Chávarri Santa Marina, Manuel Ángel deIzoria (Álava), ? - ?, ?


En el Libro de Matrículas de 1784-1795, aparece bajo el nombre de Manuel Ángel de Chávarri un alumno natural de Izoria (Álava), hijo de Francisco de Chávarri y Manuela Santa Marina, matriculado en la Academia de San Fernando el 9 de septiembre de 1793, a los 25 años de edad. En 1799 solicitó de la corporación académica la pensión que estimase oportuna concederle, debido a que la beca que disfrutaba de la provincia de Álava, dotada de 9 reales diarios, le había sido suspendida al encontrarse la provincia muy retrasada y haberse suspendido todas las obras y pensiones por decreto de la Junta General celebrada en noviembre de ese mismo año. En este escrito presentado al protector Mariano Luis de Urquijo, expuso que se hallaba cursando el 2º curso de Matemáticas en la Academia, que había obtenido parte de los conocimientos de Geometría Práctica y los principios de Arquitectura en la sala de arquitectura bajo la dirección de Pedro Arnal, pero que al no poseer los principios de dibujo como necesitaba cualquier arquitecto había pasado a cursar dicha asignatura donde en esos momentos se encontraba necesitado de una ayuda para poder acabar la carrera. Asimismo indicaba que su falta de recursos económicos le había llevado a trabajar de práctico oficial de marmolista, oficio que tuvo que dejar al restarle tiempo en su aplicación en la arquitectura y matemáticas, lo que podía ser verificado a través de Antonio Rodríguez, maestro de marmolistas del Real Gabinete de Historia Natural.

Debido a que tuvo que estudiar y trabajar al mismo tiempo, asistió los cuatro primeros años a los estudios por la noche, pero aún con todo ello fue uno de los discípulos más distinguidos por su puntualidad en la asistencia y el desempeño de los ejercicios propios de las matemáticas, como bien certificó Magín Vallespinosa el 24 de diciembre de 1799. Contando con estos antecedentes, el Rey le concedió el 3 de en enero de 1800 una pensión diaria de 8 reales de vellón por espacio de tres años sobre el fondo de la Renta de Correos.

A partir de estos momentos, estudió los tratados de Matemáticas Puras y Mixtas que enseñaba en la Real Academia el catedrático Magín Vallespinosa, habiendo estudiado entre 1798 y 1799 la misma disciplina con el mismo profesor. Durante ese tiempo se instruyó también en el lavado de planos y formó los borradores del proyecto de una Real Cárcel con destino a esta Corte, bajo la dirección de Antonio Aguado, teniente de maestro mayor de Madrid, con cuyos planos intentó recibirse en la clase de maestro arquitecto.  Antes de terminársele la beca, solicitó en octubre de 1802 una prórroga de la pensión hasta tener trabajada la obra de pensado para obtener el título de maestro arquitecto, solicitud que el rey sirvió concederle el 4 de diciembre denegándole cualquier otra prórroga que quisiese disfrutar.

Gracias a una certificación firmada por Antonio López de Cadiñanos fechada en Briones el 26 de septiembre de 1803, tenemos constancia que durante el tiempo que residió Chávarri en dicha villa trabajó en las obras del espolón de la fortaleza bajo el plano que, de real orden del Supremo Consejo, había formado el académico de mérito Fernando de Lara, y que intervino como aparejador en las grandes obras ejecutadas en su iglesia parroquial.

El 14 de junio de 1803 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de una Cárcel real con tribunal criminal para Madrid según Real Orden (del A-937 al A-940), con su correspondiente informe facultativa y el avance detallado del coste de la obra. En la memoria descriptiva indicó las excelencias de ciertos edificios que le sorprendían por su buen gusto, como eran los palacios de los emperadores, las casas de campo, los hospitales, los coliseos, las aduanas y demás edificios públicos, pero también aquellos cuyos interiores le dejaban horrorizado. Entre estos últimos destacaba las cárceles, objeto de su proyecto, al ser edificios que reunían tenebrosos calabozos, la miseria, malicia e hipocresía de los alcaldes, es decir, una serie de escenas lastimosas que debían ser socorridas. En palabras del autor, «Este contraste de escenas qe se presentaron á mi imaginación fueron la causa para que eligiera para mi asunto una carcel Real con destino à Madrid; pero la empresa era muy ardua por tener que convinar la seguridad y salubridad en este edificio, dos puntos que son quasi enteramente opuestos: No obstante, à pesar de todos estos obstáculos que se me presentaron los fui arrostrando y llegué à formar mis planos, no se si habre desempeñado este punto según mis deseos. Y desvelos, para cuyo fin he recorrido quantos Autores he podido hallar que tratan de estos edificios, y de no haberlo hecho seria insensible a las voces de la humanidad».

No omitió sucesos horribles ocurridos en cárceles del mundo entero, entre ellos el sucedido en la India en 1756, cuando 145 ingleses fueron hechos prisioneros de guerra y encarcelados en un calabozo de 18 pies en cuadrado, lo que provocó su muerte a las 12 horas, o el ocurrido en Oxford en 1559, cuando las condiciones higiénicas de algunos reos llevaron a la muerte a varios jueces en el mismo momento en que eran juzgados en el tribunal. Tampoco el acontecido en Londres en 1750, con motivo de una calentura pútrida proveniente de unos malhechores que habían estado encerrados en unos calabozos mal ventilados y provocaron la muerte de varios jueces y algunos espectadores oyentes en su tribunal, o el sufrido por los ciudadanos de París en 1753 tras ser expuestos a la epidemia del escorbuto proveniente de la cárcel denominada «Le Gran Châtelet», que sería destruida en 1808 por orden de Napoleón, construyéndose sobre sus ruinas la Plaza del Châtelet y el Teatro del Châtelet, este último inaugurado en 1862.

Después de hacer un exhaustivo estudio sobre los edificios carcelarios (terreno sobre el que se elevaban, distribución, higiene, etc.), se centró en su construcción, decoración y los materiales utilizados en ellos (la piedra, el ladrillo, la cal, la arena, las mezclas, el yeso y el hierro), para finalizar con el presupuesto que tendría su obra en caso de ser levantada.

La Comisión de Arquitectura reunida el 16 de junio de 1803 examinó los planos y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 3 de julio de 1803, momento el que le fueron sorteados los programas de repente. De los tres que le tocaron en suerte eligió «Una magnifica entrada de Jardin público con dos alas de galería en arcos, donde habrá sus bancos para descanso, y para cubrirse de alguna lluvia, colocando dos estancias para guardas: planta, alzado y un corte», obra inventariada bajo el título Entrada de jardín público con galería para recreo público (A-3548).

El examen teórico tuvo lugar en la Junta Extraordinaria del 7 de julio de 1803, asistiendo a ella como vocales  los profesores Arnal, Aguado, Varas y Bosarte, este último en calidad de vocal secretario. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen. Los examinadores le cuestionaron al pretendiente varias preguntas sobre sus  ejercicios prácticos, como acerca de las partes esenciales de la teoría y práctica de la arquitectura.

Concluído el examen de preguntas Chávarri salió de la sala para poder proceder a la votación secreta, de la que resultó reprobado por no haber desempeñado satisfactoriamente el ejercicio de repente. La Academia aprobó el dictamen de la Junta de Exámen en su Junta Ordinaria del 7 de agosto de 1803 y acordó dar nuevos programas al interesado en cuanto lo solicitase.

A través de un oficio remitido a la Academia el 10 de agosto del mismo año de 1803 sabemos que no pudo presentarse a la siguiente junta celebrada para este fin, al padecer unas calenturas intermitentes que le causaron trastornos mentales y que fueron certificadas por Fonseca, cirujano de la corte. Este motivo le llevó a solicitar de la corporación académica la dispensa de este ejercicio hasta que estuviese totalmente reestablecida su salud. No obstante, en el transcurso de su enfermedad formó varios planos de una casa de corrección para que la Academia viera sus adelantamientos en este tiempo que había mediado. Estos diseños fueron censurados en la Junta Ordinaria del 1 de enero de 1804 cuando ya estaba reestablecido de su enfermedad, por lo que la corporación acordó señalarle día para poder desarrollar el resto de los  ejercicios de reglamento.

Fue examinado en la Junta Extraordinaria del 25 de enero de 1804, junta a la que asistieron como vocales Arnal, Cuervo, Casanova, Varas y Bosarte. Estos profesores volvieron a cotejar la prueba de pensado con la obra de repente previamente reprobada. Después de preguntarle sobre varios puntos de la distribución de su cárcel como acerca de la arquitectura en general y sus principios científicos, se le hizo salir de la sala para poder proceder a la votación secreta. Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron hábil para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 5 de febrero de 1804.

A principios de 1805 trabajó el proyecto de una iglesia parroquial para Villoslada de Cameros (La Rioja), que fue reprobado por la Academia en la Junta de la Comisión de Arquitectura del 3 de octubre debido a sus ornatos y la escasa superficie concedida al  templo, hecho por el que se le comunicó: «que no podia la Academia aprobar este proyecto por varios defectos de economia y de decoro qe ha observado en èl. La superficie qe necesitan las personas de Comunion de este pueblo para de 4800. pies, y lo que se les ha destinado en este proyecto apena llega á quatromil, pues lo restante hasta doce mil sesicientos y mas pies que ocupa el edificio, está convertido en algunas partes útiles y en otras qe no son de necesidad: estas son dos torres, dos piezas de diezmos, dos escaleras sin las del atrio, y ademas lo qe tienen de exceso los macizos de la planta. Esta poca economia es reprobable en todas ocasiones pues se abandona lo principal por atender à lo accesorio, hace monstruosas las fábricas con viciosa superffluidad que suele ser causa de no verificarse los proyectos. El uso de pilastras por objeto principal de la decoracion está reprobado entre los partidarios del buen gusto, y mucho mas usadas sin acompañamiento de buenas proporciones, como se ve en lo interior de la iglesia, en la fachada, y principalmente en las torres de orden corintio; el qual se debe suprimir aplicandolo á objetos mas notables y delicados que en un campanario, y se hace mas reparable por la enorme proporcion de los cuerpos que adorna mas altos que la conclusion de la medianaranja, debiendo en el caso preferente quedar interiores. Los remates de la fachada y de los altares como todo el dibuxo de figura mejor no señalarlo para no avergonzar á su A. ni desacreditar á la Academia, la qual es del parecer que se formen nuevos diseños para esta obra mas sencillos, de orden menos costoso, observando en ellos las reglas de economia arquitectonica, y decoro que corresponde y se advierten en los buenos modelos del arte». 

Este dictamen hizo que presentara el 12 de mayo de 1806 otros nuevos dibujos en borrador arreglados a las correcciones que se le habían indicado, pero en esta ocasión la corporación le indicó que debía buscar una forma más regular para la iglesia, como por ejemplo un paralelogramo; que en los arcos torales faltaba la boquilla que les sirviera de formero a fin de asentar la bóveda baída; que en las armaduras se notaba el estribado de los pares fuera de los macizos y que el pórtico debía correr por todo el ancho de la fachada, lo que significaba que debía corregir los planos y volveros a remitir para su total aprobación.

Ante la reprobación de sus diseños para la parroquial de Villoslada, se dirigió a Isidro Bosarte el 8 de junio de 1805 con las siguientes palabras: «Muy Sor mio, ya ves quanto hay que estudiar para llegar è ser un mediano Arquitecto á cuyo grado no he podido llegar, pero con estas lecciones procurare no desperdiciar el tiempo: yo espero en lo sucesivo que no seran tan despreciables mis planos como han sido los que acaba de censurar la Academia, pues remitire los borradores confidencialmente para su censura, antes de que hayan por el Consejo [...]».

Tres años más tarde remitió el expediente relativo a la reparación del puente sobre el río Tirón en la villa de Leiva (La Rioja), cuyos diseños fueron aprobados en la Junta de la Comisión del 1 de mayo de 1807, no sin antes advertirle que hiciese «á tiempo el apeo correspondiente en el arco de 90 ps que se ha de conservar, hasta tanto que esté cerrado el inmediato y macizadas las enjutas», mientras que el 4 de junio lo serían sus tres diseños para la iglesia parroquial riojana de Villoslada de Cameros.

Años más tarde realizó el mapa de la batalla de Vitoria acontecida en 1813 (1915), que comprendía parte del partido judicial de Vitoria (Álava) y el término municipal de La Puebla de Arganzón (Burgos), además de varias vistas de la ciudad de Vitoria. También el proyecto de la torre para la iglesia parroquial de Ullibarri Gamboa (Álava), cuyo coste había calculado en 30.000 reales de vellón. Este último fue aprobado por la Comisión el 2 de junio de 1818 con la única advertencia de que dibujase con mejor gusto y proporción los jarrones del remate colocados sobre el zócalo de la cúpula. En esta misma junta también sería censurado su diseño en borrador para la nueva iglesia parroquial de Olabazar (Álava), templo que en palabras del presbítero y cura beneficiario del lugar se encontraba arruinado desde 1808 por el ejército napoleónico y consistía en un «quadrilongo como de 50 pies de largo, 24 de ancho y el tejado, sin vovedas, capillas, ni retablos, con el altar maior en medio del frontis, sus dos colaterales, y las efigies de los Santos metidas en la pared […]». La iglesia había sido reconocida el 18 de octubre de 1816 por el maestro de cantería Juan Manuel de Sarachaga y el maestro de albañilería Manuel de Yrabier, como por los maestros de carpintería Manuel de Eguía y Bernardo de Montalbán, quienes declararon su absoluta ruina. En este momento Humarán aprovechó la ocasión para solicitar de la Academia si debía poner en limpio el proyecto de la nueva iglesia o si por el contrario bastaba con presentar el plano de las reformas ya existentes. Ante esta petición, se le contestó que una vez acordado por los interesados los fondos con los que se contaban «siempre que la antigua Yglesia admita reformas con utilidad de aprovecho se atempere á la mayor economia pero que si absolutamente es inservible forme nuevo plan mas sencillo y de mejores proporciones que el presentado».

