Hijo de Manuel Inza y María Rey nació en Madrid hacia 1822, ciudad en la que residió en la calle Santa María, nº 42, cuarto principal. Como alumno del Estudio de la calle de Fuencarral solicitó en 1842 el pase de la clase de Figuras a la del Yeso, previa realización de los ejercicios de rigor, al igual que los discípulos Juan Antonio Llorente e Ignacio Marsa Pinzón, siendo sólo concedido el pase a Inza y Llorente. De esta época, el Gabinete de Dibujos del Museo (Sección Dibujo Artístico) conserva de Domingo Inza el diseño del Fauno de los Albogues (P/508) fechado en 1842, ejercicio que responde al pase a la sala del Yeso concedido el 6 de febrero de ese mismo año.
Dos años más tarde solicitó el pase del Yeso al Natural que le fue otorgado en la Junta Ordinaria del 1 de abril de 1844 y el 30 de septiembre de 1845 su ingreso en el tercer curso de carrera en la Escuela Especial de Arquitectura porque tenía realizados los estudios preeliminares exigidos: «primero y segundo años de matematicas en la Academia Nl. De Sn Fernando, elementos del calculo diferencial e integral, los de mecanica racional y geometria descriptiva con sus mas normales aplicaciones al corte de piedras y maderas, [...], dibujo de figuras hasta el modelo natural inclusive en la misma en la que tambien cursó un año de perspectiva [...], poseyendo ademas los dibujos de paisaje, adorno y topografia. [...] el estudio completo de los cinco ordenes y la practica de delineacion y labado en la copia de edificios antiguos y modernos». Con este objeto presentó la fe de bautismo, dos certificaciones de sus estudios de Matemáticas, el certificado de haber aprobado el estudio de los órdenes de arquitectura, así como tres tarjetas correspondientes a las matrículas en Dibujo natural, Yeso y Perspectiva. Por todos estos años de estudio le sería concedida su admisión al 3º año de carrera de arquitectura el 13 de noviembre de 1845.
Cuando cursaba el 4º año en la Escuela de Arquitectura y justo unos días antes de que se celebrasen los exámenes de curso tuvo que ausentarse de Madrid por unos asuntos urgentes que debía resolver, hecho que notificó a la junta de profesores a fin de que esta ausencia no le puntuara negativamente. Este hecho le llevó a solicitar el 3 de septiembre de 1847 la admisión de su prueba de curso en los exámenes extraordinarios concedidos a los no aprobados, gracia que le sería denegada al haber «incumplido las faltas de Reglamto, este interesado en el curso anterior, y sido borrado de la lista á que corresponde» con la consiguiente pérdida de un curso entero.
A finales de la década de los años cuarenta del siglo XIX, S.M. aprobó la iniciativa de algunos profesores de la Escuela Especial de Arquitectura para que el profesor Antonio Zabaleta pasase a Toledo con algunos discípulos, con objeto de proporcionar buenos dibujos y modelos para la enseñanza. Esto se debía a que la Escuela carecía de dibujos y modelos en yeso para que los alumnos pudieran hacer los estudios necesarios. Los estudiantes debían costearse el viaje e ir acompañados de un profesor a fin de practicar las mediciones de detalles, conjuntos de edificios y vaciados de los monumentos que se encontrasen en esa población.
Zabaleta salió rumbo a Toledo el 24 de abril de 1849 con 30 alumnos que trabajaron entre 12 y 14 horas diarias, permaneciendo en la ciudad hasta el 14 de mayo. De los treinta discípulos, 7 se hallaban en el año de práctica, lo que significaba que tenían todos los estudios concluidos (Severiano Sáinz de la Lastra, Joaquín Fernández, Pantaleón Iradier, Manuel Heredia, Santiago Angulo, Mariano López y Luis Pérez); 8 se encontraban en el 3º año de carrera, siendo el caso de Domingo Inza, Felipe Peró, Rafael Mitjana, Antonio Cortázar, Antonio Iturralde, Francisco Verea y Romero, José Mariano Mellado y Máximo Robles; 13 cursaban el 2º año de carrera (Antonio Ruiz de Sálces, Cristóbal Lecumberri, Juan Lozano, Fernando Ortiz, Cirilo Ulivarri, Juan Germán, Alejo Gómez, Manuel Villa y Valle, Juan Nepomuceno Ávila, Juan Farelo, José Asensio Berdiguer, Demetrio de los Ríos y Francisco Villar), mientras que 2 cursaba el 1º año (Aureliano Varona y Francisco de Cubas).
Los trabajos realizados fueron expuestos en una exposición pública organizada en Toledo antes de que los autores regresasen a Madrid. Entre las obras figuraban detalles y fragmentos de la Casa de Mesa; los azulejos y bóvedas de la Capilla de San Jerónimo en la Concepción Franciscana; los azulejos de la Casa de Misericordia en San Pedro Mártir; la planta, el corte longitudinal, los detalles de los arcos y los capiteles de Santa María la Blanca, como de San Juan de los Reyes. Asimismo, vaciados de varios sepulcros, pilastras, arcos, arquivóltas, fajas y frisos de la catedral.
La expedición fue todo un éxito y en vista de los buenos resultados obtenidos, la junta de profesores comunicó a la Academia lo útil que era el estudio de los monumentos y que consiguiese del Gobierno varias pensiones anuales para un cierto número de alumnos a fin de comisionarles para este objeto.
