Hermano de Santos Ibáñez, nació en Cartagena (Murcia) en 1797. Estudió bajo la inmediata dirección de Francisco Bolarín, arquitecto de la Academia San Carlos de Valencia y maestro mayor de Policía, las enseñanzas de Aritmética, Geometría elemental y práctica, como la parte práctica y directiva de la facultad de la albañilería y la arquitectura.

El 27 de enero de 1827 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de una Casa ayuntamiento para una de las ciudades subalternas del reino (del A-2831 al A-2833) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra calculada en 2.785.589 reales, además de la certificación de práctica librada por su maestro Francisco Bolarín y la justificación de su conducta moral y política.

La Comisión de Arquitectura reunida el 14 de febrero de 1827 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 18 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 31, 44 y 45, los cuales respondieron respectivamente: «Diseñar una Cimbra para construir de cantería el arco de un Puente de 50 pies de diametro, señalando en este repartimiento de dobelas», «En planta, alzado y corte, y sobre un rectangulo de 50 pies de fachada y 80 de fondo, se demostrará una casa con destino á estafeta ó correo para una villa de dos mil vecinos y habitacion para el Administrador» y “En planta y alzados se manifestará la armadura de un tejado de planta circular, cuyo diametro incluyan las paredes y machones sea de 45 pies». De los tres asuntos escogió el nº 31, es decir, una Cimbra para el arco de un puente de 50 pies de diámetro con el rompimiento de dovelas (A-5316), elección que comunicó a la corporación el 21 de febrero.

La Junta de Examen tuvo lugar el día 5 de marzo de 1827, asistiendo a ella como vocales los profesores Manuel González Montaos, Juan Antonio Cuervo, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete, este último en calidad de secretario. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Ibáñez comenzó este nuevo ejercicio contestando a ciertas preguntas que le hicieron los examinadores acerca del modo de medir las superficies de las figuras irregulares aplicándolo a la medida y tasación de las casas; los apeos y el modo de hacerlos, ya fuesen en edificios, arcos o intercolumnios; la construcción de un puente, cuya cimentación fuese mediante el sistema de pilotaje y por último la construcción de las presas a fin de ubicarlas en un río para molinos o cauces de regadío.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron con mérito para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 25/29 de marzo de 1827, a los 30 años de edad.

En la Junta Ordinaria del 7 de febrero de 1830 la Academia le concedió el título de aparejador facultativo, previa presentación de «Una cimbra para el arco de un puente» el 25 de enero de 1830. Esta obra no se conserva en el Gabinete de Dibujos y curiosamente su asunto coincide con el desarrollado tres años antes para la obtención del título de maestro arquitecto.

A finales de 1831 el Juzgado de la villa de Totana (Murcia) hizo una consulta a la Academia acerca de las providencias que debían tomarse respecto a la queja dada por su maestro titular con motivo de haber autorizado Juan Ibáñez a los oficiales Mariano Jiménez y Bartolomé Rosa para trabajar en dicha villa. Estudiada la queja por la Comisión de Arquitectura celebrada el 22 de noviembre de 1831, «no dudó que habiendo pasado Ybañez desde Murcia á la Villa de Totana, haya dejado aquella autorizacion á los oficiales á quienes encargó la egecucion de las obras que dirija y de las que debe responder; pero en ella debió tambien expresar la obra, la casa y aun el numero con que se distingue; con cuya terminacion cesa tambien la precitada autorizacion, sin que esta licencia ó facultad pueda tener otra mayor extension ó sentido á favor de los intenteresados, para con ella entrometerse en otra obra alguna».

A principios de 1833 Ibáñez solicitó de la corporación su admisión a los ejercicios para el grado de académico de mérito, exponiendo el  buen desempeño de su cargo en la enseñanza de la sala de Arquitectura en la ciudad de Murcia; ser maestro mayor de los conventos de religiosas de Santa Clara y Santa Ana como de los religiosos de Santo Domingo y Nª Señora de la Merced; haber construido un canal en Mazarrón (Zamora) y ser el autor de otras obras hidráulicas, entre ellas la del puente del río Mundo. En estas fechas presentó a informe de la Academia un plano con la reedificación de un puente y una presa sobre el río Segura que sería censurado en la Junta Ordinaria del 19 de febrero de 1833.

En vista de sus méritos, la Comisión de Arquitectura reunida el 5 de marzo y la Junta Ordinaria del 10 del mismo mes acordaron admitirle a los ejercicios de reglamento. Se le dieron como asuntos a desarrollar un «puente triunfal de Paladio» y «el carácter y circunstancias en que debe disponerse el palacio de un soberano, describiendo su situación, formas y ornatos». Dichos ejercicios tampoco se conservan en la corporación debido a que Ibáñez no pudo entregarlos a tiempo por enfermar de cólera en la epidemia de 1834 y por las revueltas políticas acontecidas más tarde. La concesión del grado de académico de mérito no se haría efectiva hasta años más tarde.

En 1835 entró al servicio de las Obras Públicas como celador de la carretera de Murcia a Cartagena, siendo nombrado arquitecto titular y de Policía de Ornato en el Ayuntamiento de Murcia. Dos años más tarde fue nombrado maestro mayor de dicho ayuntamiento, nombramiento que fue notificado en la Junta Ordinaria del 22 de enero de 1837, y remitió asimismo a censura confidencial de la Academia los diseños para la composición del azud del puente de la ciudad de Murcia y la reposición de la parte arruinada del muro de sostén o malecón adyacente al mismo sobre el margen norte del río Segura. En su memoria detallaba las ruinas y los daños que presentaba el puente y una vez vistas las obras por la Comisión de Arquitectura el 14 de febrero de 1837 las declaró dignas de ser aprobadas como obras de reparación.

El 20 de octubre de 1844 la Academia le concedió el grado de académico de mérito al tiempo que le era concedido a Juan Jimeno Casanova, por cuyo honor dio las gracias en la Junta Ordinaria celebrada el 1 de diciembre.

Entre otras obras realizadas por Juan Ibáñez podemos destacar la casa de la calle San Nicolás esquina a la calle Junco, propiedad de la condesa de Villaleal (1837); la reparación de las llamadas «Casas de Ochando», como la capilla y el panteón de la hacienda Las Peralejas  en Sucina (Murcia), obra de 1850. Por otro lado, junto con su hermano Santos y Diego Manuel Molina ejecutó las arcadas de triunfo levantadas en Murcia con motivo de la visita de SS.MM. a la ciudad en 1862 y el desmonte de las torretas del segundo cuerpo de la casa situada en la plaza de las Agustinas, nº 16.

Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1827. Sig. 2-8-2; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1825-1876. Sig. 2-23-3; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1831-1838. Sig. 3-89; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 52.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM