Hijo de Alejandro González Velázquez (1719-1772) e Isabel González, nació en Madrid hacia 1756 y murió en la ciudad de México (México) en 1810. Su padre fue becado en Roma por el Rey Fernando VI en 1746 a propuesta de la Junta Preparatoria de la Academia, pero renunció a la misma obteniéndola en su lugar Miguel Fernández. Llegó a ser profesor adjunto de arquitectura desde el 12 de abril de 1752 hasta el 13 de mayo de 1761, fecha en la que fue nombrado profesor adjunto de Pintura para suplir a Andrés de la Calleja, por entonces Pintor del Rey. Aparte de su padre, su abuelo y tíos fueron reconocidos pintores, escultores y arquitectos, por ello no es extraño que Antonio eligiese el mundo de las artes como carrera a seguir.
Como alumno de la Academia de San Fernando se presentó en 1770 a la ayuda de costa del mes de diciembre, obteniendo la beca mensual en la Junta Ordinaria del 13 de enero de 1771. Además de que en esta convocatoria su nombre aparece como Antonio Velázquez, no como Antonio González Velázquez, el ejercicio que elaboró para la ocasión no se conserva actualmente en el Gabinete de Dibujos el Museo de la Academia.
Optó al Concurso de Premios Generales en 1772 por la 2ª clase de Arquitectura, convocatoria a la que también se presentaron Francisco Cremona, Juan de Milla y Ramón Alonso. En la Junta General del 15 de diciembre de 1771 se dieron las bases y los temas de pensado que debían desarrollar los interesados, saliendo en suerte para la 2ª clase de Arquitectura un «Teatro de fábrica de piedra y ladrillo para las Comedias Españolas, con el adorno correspondiente. Planta, fachada y corte, todo geométrico en pliego de papel de Olanda de marca mayor», mientras que el 14 de julio se acordó como asunto de repente la «Planta y fachada de orden jónico compuesto, para una puerta principal, en la entrada de un jardín». El tribunal que debía juzgar las obras de la 1ª clase quedó conformado por 9 vocales más el director, quienes después de proceder a la votación secreta otorgaron el 1º premio a Ramón Alonso y el 2º a Juan de Milla, galardones que fueron distribuidos a los interesados en la Junta Pública del 5 de julio de 1772.
El 5 de abril de 1772 González Velázquez solicitó de la Academia una ayuda de costa diaria para continuar sus estudios, ya que la muerte de su padre en este año había provocado una situación de penuria para su familia. La solicitud fue aceptada, pues se le concedieron cuatro reales diarios durante tres años, prorrogables en caso de que sus adelantamientos fueran demostrados.
Durante 1773 le veremos como ayudante de Diego de Villanueva en la realización del proyecto de reforma de la Academia en la calle de Alcalá, cuando la Institución decidió trasladarse desde la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor al antiguo Palacio de Goyeneche.
A través de la Junta Ordinaria del 3 de septiembre de 1772 sabemos que siendo pensionado presentó cuatro dibujos de arquitectura que había realizado bajo la dirección de Ventura Rodríguez a fin de que la Academia viera sus adelantamientos en este Arte. Según la Junta Ordinaria del 26 de septiembre de 1773 estos diseños respondían al plan, el corte y la fachada de un templo de figura de cruz griega, aunque según la Junta Ordinaria del 9 de enero de 1774 solo consistió en el dibujo de un edificio en perspectiva con una figura de academia.
Tres meses más tarde, y a fin de que los profesores vieran de nuevo sus adelantamientos, remitió la figura de una academia, la elevación en perspectiva de un templo y la idea de otro, al tiempo que los también pensionados Francisco Pardo y José Rodríguez presentaron una cabeza modelada en cera y tres dibujos. Tanto unos como otros fueron censurados en la Junta Ordinaria del 10 de abril de 1774.
El 1 de mayo de 1774 obtuvo la misma puntuación (1 voto) que Isidro Gálvez en la ayuda de costa por la clase de Principios, habiéndose presentado asimismo Francisco Lobato, quien no obtuvo voto alguno. A finales de año elaboró el plan y la elevación geométrica de una especie de atrio de su invención «con el sofito de su cornisa», que gustó mucho a la junta por cuanto que el 4 de septiembre de 1774 se acordó que los dibujase en perspectiva para poder valorar su aplicación.
Al año siguiente optó a la ayuda de costa por la clase de Principios en el mes de los Escultores, convocatoria a la que también se presentaron Marcos Escudero y Vicente González. La beca le fue concedida finalmente a Escudero por 11 votos en la Junta Ordinaria del 5 de marzo de 1775, quedando en un segundo lugar Antonio González con dos votos y un tercer puesto Vicente González con uno.
A principios de 1776 se vieron con satisfacción varios dibujos suyos de arquitectura y adorno, así como los diseños y modelitos en cera del también becario Juan Rodríguez, los caules le proporcionaron el pase a la sala del Modelo de yeso (Junta Ordinaria del 21 de enero de 1776). No obstante, dos años más tarde y todavía en calidad de pensionado elaboraría el proyecto de una aduana que sería expuesto en las salas de la Academia, no sin antes advertirle en la Junta Ordinaria del 18 de enero de 1778 que le faltaban algunos detalles importantes.
Optó por última vez al Concurso de Premios Generales en 1778, pero en esta ocasión por la 1ª clase de Arquitectura. Firmaron también la oposición José Fernández Parrado, Pedro Ángel Albisu, Mateo Guill, Francisco Sánchez, José Naranjo, Guillermo Casanova y Juan de Milla. En la Junta Ordinaria del 16 de noviembre de 1777 se acordó que los asuntos de pensado de 1775 fueran los mismos para esta convocatoria en vista de que no había tenido efecto aquel concurso, por lo que el tema de pensado para la 1ª clase consistió en «Un grande Hospicio con comodidades para fábricas, manufacturas, habitación de dependientes, y división oportuna para hombres y mujeres. Templo capaz de con tribunas separadas para los dos sexos, todo con magnificencia: planta del quarto baxo, otra del principal: fachada y corte todo geométrico», mientras que el asunto de repente, elegido el 14 de julio de 1778, resultó ser la «Planta y alzado de un Mausoleo según los antiguos, arreglado a los géneros Diástilos y Eústilos». Los vocales concedieron el 1º premio a Guillermo Casanova y el 2º a Mateo Guill, siendo distribuidos los galardones en la Junta Pública celebrada el 25 de julio de 1778 por primera vez en la nueva sede de la Academia en la calle Alcalá, nº 13.
En 1779 obtuvo la ayuda de costa del mes de mayo por la 2ª de Arquitectura en la Junta Ordinaria del 6 de junio, con los diseños del Templo de la Paz en Roma (del A-4543 al A-4545). También a 1779 responden los dibujos del Templo de la Rotonda en Roma últimamente remodelado en su interior (A-4949) y el Templo de Baco (A-4699), ejercicios presentados para la obtención de diferentes ayudas de costa en base a que en la Junta Particular del 26 de junio se manifiesta el gasto que la corporación ha tenido que desembolsar por este alumno que lleva 7 años disfrutando de becas mensuales correspondientes a una peseta diaria y la necesidad de que dichas ayudas cesen en un corto periodo de tiempo.
A principios de 1780 estuvo ocupado en el proyecto de un altar, trabajo que previa censura de Ventura Rodríguez fue examinado por la Junta Ordinaria del 5 de marzo detectándose en él algunos errores, como la desproporción existente entre las figuras representadas y la arquitectura diseñada.
En atención a su aplicación, asistencia y adelantamientos en las ayudas de costa y premios concedidos, presentó a mediados de 1780 un memorial solicitando su admisión a los ejercicios para la graduación que la Academia creyera conveniente otorgarle junto con el proyecto de una Iglesia de una colegiata, con su capilla parroquial reservada (del A-4078 al A-4082). Dados sus méritos y la calidad de los dibujos aportados, fue propuesto para el grado de académico de mérito por la arquitectura. Realizada la votación secreta obtuvo 25 votos de 27 vocales, resultado que le hizo acreedor del grado solicitado en la Junta Ordinaria de 6 de agosto de 1780.
El 12 de enero de 1783 presentó un memorial solicitando la plaza de ayudante de Perspectiva en vista de su condición de académico por la arquitectura, sus años como pensionado y haber sustituido a su padre como a los directores por ausencia o enfermedad. Entonces no tenía en su haber ninguna obra arquitectónica, lo que le hubiera servido como mérito para obtener la plaza solicitada, pero de igual forma los vocales reunidos en la Junta Particular del 2 de marzo de ese año no creyeron procedente semejante petición, máxime cuando el director Miguel Fernández no había solicitado ayudante o sustituto y su asistencia a la clase de Perspectiva no le impedía dirigir la de Arquitectura que alternaba con Ventura Rodríguez.
Dos años más tarde estuvo ocupado en las obras del Nuevo Palacio bajo la dirección de Francisco Sabatini y en otras al servicio del Rey, optando al mismo tiempo a la plaza vacante de teniente director de arquitectura. También se presentaron a la plaza Elías Martínez, Manuel Machuca, Ignacio Tomás, Manuel Turrillo y Alfonso Regalado Rodríguez, pero la Junta Particular del 5 de marzo de 1786 consideró proponer a los académicos Manuel Martín Rodríguez y Francisco Sánchez al haber sido propuestos anteriormente a la plaza de director de arquitectura que se le dio a Juan Pedro Arnal. En tercer lugar salió propuesto Manuel Machuca, pero en la siguiente junta ordinaria saldría elegido finalmente Manuel Martín Rodríguez.
Antonio González Velázquez no consiguió en esta ocasión la tendencia de la arquitectura, pero pronto la conseguiría fuera de España, concretamente en Méjico. A petición de la las autoridades de la Casa de la Moneda de la Nueva España, el rey Carlos III había fundado en 1783 la Real Academia de San Carlos de las Nobles Artes de Nueva España con objeto de establecer una escuela de grabado y así mejorar la producción y acuñación de moneda. La primer sede estuvo ubicada en el edificio de la Casa de la Moneda donde se impartieron clases hasta 1791, año en que se decidió su traslado a un lugar más cercano: el antiguo Hospital del Amor de Dios.
Ya en marzo de 1778 se tiene constancia de la entrega que hace al grabador de la Casa de la Moneda, Jerónimo Antonio Gil, de ochenta papeles de dibujos de manos, pies y cabezas; varios bajorrelieves antiguos y ocho modelos de los mismos; doce cabezas de yeso y seis figuras pequeñas, además de una colección de azufres adquiridos en Roma por la Academia, que según un documento fechado el 18 de febrero de 1779 le había costado a la corporación la elevada suma de 3.000 reales.
Una vez fundada la Academia de Nueva España y con ocasión de cubrir la enseñanza en la Academia de San Carlos de México, el marqués de la Sonora remitió una carta al virrey de Nueva España el 12 de abril de 1786, enviándole seis días más tarde otra nota con la lista de los posibles candidatos, es decir, los nombres de los directores que el Rey había nombrado para este destino: Ginés de Andrés y Aguirre, Cosme de Acuña, José Arias y Antonio González Velázquez, quienes disfrutarían del sueldo de 2.000 pesos anuales desde el día en que fuera verificado su nombramiento. El 24 de junio de 1786 salieron desde Cádiz rumbo a Veracruz (México) llevándose consigo una colección de libros, modelos y estampas para uso didáctico.
La llegada de los académicos a su destino no fue fácil y menos con el ambiente hostil que existía hacia ellos, sobre todo propiciado por el director de la Academia mexicana Jerónimo Antonio Gil al no ser profesores de su gusto y los que él había seleccionado para ocupar la enseñanza. Esto puede constatarse a través de las cartas que fueron remitiendo a la Academia de Madrid dichos directores, describiendo la confusión, los enredos que percibían en aquel instituto y los desprecios que sufrían. Debido a estas circunstancias comunicaron su deseo de volver de inmediato a la corte o a cualquier destino fuera de Madrid, pero lo cierto es que González Velázquez murió en México habiendo llevado a cabo algunas obras en ese país.
En diciembre de 1792 el Rey determinó que seis discípulos de la Academia de San Carlos pasasen a Madrid para perfeccionarse en el estudio de las Tres Nobles Artes bajo la dirección de Cosme de Acuña, profesor que daría las gracias por dicho nombramiento el 11 de enero de 1793. Tres años más tarde fueron enviadas a la Academia de Madrid las obras que habían elaborado los discípulos de la Academia de San Carlos, encontrándose entre los alumnos de arquitectura José Gutiérrez, Luis Tola, Mariano Bustamante, José Rojano, Diego Pérez Valdés, Francisco Reyes, Francisco Ortiz, José María Delgado, Saturnino Samaniego, Luis Martín y Joaquín Heredia. Los trabajos fueron examinados por la Junta Ordinaria del 30 de octubre de 1796, viéndose en ellos «Mal gusto en lo general: falta de proporcion en el todo y sus partes:pesadez y poca elegancia en los ornatos: poco dibujo: menos inteligencia en las sombras: y ninguna degradacion en ellas».
Pero mientras que se iban consolidando los estudios en la academia mexicana llegó en 1792 a la institución madrileña una caja de madera con el expediente y cinco dibujos relativos a la construcción de la Casa de Dirección y Fábrica de Tabacos de México: «Cinco diseños formados por el Yngeniero Dn Manl Agustin Mascaró para la construccion de una Casa Direccion y Fabrica de Tabacos en la Ciudad de Mopico, qe remitió el Exº Sor Conde de Floridablanca. Se reprobó enteramte este proyecto, y se nombró pª el al Acadco Dn Antº Gonzz Velazqz». Respecto a la fábrica de Tabacos de la Nueva España, el virrey Bucareli ordenó la elaboración de los diseños al ingeniero militar Miguel Constanzó, que tras realizarlos entre 1787 y 1788 junto con el calculo del presupuesto de la obra fueron devueltos con el informe desfavorable por la Real Orden del 20 de mayo de 1792.
En septiembre de 1793 fue remitida una carta escrita por el virrey de México enviando los nuevos planos levantados por el arquitecto Antonio González Velázquez para la obra de la Fábrica de tabacos. La Comisión de Arquitectura reunida el 2 de octubre examinó los cuatro planos y el calculo de la obra valorada en 586.077 pesos fuertes, frente a los 163.700 en los que la había regulado Mascaró alegando que su proyecto era de mayor extensión y regular en planta.
La Comisión de Arquitectura sospechó que los planos no habían sido realizados por el arquitecto dado el mal gusto y los defectos que presentaban, «el desgraciado aspecto de la fábrica por el frente», la falta de relación entre los gruesos de las paredes del alzado y los que se indicaban en planta, como la mala colocación de los maderos del suelo. Además, faltaban las diferentes secciones de la construcción, la demostración de las vertientes de las aguas y la exposición facultativa por escrito, documentos todos ellos imprescindibles para poder aprobar el proyecto. En vista de este dictamen, los cuatro planos serían reprobados por la Academia en la Junta Ordinaria del 13 de octubre de 1793.
En cuanto a las obras de la fábrica de cigarrillos «La Ciudadela», fue levantada finalmente por Constanzó siendo iniciadas las obras en 1793 y concluídas en 1807 después de suspenderse los trabajos en 1797 y reanudarse bajo la dirección del arquitecto Ignacio Costera. Tras su terminación, el edificio fue destinado también a prisión política convirtiendose exclusivamente en Ciudadela en 1816. La obra responde al estilo neoclásico, con una sólida estructura y un ornato sobrio concentrado sobre todo en sus portadas.
Antonio González Velázquez murió en México en 1810 pero antes de su muerte llevó a cabo algunas obras de consideración sin remitir proyecto alguno a censura de la Academia. Entre ellas el proyecto para la Plaza Mayor de México (1796), consistente en el arreglo de este espacio urbano para colocar en él un monumento ecuestre de Carlos IV, obra de Miguel Tolsá. También la capilla del Señor de Santa Teresa, la iglesia de San Pablo el Nuevo o la iglesia del convento de Jesús María realizadas entre 1799 y 1804.
Comisión de Arquitectura. Informes, 1758-1798. Sig. 1-28-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1779-1859. Sig. 2-29-6; Comisión de Arquitectura. Informes, 1788-1797. Sig. 1-28-1; Distribución de Premios concedidos por el Rey N. S. a los Discípulos de las Tres Nobles Artes hecha por la Real Academia de S. Fernando en la Junta Pública del 5 de julio de 1772. Madrid: por D. Joachín Ibarra, 1772; Distribución de Premios concedidos por el Rey N. S. a los Discípulos de las Tres Nobles Artes hecha por la Real Academia de S. Fernando en la Junta Pública del 25 de julio de 1778. Madrid: por D. Joachín Ibarra, Impresor de Cámara de S.M. y de la Real Academia, 1778; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1770-1775. Sig. 3-83; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1776-1785. Sig. 3-84; Libro de actas de la Comisión de Arquitectura, 1786-1805. Sig. 3-139; Secretario general. Académicos. GONZÁLEZ VELÁZQUEZ, Antonio. Sig. 1-4-10; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, 1761-1878. Sig. 1-50-4; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, siglos XVIII y XIX. Sig. 1-48-7; Secretario general. Relaciones con otras academias. Academia de San Carlos de México, siglos XVIII y XIX. Sig. 2-36-3.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM
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