Hijo de Félix Hilario Echevarría y Josefa Juliana de Izarza, nació en Orduña (Vizcaya) el 16 de abril de 1811, siendo bautizado ese mismo día en la iglesia mayor de Santa María. Desde muy joven se dedicó al estudio de la arquitectura civil al lado de su padre, por entonces profesor en esa ciudad, pero posteriormente se trasladó a Madrid con objeto de matricularse como alumno en la Academia de San Fernando. Ya en el centro, solicitó en enero de 1822 el pase de la clase de Cabezas a Figuras, pero en vista de las obras presentadas sería rechazada su petición en la Junta Ordinaria del 24 de febrero siguiente. Entre 1831 y 1832 estudió teoría y práctica de la Arquitectura civil bajo la dirección del arquitecto Antonio de Echevarría y entre 1836 y 1837 se matriculó en Álgebra, Aritmética, Geometría elemental, Trigonometría rectilínea y Geometría práctica en la villa de Mondragón (Guipúzcoa) junto con el profesor de matemáticas Antonio Argamasilla y Miranda.

El 7 de marzo de 1834 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras. Para este fin presentó como prueba de pensado el proyecto de  «un edificio publico destinado á Peso R^l Mercado y venta de granos en Pueblo de 500 vecinos», con su informe facultativo y el cálculo del coste de la obra, pero la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 11 de marzo de 1834 le denegó su solicitud «por razon del escaso merito que advierte en los expresados diseños, cuanto porque este joven solo cuenta 23 años de edad y tiene sobrado tiempo hasta los 25 de reglamento para perfeccionar sus conocimientos». Este dictamen sería corroborado por la Academia en la Junta Ordinaria del 16 de marzo de ese mismo año.

Sin embargo, el 27 de noviembre de 1842 volvió a solicitar su admisión a los ejercicios para la misma clase presentando en esta ocasión y como prueba de pensado, el proyecto de «Un parador para una de las Carreteras del Reyno», con su informe facultativo, el avance del coste de la obra, las certificaciones de practica firmadas por Antonio de Echevarría y Antonio Argamasilla, además de la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 13 de diciembre de 1842 examinó la obra y los documentos aportados, pero declaró no haber lugar al informe favorable de reglamento por el resultado obtenido en la votación secreta (1 voto favorable frente a 6 en contra). Este acuerdo sería aprobado por la Academia en la Junta Ordinaria celebrada el 15 de enero de 1843; no obstante, su deseo por obtener el título oficial le llevó a solicitar por tercera vez su admisión a los ejercicios de reglamento para la misma titulación el 15 de este mismo mes. Para este objeto elaboró como prueba demostrativa un Mercado cubierto, con tiendas para la venta de comestibles y otros artículos de consumo (del A-2353 al A-2356), con el correspondiente informe facultativo y el avance del coste que tendría la obra en caso de ser edificada.

 Fue admitido finalmente en la Junta Ordinaria del 19 de febrero de 1843, momento en que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 30, 44 y 18, los cuales respondieron respectivamente: «Diseñar una Casa particular entre tres medianerías, de treinta pies de ancho por sesenta y cinco de largo. Planta, fachada y corte», «En planta, alzado y corte y sobre un rectángulo de cincuenta pies de fachada y ochenta de fondo, se demostrará una casa con destino á Estafeta ó correo para una villa de dos mil vecinos y habitación para el Administrador» y «Proyectar la habitación para un cura de un Pueblo de quinientos vecinos. Planta, fachada y corte». De los tres asuntos escogió el nº 18, es decir, una Casa para un cura de un pueblo de 500 vecinos (A-1534), elección que comunicó a la corporación el 7 de marzo.

La Junta de Examen tuvo lugar la mañana del miércoles 15 de marzo de 1843, asistiendo a ella como vocales los profesores Custodio Moreno, Antonio Conde y González, Atilano Sanz, Eugenio de la Cámara y Juan Miguel de Inclán. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Echevarría principió este nuevo ejercicio tratando los paralelogramos y las figuras cuadriláteras, que midió y transformó en otras de igual superficie gráficamente y por medio de operaciones teóricas. A continuación, explicó la figura circular, su medida, segmentos y sectores como otras que se le propusieron, pasando más tarde a los cuerpos y volúmenes, determinando las dimensiones correspondientes a un vaso cilíndrico y cónico, incluso el oblicuo. Enseguida entró en el replanteo de su obra de prueba, parándose en las obras cimenticias, sus dificultades y los medios con que el arte cuenta para superarlas según los casos. También se adentró en los arcos y dentro de ellos aquellos que resultan de las secciones cónicas, por lo que trazó algunos en el encerado figurando con este motivo los medios de sosotener y apear las bóvedas de un arco dado de escasa montea que hubiese de sostener una presión o una gran carga. Después habló acerca de los órdenes y la apropiada colocación de las columnas, el replanteo y las formas de las escaleras, la apropiada colocación de las maderas, las formas de las armaduras, etc.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas como con las explicaciones y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron hábil para ostentar el título de maestro de obras por 4 votos a favor frente a 1 en contra, grado que le fue concedido finalmente en la Junta Ordinaria del 26 de marzo de 1843, a los 32 años de edad.

Cinco años más tarde le veremos aspirando a la plaza vacante de inspector de obras públicas en el Ayuntamiento de Gijón y presentando para este fin el certificado favorable expedido por el Ayuntamiento de Orduña (Vizcaya). A esta plaza optaron también el valenciano Andrés Martínez, de 32 años y residente en la calle del Carbón, nº 3, piso 4º, 2º de la izquierda (Madrid), como Melchor Arrieta, por entonces residente en la calle Preciados, nº 24, 4º izquierda (Madrid), quien además de presentar el certificado favorable del arquitecto del Ferrocarril de Aranjuez José Mª Gómez y el suscrito por Pedro Miranda, ex director general de Caminos, Puertos y Canales, adjuntó el certificado del ex jefe político y arquitecto Mariano Marcoartú.

El 20 de octubre de 1848 el Ayuntamiento de Gijón consultó a la Academia sobre cuál era la mejor elección entre los tres maestros de obras que habían solicitado la plaza y la designación del más digno para desempeñarla. La Junta de la Sección de Arquitectura celebrada la noche del martes 14 de noviembre de 1848 quedó enterada del asunto y acordó comunicar al ayuntamiento que de los tres creía a Melchor de Arrieta el más apto para ocuparla, no obstante, hizo presente que según las Reales Cédulas y disposiciones vigentes esta plaza debía ser desempeñada por un arquitecto, ya que los maestros de obras no estaban facultados para obtenerla ni dirigir las obras públicas.

Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850 Sig. 1-30-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1834-1835. Sig. 2-17-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1843. Sig. 2-18-5; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818- 1886. Sig. 3-156, nº 177.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM