Gallardo y Paredes, Bernardino


Hijo de Antonio María Bernardino de Anacleto Gallardo y Antonia Paredes, nació en Cáceres el 20 de mayo de 1824, siendo bautizado al día siguiente en la iglesia parroquial de Santiago. Cursó los estudios preeliminares en la Universidad de Salamanca, para entrar en la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid. A través de una certificación firmada en Salamanca en octubre de 1843, sabemos que Gallardo, «de diez y nueve años, color bueno pelo castaño, ojos id fue examinado, y aprobado para oir ciencia en esta Nacional Universidad»; que estudió tres cursos de Filosofía entre 1839 y 1842 y se matriculó en Matemáticas sublimes en octubre de 1844, aprobándolas el 17 de octubre de 1845.
En este año de 1845 se trasladó a Madrid, donde residió como huésped en la calle de Bordadores, nº 3.  El 28 de septiembre de 1845 solicitó su ingreso en el primer año de carrera, en la Escuela Especial de Arquitectura, dado que tenía realizados los estudios preeliminares que eran exigidos. Para este fin presentó, la fe de bautismo y las certificaciones de sus estudios (tres cursos de Filosofía, dos de Matemáticas y una de Física experimental), siendo matriculado en el primer año de carrera el 19 de noviembre de 1845.
Todos los discípulos del primer año cursaron entre las 9 y 11 de la mañana, las asignaturas de Cálculo diferencial e integral y las Aplicaciones de las matemáticas a los usos de la arquitectura; entre las 11 y 12, un día sí y otro no, Geometría descriptiva pura y aplicada a las sombras, concretamente Perspectiva con un profesor y un agregado, mientras que entre las 11:30 y 15:00 la asignatura de Dibujo.
A lo largo del curso de 1848 y 1849 se generaron en la Escuela grandes protestas, problemas disciplinares, ausencia en las aulas y faltas de insubordinación por parte de los alumnos. Se debía a la Real Orden de 28 de noviembre de 1848, por la que quedaron suprimidos los dos años de práctica que eran exigidos para obtener el título, dejando automáticamente a los estudiantes de 3º, 4º y 5º año de carrera matriculados en 1º, 2º y 3º curso del nuevo plan. Entre estos desórdenes figuraban los acontecidos en la cátedra que desempeñaba Manuel María de Azofra, clase en la que los discípulos se negaron a responder a las preguntas del profesor, lo que motivó la emisión de la Real Orden de 15 de diciembre de 1848, acordándose la expulsión de cualquier alumno desobediente, fuese cual fuese su número; que aquellos que no asistiesen a clase se les anotarían las faltas para que llegado el número prevenido perdiesen curso y aún como oyentes no se les permitiese asistir en lo sucesivo; incluso en caso de que la insubordinación exigiese la fuerza armada, los discípulos fuesen entregados a los tribunales. Esta orden fue comunicada al director de la Escuela y a través de éste a todos los profesores. Sin embargo, no era la primera vez que eran expulsados estudiantes del centro, ya que Carlos Botello del Castillo, discípulo del 2º año de carrera, lo había sido en 1847 y Cirilo y Ramón Salvatierra en 1848, habiendo sido readmitidos por la Junta de Gobierno el 6 de mayo de 1848, en atención a las manifestaciones de sus padres y sus buenos propósitos.
Enterada la Reina de los sucesos acontecidos por los alumnos del 1º y 2º año de arquitectura, acordó emitir la Real Orden de 31 de enero de 1849 que, a propuesta de la Junta de Profesores, tuvo como consecuencia la expulsión de los promotores de las revueltas (Simeón Ávalos, Manuel Giménez y de Ropero, Pedro Fores y Pallás, Bibiano Guinea, Joaquín Vega, Manuel María Muñoz, Aquilino Hernández, Antolín Sagasti, Juan Torras y Guardiola, Luis Villanueva y Arribas, José Sarasola y Pequera, Anastasio Menéndez, José Limó y Fontcuberta y Manuel Villar y Vallí), como la de aquellos que no habían cumplido las asistencias reglamentarias a las diferentes clases (Dionisio de la Iglesia, Carlos Mancha y Escobar, Francisco Urquiza y José Segundo de Lema).
Aunque se acordó no admitir a matrícula a los alumnos expulsados ni a los borrados por falta de asistencia, lo cierto es que en su mayoría fueron readmitidos por la Real Orden de 16 de mayo de 1849, una vez arrepentidos de sus actos. A partir de entonces, se exigió a los aspirantes para solicitar la matrícula ir acompañados de sus padres, tutores o encargados responsables de su conducta y acreditar no haber tomado parte en las revueltas que habían motivado dichas disposiciones, recordándoles al mismo tiempo que cualquier falta de subordinación se castigaría en lo sucesivo con arreglo a las Reales Órdenes de 15 de diciembre de 1848 y 31 de enero de 1849.
En 1852 solicitó su admisión a los examenes para el grado de director de caminos vecinales. Fue examinado por el tribunal de la Real Academia de San Fernando los días 13, 16, 18 y 20 de febrero de ese mismo año, tribunal que quedó constituido por los académicos José París (presidente), Eugenio de la Cámara (vocal) y Juan Bautista Peyronnet (secretario). 
El día 13 de febrero tuvo lugar el primer examen, al que se presentaron Manuel García Sierra, Laureano Méndez Casariego y Villamil, Juan de Dios Carrillo, Bernardo Gallardo y Paredes, Gregorio de las Pozas y Pedro Fernández-Llamazares. A todos ellos se les cuestionó sobre Aritmética y Álgebra, obteniendo la calificación de «Buenos»: García Sierra, Carrillo, Fernández-Llamazares y Pozas, mientras que  la de «Medianos»: Casariego y Gallardo.
 Para el segundo ejercicio  fueron convocados el 16 de febrero los mismos pretendientes, además de Francisco Martí, siendo examinados todos ellos de Geometría especulativa y práctica, Trigonometría rectilínea y Geometría descriptiva pura y aplicada. Obtuvieron la nota de «Buenos» Sierra, Carrillo y Pozas, mientras que «Medianos» Casariego, Fernández-Llamazares y Gallardo. 
El tercer ejercicio tuvo lugar el 18 de febrero y consisitió en la formulación de varias preguntas a los candidatos sobre los principios de estática y la relación de las máquinas simples, el análisis de los materiales y la construcción de caminos. En esta ocasión todos los candidatos obtuvieron la calificación de «Buenos». 
Por último, faltaba el cuarto examen que se celebraría el 20 de febrero.  Una vez entregado al conserje los ejercicios de prueba que habían elaborado los interesados, fueron censurados sobre ellos detenidamente. Hallaron todos bien desempeñados y tras la votación secreta resultaron con la nota de «Buenos»: García Sierra y Fernández-Llamazares, mientras que con la calificación de «Medianos»: Méndez Casariego, Carrillo, Pozas y Gallardo.  
La aprobación de los pretendientes en la clase de directores de caminos vecinales fue finalmente aprobada por la Academia en la Junta General del 7 de marzo de 1852, siendo enviados al Ministerio de Fomento los expedientes y las actas de dichos exámenes el 8 del mismo mes de la siguiente forma: «[...] los expedientes y actas de los examenes, celebrados por el Tribunal nombrado por esta Rl Acadª para Directores de caminos vecinales, de los cuales resulta haber sido aprobados con la nota de Bueno D. Manuel Garcia y Sierra, D. Pedro Fernandez Llamazares y D. Juan de Dios Carrillo; y con la de Mediano D. Laureano Mendez Casariego, D. Gregorio de las Pozas y D. Bernardino Gallardo». 
Se le expidió a Gallardo el título de director de caminos vecinales en abril de 1852, al tiempo que les era concedido a Francisco de Cubas, Francisco Daura, Manuel García, José Pilar Morales, Vicente Mendoza, Rafael González, Rafael Ruiz, José María Goyanes, Juan Francisco García Bravo y Manuel María Barbery, entre otros.
El 1 de abril de 1852 envió una solicitud a la Academia exponiendo que por Real Orden se había fijado el termino de varios meses a los que siendo directores de caminos vecinales quisiesen obtener el titulo de maestros de obras con arreglo á lo dispuesto en el articulo 5º del Real decreto de 7 de Setiembre de 1848. En vista de que se encontraba en esta situación suplicó a la Academia poder examinarse de las materias contenidas en el artículo 10 del Reglamento, pero no sería el único en solicitarlo, ya que entre otros aspirantes al título se encontraban Manuel García Sierra, Pedro Fernández-Llamazares, Juan de Dios Carrillo, Mariano Méndez Gasariego y Gregorio de las Pozas.
Habiendo sufrido el competente examen y practicado los ejercicios establecidos que habían dado comienzo el 24 de junio de 1852, Gallardo fue reprobado en la clase solicitada: en la Junta celebrada el 28 de dicho mes. No obstante, en este mismo año obtendría el título de maestro arquitecto por la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 6 de octubre, a los 27 años de edad, tras realizar como proyecto fin de carrera los diseños de Una casa herradero para toda clase de ganados, con habitación para el dueño (del A-2240 al A-2242), con su memoria descriptiva y el avance detallado de la obra. Por la Real Orden del 17 de marzo de 1853, la Reina tuvo a bien que le fuera expedido el título, pero no sólo a Bernardino sino también a Cayetano Hermógenes Palacios y Alejandro Mendizábal, cuyos expedientes de examen habían sido remitidos por la Academia el 1 de febrero anterior.


Fuentes académicas:

Comisión de Arquitectura. Arquitectos. 1852. Sig. 2-14-3; Comisión de Arquitectura. Directores de caminos vecinales, 1850-1859. Sig. 2-20-1; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1851-1852. Sig. 2-19-4; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1853-1855. Sig. 2-19-5; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1848-1854. Sig. 3-91; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818-1886. Sig. 3-156, nº 241; Secretario general. Solicitudes de ingreso en la Escuela Especial de Arquitectura, 1845. Sig. 5-67-3.


Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


Página 1 de

NOTA: Estas bases de datos son el resultado de un trabajo acumulado en diversos departamentos y en períodos diferentes. Los usuarios comprobarán que hay registros incompletos y desiguales en contenido, campos que deberán ser revisados e imágenes que iremos sustituyendo a medida que se vayan haciendo las campañas fotográficas. Todo ello será un trabajo de meses y quizá de años que deseamos no demore la accesibilidad de las personas interesadas en conocer nuestras colecciones. Rogamos nos disculpen estas deficiencias que iremos subsanando de manera escalonada y de lo cual daremos periódicamente cuenta en nuestra página web y redes sociales.

© 2017-2024. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. c/ Alcalá, 13. Madrid
Ayuntamiento de Madrid
Esta base de datos/portal web se ha iniciado gracias a una subvención nominativa de la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento de Madrid con cargo a los presupuestos municipales de 2018