Hijo de Francisco Echanove, fue alumno en la Academia de San Fernando y asistente al estudio de Ventura Rodríguez desde 1779 hasta 1784. En el transcurso de esos años se presentó a las diferentes ayudas de costa convocadas por la corporación académica. Lo hizo a la beca mensual del mes de noviembre de 1781 por la 2ª de Arquitectura y al igual que Vicente Giraldo, el otro opositor, tuvo que elaborar el diseño de las Partes en grande del orden corintio, según Vigñola (A-5507). Realizada la votación secreta, Echanove obtuvo cuatro votos frente a uno de Giraldo, de ahí que le fuera concedida la ayuda en la Junta Ordinaria del 2 de diciembre de 1781.
Al año siguiente obtuvo las ayudas de costa de los meses de enero, marzo y mayo por la misma clase, en las Juntas Ordinarias del 3 de febrero, 7 de abril y 2 de junio de 1782 respectivamente. Para este fin ejecutó el Capitel de una de las cuatro columnas del atrio del orden corintio según Paladio, Libro 1º, Cap. 6º (A-5517), las Partes en grande de un ángulo del pórtico del Templo de Augusto que hace fachada en uno de los costados de la Basílica que Vitrubio hizo en Jano, según Daniel Barbaro (A-5519), y el Intercolumnio eústilo en pequeño y sus partes en grande según Vignola (A-5523).
A mediados de 1786 remitió a la Academia un plano para un camino en el mismo Señorío de Vizcaya, desde la villa de Durango hasta el límite de la provincia de Álava, a la vez que Juan de Iturburu junto con Juan Bautista de Orueta remitían otro para el camino que iba desde la villa de Durango (Vizcaya) hasta los confines de Guipúzcoa, y el propio Orueta enviaba otro para un camino de comunicación de cuatro leguas y media entre las villas de Bilbao y Durango (Vizcaya). Respecto al plano proyectado por Echanove, la Academia fue de parecer que, «aunque en lo general parece arreglado y bien dirigido, convendrá para mayor seguridad que explique (con remision de numeros á su plan) qué motivos ha tenido, ó qué circunstancias concurren en el terreno para algunos recodos qe hace en su camino, volviendolo á deshacer á poco trecho; particularmte unos que se figuran á la derecha del alto de Urquiola, y otros á la izquierda de Mañaria». El 16 de septiembre de este mismo año Echanove se casó con María Teresa de Capanga en la iglesia de Santa María de La Asunción de Mañaria (Vizcaya).
En 1793, ostentando el cargo de profesor de arquitectura y siendo vecino de Vitoria, pidió programa a la Academia de San Fernando para recibirse en la clase de académico de mérito. La corporación le contestó que, aunque no tenía por costumbre admitir estas peticiones en los meses anteriores al concurso General de Premios haría una excepción en su caso, a fin de que pudiera volver a su trabajo como encargado de los Caminos Reales y Posadas por ser un asunto de necesidad pública.
En la Junta Ordinaria del 5 de mayo le dieron como tema a desarrollar un Hospicio para ambos sexos (del A-2675 al A-2678), ejercicio que no le hizo acreedor del grado de académico de mérito, pero sí del título de maestro de obras con un grado superior en la Junta Ordinaria del 7 de julio de 1793. Este grado le sería sustituido un mes más tarde por el de maestro arquitecto en la Junta Ordinaria del 4 de agosto de 1793 al crearse en esta fecha dicha titulación.
Al año siguiente llegó a la Academia un expediente remitido por el escribano de Cámara, Vicente Camacho, de acuerdo con el Consejo y procedente del recurso hecho por el cabildo eclesiástico de la villa de Motrico (Guipúzcoa) contra el alcalde del mismo pueblo, Julián de Churruca, por haber mandado demoler la fábrica ruinosa de su iglesia. El hecho le había llevado a pedir a dicho tribunal que informase a la Academia sobre si la demolición había sido necesaria. Una vez estudiada la solicitud por la Comisión de Arquitectura, algunos facultativos estuvieron a favor de la demolición y otros en contra. Sólo el arquitecto Alejo de Miranda y el discípulo Justo Antonio de Olaguibel, si bien diferentes en opinión eran los únicos maestros cuya pericia constaba en las juntas, de ahí que se advirtiera la necesidad de nombrar a un tercer arquitecto en discordia antes del derribo. El derribo fue ejecutado y la Junta de la Comisión celebrada el 16 de julio de 1794 nombró para levantar el plano de la nueva iglesia a Manuel de Echanove, por entonces residente en Vitoria.
En febrero de 1797 ya había examinado los cuatro sitios diferentes en donde poder ubicar el nuevo templo: «El sitio de la Yglesia demolida en Motrico me ha parecido el mas à proposito para erigir la nueva por las ventajas que digo en mi informe que à los dibujos acompañan, y añado que todo el Pueblo conoci deseaba esta eleccion como lo acredita el oficio de la Cofradia de marineros que me presentò y acompaña. El segundo sitio que reconoci cerca de la Yglesia vieja tiene la nulidad de estar en lo mas bajo de la Villa à donde concurren todas las aguas, esta hoy ocupada toda la cerca de casas (...) quedaria la Yglesia metida entre casas de alquiler que ès indecente [...]. En la Plaza aunque ya fuera de la Villa no me parecio mal sitio, pero sesenta pies de fachada que tienen las casas posadas de ella à donde podia proyectarse sin advitrio à aumentarse nada, por el un lado por la grande casa nueva de Villa, y por el otro por el unico camino Real de salida que tampoco se puede estrechar ès muy reducudo para la nueva Yglesia. El quarto sitio fuera de la Villa mas arriba de la Plaza ès despejado por todos lados, pero lo separado del Pueblo con la mucha subida que hay para llega à èl le hacen despreciable por faltarle la comodidad para la concurrencia de los Vecinos para quienes se erige [...]».
Levantó el plano de cada uno de los sitios, los cuales fueron censurados por la Comisión de Arquitectura el 27 de junio de 1797, pero las demostraciones fueron tan insuficientes que obligó a la Academia a nombrar otros arquitectos que hiciesen el reconocimiento personal de los terrenos, la delineación de sus perfiles y el coste que tendría el nuevo edificio en cada uno de los terrenos elegidos. La Junta de la Comisión de Arquitectura reunida del 28 de septiembre eligió finalmente para este destino al académico Silvestre Pérez, arquitecto que formó ocho planos topográficos que serían aprobados en su totalidad el 5 de enero de 1799.
Al año siguiente, la Comisión de Arquitectura celebrada el 30 de octubre de 1800 reconoció el expediente relativo a la construcción de un hospital con casa para el administrador a extramuros de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), para cuya obra Echanove había formado tres diseños y el informe facultativo. La Academia aprobó los planos, no sin antes advertir al maestro que no separase la habitación del administrador, el dormitorio de la cocina y las demás piezas de su uso, sino que las dispusiera todas juntas y sin interrupción. También que destinase una pieza para botiquín y otra para cocina, y ejecutase con mayor anchura las fajas o pilastras diseñadas en medio de la fachada.
Al año siguiente se vio un expediente remitido por el Consejo acerca de recoger y dar dirección a las aguas del río Rituerto en los lugares de Castellanos del Campo, Villar del Campo y otros en la provincia de Soria. Las obras eran necesarias y aclamadas tanto por los alcaldes como por la justicia y los ayuntamientos de estos pueblos «para liberarse de los perjuicios que causan á los Terrenos de sus terminos las Aguas del Rio Rituerto, que no tienen la combeniente salida, y se estancan en ellos originandose ademas la perdida de sus frutos, la de la Salud de sus habitantes, tienen pendiente Recurso en el Consejo, para que seles conceda facultad de egecutar las Obras especificadas en un Plan que presentan [...] actualmte se halla en la Ciudad de Calahorra, poco distante de la de Soria, Dn Manuel Echanove Academico nombrado por el Consejo para el reconocimiento de ciertas Obras proyectadas, y que se intentan hacer en dha Ciudad, y ser Sugeto de toda pericia, e instrucción, á quien como tal sele han conferido varios encargos de consideracion, que ha desempeñado con exactitud, estando para concluir en Calahorra: En esta atencion, y ala de que nombrandosele para lo referido, se ahorrarán gastos en alibio de los Pueblos Suplicantes, que se hallan muy anhiquilados á resultas de los daños, y perjuicios que reciven en la perdida de sus Cosechas por causa de dicho Rio».
Atendiendo a la solicitud de estos pueblos interesados en que la obra fuese encargada a Echanove, la Comisión de Arquitectura del 2 de mayo de 1801 le comisionó para este trabajo, pero antes de acabar el año 1801 la Academia examinó otro informe suyo, en esta ocasión el relativo a varias dudas suscitadas por la Comisión de Arquitectura sobre el proyecto elaborado por Fray Felipe Alonso para recoger las aguas del río Rituerto que pasaba por Castellanos del Campo y otros lugares de la provincia de Soria. Sin embargo, estudiado detenidamente el tema se acordó el 29 de octubre no poder dictaminar cosa alguna sobre este asunto hasta que el arquitecto no acompañase el informe de los planos correspondientes.
A lo largo de 1802 se vieron otros tantos proyectos de Echanove, entre ellos cuatro diseños ejecutados en colaboración con el académico Alejo de Miranda para la construcción de la iglesia parroquial de San Martín de Zalgo (Álava), los cuales fueron aprobados por la Comisión de Arquitectura el 4 de febrero de 1802. Tres meses más tarde lo sería por tercera vez el proyecto del profesor Fray Felipe Alonso y el informe de Echanove para la construcción de varias obras que debían ejecutarse a fin de recoger, dar curso y realizar la nueva dirección de las aguas del río Rituerto que pasaba por varios lugares de la provincia de Soria. La Academia había designado a Echanove para hacer el reconocimiento de la obra, una obra que sería aprobada por la Comisión de Arquitectura el 25 de mayo y por la corporación académica el 19 de junio de 1802.
Al mes siguiente, su nombre quedó reseñado de nuevo en las juntas académicas con motivo de una carta fechada el 10 de febrero de 1802 enviada a la Academia por Manuel Vicente de Laca, arquitecto que comunicaba la caída de un puente en Sasiola, villa de Deva (Guipúzcoa), construido hacía 20 años por la disposición de un perito aprobado por la provincia, misma provincia que había encargado los planos de su reedificación y la dirección de la obra a José Antonio de Arzadún, maestro agrimensor vecino de la villa de Azpeitia y aprobado sólo en esta provincia de Guipúzcoa, oponiéndose en todo dicha disposición a la Real Orden del 28 de febrero de 1787 que prohibía a cualquier tribunal, ciudad, villa u otro cuerpo poder nombrar individuos para dirigir obras que no se hubieran sujetado al riguroso examen de la Academia de San Fernando.
Para remediar el problema, la Academia comisionó a Manuel Echanove a fin de inspeccionar las obras del puente, maestro que cumpliendo con el encargo lo evacuó convenientemente el 22 de marzo de 1802. En su informe reseñó que Manuel Vicente Laca, arquitecto aprobado por la corporación madrileña, llevaba dos años residiendo en Motrico (Guipúzcoa) y por tanto no se le conocían aún las obras que había llevado a cabo en el lugar. Respecto a José Antonio Arzadún, maestro que no había estudiado en la Academia y no era individuo de dicha institución, había dirigido y dirigía multitud de obras en la provincia de Guipúzcoa, teniendo buena fama entre los ciudadanos por su larga trayectoria profesional y particularmente en obras férreas, muelles y puentes. Aunque sus dibujos eran excelentes, se echaba de menos el buen gusto y los preceptos de la buena arquitectura en la decoración de los proyectos, pero Echanove era de la opinión que la práctica ejercida por Arzadún durante tantos años en los pueblos guipuzcoanos le hacían ser el práctico más idóneo que cualquiera de los arquitectos de la Academia. Añadía el hecho de que Arzadún había formado los dibujos para la reedificación de este río arruinado en la riada de mayo anterior, por lo que creía conveniente que se pasase a censura de la corporación académica dichos diseños, así como su informe facultativo para que una vez aprobados se pudiera encargar al arquitecto Manuel Vicente de Laca la dirección de la obra, o en caso de ser reprobados los de Arzadún pudiera formar Laca los nuevos diseños u otro profesional que la Academia creyera oportuno.
El proyecto de Arzadún, consistente en un plano, el informe facultativo y el coste de la obra elevado a 47, 229 reales de vellón fue censurado por la Comisión de Arquitectura el 10 de julio de 1802 y reprobado al verse falto de demostraciones como de inteligencia. Ante este resultado, se acordó que Echanove se hiciese cargo de la obra en vista de que era un arquitecto aprobado por la corporación madrileña y era residente en Vitoria, y que una vez realizados los diseños los enviase para su censura y definitiva aprobación.
A principios de 1803 fue remitido por el Consejo otro expediente sobre la construcción de varias obras para dar curso y dirección a las aguas del río Rituerto en Castellanos del Campo, Villar del Campo y otros pueblos de la provincia de Soria. Tenía como objeto que la Academia nombrase a un arquitecto aprobado para que las dirigiera, de ahí que el 4 de febrero de 1803 fuese elegido Echanove al haber intervenido en numerosas obras de este tipo. Se aprovechó la ocasión para comunicar al interesado la posibilidad de que nombrase a un aparejador que le sustituyera en sus ausencias, así como los operarios que creyese oportunos para llevar a buen puerto la obra. Del mismo modo, la corporación le encargó la ejecución del diseño del puente mayor para la villa de Cerezo de Riotirón (Burgos) y otras obras adyacentes en el mismo río, el cual sería aprobado el 3 de agosto de 1804.
Al año siguiente fue nombrado por la Academia en colaboración con el arquitecto Justo Antonio de Olaguibel para ejecutar el proyecto de otro puente de piedra en la villa de Cerezo de Riotirón (Burgos). Ambos remitieron el plano, sus respectivos informes facultativos y el avance del coste de la obra, calculada en 476.505 reales y 17 maravedíes de vellón, incluyendo en dicha cantidad el importe de otras obras propuestas. La Junta de la Comisión celebrada el 3 de mayo de 1805 aprobó todo lo presentado, aunque con la condición de que las cepas quedasen aseguradas con estacas y tablestacas machihembradas a fin de precaver la filtración de las aguas.
En 1818, Manuel Casimiro Echanove ejecutó los planos del altar mayor, el tabernáculo y otros adornos para el presbiterio de la iglesia parroquial de San Pedro en la ciudad de Viana (Navarra), aprobados por la Comisión de Arquitectura el 7 de enero de 1818, pero advirtiéndole que al tiempo de la ejecución colocase los ángeles del tabernáculo sobre pedestales a plomo con la grada inferior de la mesa de altar a fin de dar al tabernáculo mayor diafanidad y esbeltez.
En vista de haber sido reprobados el 13 de noviembre de 1818 los diseños ejecutados por Benigno Moraza para la renovación de la iglesia arruinada de «Zuazo de Salvatierra» (Álava), Echanove remitió el 26 de junio de 1819 otros nuevos para la misma obra, en los que demostraba algunas reformas interiores para hermosear el templo, junto con otras destinadas al presbiterio y sacristía, justipreciándolas todas ellas en 19.082 reales de vellón. Como las obras no eran de primer orden y tampoco trataban de reparar una parte principal como prevenían las reales órdenes, la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 25 de septiembre de 1819 acordó aprobar el proyecto, comunicando al interesado el poder proceder sin reparo a la ejecución de las obras en cuanto quisiese.
Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1817-1826. Sig. 2-33-4; Comisión de Arquitectura. Informes, 1758- 1798. Sig. 1-28-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1798-1804. Sig. 1-28-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1802. Sig. 1-28-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1803. Sig. 1-28-4 Comisión de Arquitectura. Informes, 1804. Sig. 1-29-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1805. Sig. 1-29-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808-1822. Sig. 1-29-5; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1776-1785. Sig. 3-84; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1786-1794. Sig. 3-85.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM
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