Nació en Tordehumos (Valladolid), pero pronto se trasladó a Madrid para matricularse como alumno de arquitectura en la Academia de San Fernando. Se matriculó en 1774, cursando los estudios en este centro bajo la dirección de los arquitectos directores hasta 1779. Ejerció la práctica de la profesión en edificios de primer orden de Madrid, destacándose entre ellos la casa propiedad del protector de la Academia, el nuevo convento de San Francisco El Grande y la casa palacio del duque de Alba. Asimismo, en calidad de aparejador facultativo trabajó en la capital en la nueva obra de ampliación del Real Palacio mientras que en Ávila, en la conclusión de la capilla contigua a la iglesia propiedad del marqués de Astorga y conde de Altamira, obra proyectada por el arquitecto director de la Academia Manuel Martín Rodríguez, y en las Reales Fábricas de tejidos de algodones.

Gracias a una certificación librada el 18 de enero de 1797 por el  académico Juan Antonio Cuervo, tenemos constancia que Matías Gutiérrez trabajó en otras tantas obras en la ciudad de Ávila: «[…] el Colegio Seminario titulado de Sⁿ Millan: Una Crujia que comprende, celdas, cocina, y demas partes agregadas en el combento de las Señoras Carmelitas Calzadas que llaman de la Encarnación en aquella ciudad, y últimamente, se halla construyendo al presente la nueba Plaza, y Peso R^l de ella, cuio proieito formado por mi, està aprobado por la real Academia de Sn Fernando […]».

El 28 de enero de 1797 solicitó de la Academia su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, exponiendo todos sus trabajos y la certificación de práctica librada por Juan Antonio Cuervo. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 5 de febrero, fecha en la que le dieron como asunto a desarrollar «Una Parroquia para un Pueblo de dos mil vecinos con abitaciones para seis Sacerdotes y dos Sacristanes, y demas necesario. P^ta vaja, fachada, dos cortes, y costado» (A- 4625 y del A- 3803 al A- 3807), además del «modelo de un Claustro circular sufrido por la parte del Patio con Columnas, q^e solo se demostrara dos yntercolumnios, hecha la Bobeda con sus cortes- y ynforme facultativo», no conservado en el Gabinete de Dibujos.

Concluyó los asuntos el 3 de enero de 1801, a razón de la solicitud que hizo a la corporación en esta fecha pidiendo día para la realización del examen final; no obstante, además de la prueba anteriormente señalada realizó como proyecto adicional al programa de la iglesia parroquial el diseño de Un cementerio o camposanto (A- 4760). Respecto a este último dibujo, indicó que «Aunque la Boveda, dispuesta debajo de la Nave principal y Crucero de la Iglesia; dispuesta para enterram^to la consideré suficiente, para la Población q^e se me señaló me ha parecido conveniente agregar al asunto señalado un Cementerio del q^e igualm^te presento los diseños, atendiendo à lo mejor recivido, y mas conveniente en las circunstancias actuales de la Epidemia padecida en nuestro Reyno […]».

En la Junta Ordinaria del 4 de enero de 1801 se le señaló el martes 20 para hacer el examen final, asistiendo como vocales a esta Junta Extraordinaria los profesores Arnal, Rodríguez, Aguado, Casanova y Varas, este último en calidad de secretario. Los examinadores fueron censurando los planos que Matías había trabajado dentro de la Academia junto con el informe facultativo, el modelo, la prueba de repente y los diseños correspondientes al asunto que se le había dado el 5 de febrero de 1797. Reconocidos los dibujos que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Gutiérrez contestó a las preguntas que le hicieron los profesores sobre la teoría y práctica de la profesión y satisfechos los examinadores con el mérito de las pruebas practicadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron con los conocimientos necesarios para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 8 de febrero de 1801.

Durante 1805 dirigió las obras del altar mayor y presbiterio de la iglesia de PP.  Misioneros del Salvador del Mundo (Madrid), momento en que solicitó de la Academia los honorarios que le correspondían por dichos trabajos. La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 30 de diciembre de 1805 le comunicó que le correspondían 24 reales diarios, dictamen que sería aprobado por la Academia en la Junta Ordinaria del 18 de enero de 1806.

Años más tarde sabremos de este maestro arquitecto a través de las juntas académicas: en la Junta Ordinaria del 11 de junio de 1815, momento en que se vio un diseño de su mano para el retablo de la iglesia de Nuestra Señora de Sonsoles en Ávila y otros dos para el mismo altar de Tiburcio Pérez Cuervo, así como en la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 17 de agosto de 1816 cuando se examinaron tres dibujos suyos en borrador para el retablo mayor y laterales en madera para la iglesia parroquial de Real Guardias de Corps (Madrid), con la decoración de Nuestra Señora de la Concepción, Santiago y San Fernando. Respecto a estos últimos diseños, la comisión comunicó que no creería «cumplir su obligacion, y podía ser recomendable si recayendo su censura, precisamente, en una de las principales casas de S.M. no recordase á la Academia para los efectos correspondientes que el Rey Ntro. Sr, en R^l Orden de 23 de Novv^re de 1777 á la vista de las mas tristes y dolorosas desgracias acaecidas nó solo en Madrid, sino en otras capitales del Reyno con motivo de hacerse de madera los retablos interiores de los templos, mandó S.M. que en lo sucesibo no se egecutasen estos adornos sino en Piedra ó Estuco y se comunicasen circulares como se hizo, de esta soberana determinacion á todos los Arzobispos, Obispos, Cavildos y Prelados en sus respectivas diocesis». Del mismo modo, los miembros de la comisión recordaron el incendio acaecido en la Real Cárcel en 1791 ocasionado por el retablo hecho en madera de su capilla, desastre que había motivado la prohibición de ejecutar retablos en este material, aunque en caso de tenerlos que ejecutar era obligatorio comunicarlo a S.M. para obtener la licencia correspondiente.

Aunque el título que ostentaba le confería el libre exercicio de la profesion, solicitó en 1819 al tiempo que los arquitectos Pedro Garrido, José Llorente, Joaquín de San Martín, Pedro Ávila, Antonio Conde y González, Pedro Zengotita Vengoa y Francisco Martín del Horcajo Vidal, la expedición del título o patente que a los profesores de su clase se les despachaba, dado que el único título que les condecoraba era una simple certificación manuscrita de los secretarios en sus respectivas épocas. Ante todas estas solicitudes, la Junta Ordinaria del 19 de septiembre de 1819 acordó expedirles el título a los solicitantes, pero debiendo constar en cada uno la nota con la fecha en que habían sido aprobados.

Al mes siguiente llegaron a la Academia cuatro diseños en limpio delineados por Gutiérrez junto con sus borradores para el altar mayor y laterales, que bajo su dirección debían construirse en la iglesia parroquial del Cuartel de Reales Guardias de S.M.., los cuales fueron censurados y aprobados por la Comisión de Arquitectura el 22 de noviembre de 1819.

La Comisión de Arquitectura aprobó asimismo el 20 de junio de 1820 sus siete dibujos en plan general, plantas, fachadas y cortes con la armadura en grande, del colegio facultativo de cirugía médica llamado de San Carlos (Madrid) con destino a la enseñanza pública, obra en la que habían trabajado durante el siglo XVIII Hermosilla y Sabatini y en la que posteriormente intervendrían Isidro González Velázquez en 1831 y Tiburcio Pérez Cuervo en 1837.

Arquitectura. Universidades, Institutos, Escuelas, siglos XVIII y XIX (1789-1861). Sig. 2-29-2; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1796-1802. Sig. 4-68-2; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1819. Sig. 4-64-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1806. Sig. 1-29-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808-1822. Sig. 1-29-5; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1795-1802. Sig. 3-86; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 11.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM