Nació en San Sebastián (Guipúzcoa) hacia 1805 siendo bautizado en la iglesia parroquial de Santa María y murió en 1862. En la Escuela Náutica del Consulado de San Sebastián cursó los estudios elementales de Matemáticas en los ramos de Aritmética, Geometría, las dos Trigonometrías, Nomografía y nociones de Álgebra y Mecánica.

Posteriormente asistió al estudio particular de Pedro Manuel de Ugartemendía, arquitecto y director de las obras de reedificación de la ciudad de San Sebastián con quien entre 1833 y 1834 aprendió la arquitectura civil y las construcciones hidráulicas al tiempo que visitaba de continuo las obras de reedificación de la ciudad y las del camino de la provincia de Guipúzcoa, de las que Ugartemendía era director. Este profesor le encargaría más tarde la dirección inmediata y exclusiva de varias obras trazadas por él, manifestando una gran aplicación y grandes adelantamientos en los conocimientos facultativos, la ejecución de obras de edificación de considerable dificultad, como en algunas construcciones en agua y trabajos de minas. Al mismo tiempo se ejercitó en la práctica de la profesión junto con el arquitecto Mariano José de Lascuráin, tanto en la edificación de casas como en la construcción de caminos.

Tras diez años dedicados a la profesión, solicitó de la Academia de San Fernando el 2 de diciembre de 1838 su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de  una Cárcel civil y correccional en San Sebastián, para uso de las provincias vascongadas (del A-983 al A-986), con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, las certificaciones de práctica libradas desde San Sebastián por Pedro Manuel de Ugartemendía y Mariano José de Lascuráin, así como la justificación de su conducta moral y política. Respecto a la partida de bautismo, no pudo entregarla como era la costumbre debido a que durante los acontecimientos acaecidos en la ciudad de San Sebastián el 13 de agosto de 1813 se habían quemado todos los libros parroquiales y entre ellos los libros de bautismo.

 La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 5 de diciembre de 1838 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 9 del mismo mes, fecha en la que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 124, 104 y 49, que respondieron respectivamente: «Proyectar una Casa para esta Corte con medianerias alrededor de solo tres pisos, destinandolos según su comodidad á los Ynquilinos que los han de habitar, en un trapecio de ciento veinte pies de fachada; sesenta por la medianeria de la derecha, perpendicular á aquella, y el testero de cien pies paralelo á la fachada: plantas, fachada y corte geométricos», «Se demostrará en planta, fachada y una seccion, el proyecto de una Casa Ynstituto para la enseñanza de Matematicas y Náutica, con Biblioteca publica, sala para los concursos y actos publicos y habitación de conserge y Portero» e «Ydear un Monumento publico ála memoria del Arquitecto Juan de Herrera. Planta, alzado y corte». De los tres asuntos escogió el nº 104, es decir, un Colegio de marina (A-576), elección que comunicó a la corporación el 14 de diciembre.

La Junta de Examen tuvo lugar el 24 de diciembre de 1838, asistiendo a ella como vocales Custodio Moreno, Tiburcio Pérez, Eugenio de la Cámara  y Juan Miguel de Inclán Valdés. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente que el pretendiente explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico.  Echeveste principió este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores relativas a las bóvedas, los sólidos y las secciones; las potencias y sus raíces, así como los logaritmos, el uso y la formación de sus tablas. Después sobre las nivelaciones y la práctica de los instrumentos; el estudio y los preeliminares de todo proyecto, en particular el de su obra; lo que entendía por solidez, comodidad y belleza; las monteas y cimbras; los materiales y su calidad; la resistencia y el empleo de las maderas. Por último, la importancia de las obras hidráulicas, concretamente algunas de las ejecutadas en San Sebastián y su costa.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron apto para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 27 de enero de 1839, a los 33 años de edad.

Desde 1839 hasta su muerte en 1862, ocupó la plaza de arquitecto municipal de San Sebastian, ciudad en la que ejecutó sus obras más representativas: el teatro Principal y la casa de misericordia de San Martín, edificada con los fondos de la herencia de Antonio de Zavaleta sobre los solares que había ocupado hasta 1840 el antiguo convento de San Francisco; el nuevo convento de San Francisco; el cementerio de San Bartolomé y un puente de piedra sobre el Lozoya, como el proyecto de reforma de la traída de aguas del manantial de Morlans (1835) y la dirección de la obra de los manantiales de Moneda y Lapazandegui en el bajo Uría (1848).

Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1839. Sig. 2-11-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 207.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM