viernes 3 de agosto de 1849 contestó que este no era su cometido sino el de un tribunal de justicia a quien correspondía elevar la queja.

Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1833. Sig. 2-17-2bis; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818-1886. Sig. 3-156, nº 104.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM