Nació en Madrid hacia 1753 y se matriculó como alumno en la Academia de San Fernando el 29 de octubre de 1766. En 1773 obtuvo la ayuda de costa del mes de mayo por la 1ª de Arquitectura, por 3 votos frente a 1 concedido a Juan Barcenilla, así como la del mes de junio, previa presentación de una Fachada de un jardín (A-3512).

Tres años más tarde solicitó de la Academia el grado que creyese oportuno otorgarle, tras indicar su galardón en la ayuda de costa de 1773 y presentar las plantas, la fachada y el corte de un cuartel de caballería, pero en la Junta Ordinaria del 7 de julio de 1776 la corporación le comunicó no hallarle con la aptitud necesaria para concederle graduación alguna.      

En 1784 solicitó junto con Mateo López el grado de académico de mérito, para cuyo fin se le dio como tema a desarrollar en la Junta Ordinaria del 5 de diciembre «una iglesia parroquial con decoración dórica en su interior de un triángulo y en un plano equilátero, cuyos lados fuesen de 188 pies cada uno». Fue reprobado en la Junta Ordinaria del 6 de marzo de 1785, no obstante, volvió a solicitar la misma graduación el 3 de diciembre de 1788, alegando sus méritos profesionales y la ejecución en 1786 del diseño de la caja de órgano del convento del Carmen Descalzo de Madrid.  Respecto a esta obra, sabemos que el 1 de julio de este año el procurador del convento, Vicente de San Agustín, y el consultor moral del mismo, Fray Julián de San Jerónimo, fueron comisionados por la comunidad religiosa para que se cumpliesen las reales órdenes de S.M. a la hora de construir la citada obra. A mediados de Julio de 1786 la Comisión de Arquitectura censuró el proyecto de Manuel Cisneros para la caja de órgano que debía ubicarse en el coro de la iglesia, pero no sin antes comunicarle que «si en la execucion no se alteran las medidas y proporciones, quedará una caja de organo arreglada y de buena forma. Tiene tambien por conveniente advertir que será mexor quitar el escudo del angulo del frontispicio, poniendole debajo a donde a hora esta el medallon redondo; de modo que con los colgantes y unas palmas ó flores que se pueden agregar á dho escudo, quedará mas divertido el espacio del atico entre las pilastras, y hermanará mexor con la delicadeza del orden principal. Convendrá tambien no hacer tan puntiagudas por la parte inferior las dos ménsulas que sostienen la cornisa del atico. Por lo que toca al precio de los once mil r^s Vⁿ en que se valua dha caja, no puede informar la junta, porque en esta clase de obras pende principalm^te su valor del esmero y atencion q^e se pone para correr las molduras y trabaxar los ornatos».

Ante estos méritos, en la Junta Ordinaria del 1 de marzo de 1789 se le dio como programa a elaborar para la prueba práctica «Un magnifico Panteón subterraneo, con magnífica escalera para baxar á el - con planta y un poco de corte en la prueba» (del A-4839 al A-4843), pero sería reprobado por segunda vez en esta clase, dado que el 3 de julio de este mismo año solicitó el título de maestro de obras o en su lugar nuevo programa para poder ser examinado. Finalmente, la Academia le concedió el título de maestro de obras en la Junta Ordinaria del 5 de julio de 1789.

Comisión de Arquitectura. Informes, 1758- 1815. Sig. 1-28-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1776-1785. Sig. 3-84; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1786-1794. Sig. 3-85; Secretario general. Académicos. Arquitectos, 1742-1789. Sig. 1-43-1.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM