Díez Retolaza, AntonioHermosa (Santander), 1805 - ?, ?


Hijo de Pedro Díez del Cueto y María Retolaza, nació en Hermosa (Santander) el 17 de mayo de 1805, siendo bautizado tres días más tarde en la iglesia parroquial de San Martín. Desde los catorce años se dedicó a la cantería, al tiempo que estudiaba Delineación aritmética y Geometría práctica al lado de su padre. Los contactos de su progenitor, discípulo de la Academia de San Fernando, aparejador de las obras de la Sociedad Riojana y profesor práctico de arquitectura, le llevaron a tener bajo su dirección diferentes construcciones de puentes y trozos de caminos por contrata de la Dirección General de Caminos, así como varias esclusas y puentes por encargo del Canal de Castilla.

Construyó dos casas particulares en sillería, una casa habitación y almacén para un molino harinero en Casalarreina (La Rioja) y un puente sobre un trozo de carretera construido por la Sociedad Riojana. Trabajó en 1826 como aparejador en una iglesia de nueva planta en Pradoluengo (Burgos) y en la labra del puente mayor de la ciudad de Valladolid. Al año siguiente levantó en Reinosa (Cantabria) y sus inmediaciones tres almacenes y dos casas, siendo después aparejador en la construcción de un molino de seis piedras en el mismo punto sobre el Ebro. En 1828 trabajó también en calidad de aparejador en la obra del puente de Gradefes (León), mientras que en 1830 construyó como empresario un puente en Quintanaortuño (Burgos).

Entre 1832 y 1833 contrató en el Canal de Castilla la saca y la labra de todos los materiales necesarios para la ejecución de una esclusa y dos puentes, pero su actividad profesional no acabará aquí, ya que en años posteriores construirá el puente-acueducto en el mismo Canal en el sitio de Berrocal; entre 1834 y 1835 contratará con la Dirección General de Caminos dos pequeños puentes en los pueblos de Quintanares y Quintanilla en el partido de Briviesca (Burgos), así como un trozo de su calzada de 4.000 varas con sus pontones, alcantarillas y badenes en la venta del Berceo, Mota del Marqués (Valladolid) y Valdefuentes (Cáceres), en la carretera de Madrid a La Coruña.

Dada su trayectoria profesional y en vista de su deseo por obtener el título de maestro de obras, solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios correspondientes a esta clase el 19 de octubre de 1838, presentando como prueba de pensado el proyecto de Un matadero con mercado cubierto destinado a la ciudad de Santander (A-2334 y A-2335), con su informe facultativo, el avance del coste de la obra, las certificaciones que acreditaban su pericia profesional y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión cebrada el 23 de octubre de 1838 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 28 de ese mismo mes, momento en el que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 52, 33 y 4, los cuales respondieron respectivamente: «En un vano de ochenta pies de luz, manifestar una forma de su armadura, señalando los cortes, empalmes, estribación, engatillados, de fierro y demas partes que constituyen su seguridad, demostrandola en grande», «En las margenes de un camino Real, Casa con destino á Meson. Planta, fachada y corte» y «Casa de Alfar con habitación para el fabricante Hornos, Almacenes y demas preciso á su destino. Planta y alzados competentes». De los tres asuntos escogió el nº 4, es decir, una Casa de alfar con vivienda para el fabricante (A-2409), elección que comunicó a la corporación el 5 de noviembre.

La Junta de Examen tuvo lugar el 21 de noviembre de 1838, asistiendo a ella como vocales los profesores Juan Miguel de Inclán, Tiburcio Pérez Cuervo, Juan Francisco Rodrigo, Eugenio de la Cámara y Marcial Antonio López. Cotejada la obra de pensado con la prueba de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Díez Retolaza principió este nuevo ejercicio tratando las figuras y sus medidas, para proceder a explicar en el terreno una figura dada. Enseguida centró su interés en las paralelas, sus ángulos y propiedades aplicando su doctrina. Después midió y explicó la de los paralelogramos y triángulos como su transformación. Habló sobre los decimales y su aplicación práctica en todas las operaciones con las ventajas que ofrecían por su método y sencillez. Posteriormente entró en la construcción y los replanteos, los requisitos de una buena construcción y la cimentación por estacadas como por arcadas apuntadas, trazando a continuación sus despiezos. Del mismo modo, explicó la nivelación con objeto de dirigir una cañería, los ornamentos de la arquitectura, los instrumentos necesarios para un cantero y el modo de utilizarlos, y por último, el método práctico para sacar la piedra de la cantera, las armaduras y su construcción, el modo de obrar las maderas en función de su colocación y el modo de realizar los apeos.

Satisfechos los examinadores con las obras practicadas y las explicaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron hábil por unanimidad de votos para ostentar el título de maestro de obras, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 9 de diciembre de 1838, a los 33 años de edad.


Fuentes académicas:

Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1837-1838. Sig. 2-17-4; Comisión de Arquitectura. Sobre la concesión de los títulos de arquitecto, maestro de obras y aparejador municipales, provinciales, etc. Incluye Filipinas, siglos XVIII y XIX. Sig. 1-17-4; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1831-1838. Sig. 3-89.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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