Posteriormente, el presbítero Valentín Matías de Gabiña, cura beneficiario del lugar de Olabazar, remitió a la Academia una solicitud para que el maestro Chávarri presentase los diseños de la iglesia que desde hacía diez meses se le había encargado y que con multitud de pretextos tenía detenida su ejecución. Era de la opinión que si no podía llevarla a cabo fuese repuesta  conforme a lo informado por los albañiles, canteros y carpinteros que la habían reconocido el 18 de octubre de 1816, pero la Comisión de Arquitectura reunida el 5 de agosto de 1818 acordó que si Chávarri no había despachado aún los dibujos con la prontitud deseada podía valerse de otros arquitectos de las inmediaciones, ya que era la única provincia en la que más arquitectos se conocían.

Durante 1820 diseñó el pórtico y la torre para la iglesia de «Echevarri -Urtupiña» (Álava), obra aprobada por la Comisión de Arquitectura el 5 de abril de 1820 y por la Academia el 9 del mismo mes, dada su forma regular y buena disposición. Del mismo modo, el 27 de noviembre de 1825 lo fue su proyecto de regadío para las villas de Aldeanueva de Ebro, Rincón de Soto y la ciudad de Calahorra, todas ellas en La Rioja, advirtiéndole que de adaptarse sería preciso contar con los vecinos propietarios de Calahorra, Murillo, Rincón y demás lugares por donde fuera a pasar el cauce debido a los perjuicios que pudiera causar.

El 23 de junio de 1826 remitió a informe desde Vitoria los planos en borrador de la nueva iglesia parroquial para la villa de Peralta (Navarra), que fueron censurados y aprobados por la Comisión el 7 de julio. Los diseños en limpio lo serían el 30 de octubre y por la Academia en la Junta Ordinaria del 5 de noviembre, sin embargo, se le comunicó al interesado no poderlos aprobar en su totalidad hasta que no viniesen con la carta oficial del párroco, el cabildo o la persona que había encargado la obra, como estaba mandado y acordado por la Academia en la circular expedida en la Junta Ordinaria del 2 de marzo de 1800. Respecto a este asunto, y en vista de estar Chávarri enfermó, su mujer e hijo Manuel Jorge de Chávarri enviaron sendas cartas a la Academia para solicitar la total aprobación de los planos a fin de dar comienzo la obra.

Posteriormente le encontraremos diseñando el plano para la nueva población y el muelle de la ciudad de Santander, el cual sería censurado por la Academia en la Junta Ordinaria del 14 de marzo de 1841.


Fuentes académicas:

Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1801-1816 y 1824. Sig. 2-33-3; Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1817-1826. Sig. 2-33-4; Arquitectura. Pantanos, acequias y cauces de riego, barrancos, lagunas, paredones, malecones, etc., 1787- 1859. Sig. 2-31-1; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1803-1805. Sig. 4-68-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1803. Sig. 1-28-4; Comisión de Arquitectura. Informes, 1806. Sig. 1-29-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1807. Sig. 1-29-4; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808-1822. Sig. 1-29-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1803-1818. Sig. 3-87; Secretario general. Catálogo de las obras de profesores de arquitectura aprobados de maestros arquitectos, 1793-1855. Sig. 3-155; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, siglos XVIII y XIX. Sig. 1-48-5; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, siglos XVIII y XIX. Sig. 1-48-7; Secretario general. Enseñanza. Pensionados. Arquitectura, 1748-1807. Sig. 1- 49-6; Secretario general. Libro de matrícula, 1784- 1795. Sig. 3-301.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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