A su vuelta de la expedición, se presentó a mediados de 1850 a las pensiones de arquitectura en el extranjero (Roma), beca a la que también optaron los alumnos de la Escuela Especial de Arquitectura Antonio Cortázar, Agustín Peró y Antonio Iturralde. En este tipo de oposiciones los ejercicios consistían en 3 pruebas: 1) El dibujo y el lavado de un trozo de Arquitectura, debiendo los alumnos copiarlos del yeso o de apuntes que les eran entregados en el momento de entrar al ejercicio; 2) El dibujo de invención de un adorno de decoración de arquitectura que les era indicado por escrito; 3) El pensamiento de un edificio en planta, fachada y corte, cuyo tema era sacado en suerte, y por último, 4) El trazado de sus detalles de construcción, marcando resistencias, estudiando la decoración y su explicación facultativa.
Teniendo presentes estos ejercicios Inza elaboró los siguientes diseños: 1º) Una capilla bautismal (A-4367 y A-5035); 2º) Un capitel compuesto «de pilastra; de pie y medio al menos de altura» (A-5868) y 3º) y la Decoración en yeso de una ménsula (A-5867). Entregados y juzgados los trabajos se procedió a la adjudicación de la beca, declarándose los examinadores a favor de la obra que tenía por lema «Pictoribus adque Poetis quilibet audendi semper fuit aqua potestas». Esta pertenecía a Inza, quien obtuvo 27 votos a favor frente a los 3 obtenidos por los lemas «Florencia» y «Feliz el que acierte» y los 4 otorgados a «Atenas».
En la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 1 de agosto de ese año se vieron los ejercicios premiados y «Enterada la Reina (q.d.g) de la propuesta que ha elevado esa Real Academia, para que á D. Domingo de Inza se le conceda una plaza de alumno pensionado por las Bellas Artes en el extranjero, en virtud de haber obtenido el lugar preferente en los ejercicios de la oposición celebrada para obtar á esta gracia; se ha dignado aprobar la mencionada propuesta, no obstante haber esa Corporación abierto el concurso un año después de la época que por Real órden de 15 de Setiembre de 1847, se prefijó, sin consultarlo previamente con el Gobierno, y cuando en virtud de la ley vigente de presupuestos debia considerar caduca la concesion. En su consecuencia S.M. ha tenido á bien al propio tiempo disponer que en lo sucesivo la publicación de los edictos de convocatoria para las oposiciones á estas plazas y á las de profesores de las Escuelas de Bellas Artes, se haga siempre por la Dirección General de Instrucción Publica en la forma que al efecto esta prevenida. De Real Orden lo digo á V.E para los efectos consiguientes. Madrid 18 de Setiembre de 1850= Manuel de Seijas Lozano= Sr. Presidente de la Real Academia de San Fernando».
En la Junta General del 29 de septiembre de 1850 fue admitido al examen para la clase de arquitecto en cumplimiento de lo acordado el 31 de julio anterior, a fin de que pudiera presentarse a las plazas de profesor en las academias provinciales, sin embargo, no obtuvo el título hasta ocho años más tarde. En esta misma junta se acordó también su propuesta de ser pensionado en Roma, de ahí que pronto le veamos residiendo en la capital italiana y remitiendo a la Academia el 24 de septiembre de 1851 una carta comunicando haber recibido el 6 de abril anterior del director de los pensionados el reglamento por el que debía regirse durante su permanencia como becario en el extranjero. Asimismo, suplicaba que le fueran proporcionados los medios necesarios para poder hacer los viajes y estudios libremente, así como los recursos para percibir los haberes pertenecientes a la pensión y los documentos necesarios para su seguridad individual.
En julio de 1852 Antonio Solá, director de los artistas pensionados, hizo saber a la Academia que había recibido las obras de los pensionados para su remisión como era la costumbre, encontrándose entre ellas los dibujos de Gándara e Inza que iban dentro del cilindro donde estaban enrollados los cuadros. Pero en agosto los trabajos no habían llegado a Madrid, a razón de una carta enviada el 16 de agosto por Eusebio Rey en la que exponía que su sobrino había entregado en el tiempo prefijado los dibujos establecidos en virtud de los cuales la Real Academia debía fundar el informe al Gobierno para el año de prórroga que había solicitado con arreglo al artículo 5º de dicho Reglamento de pensionado, ya que estaba próximo a expirar el tiempo de su pensión y nadie sabía donde se encontraban los dibujos o si se habían extraviado.
Ante estos hechos, la Junta General Extraordinaria reunida el 18 de agosto acordó cuestionar al director de los pensionados acerca de si Inclán había entregado las obras que se indicaban, cómo lo había hecho, cuándo y a quién se las había entregado o si por algún incidente no habían sido remitidas lo fuesen de inmediato.
El 23 de marzo de 1853 la Academia informó al ministro de Fomento sobre el mérito de las últimas obras de los pensionados que habían sido remitidas, manifestando que «[…] los pensionados por la Arquitectura D. Jerónimo de la Gandara y D. Francisco Jareño han remitido trabajos de un merito muy sobresaliente y llenando superabundantemente todas las condiciones y formalidades del Reglamento, por lo que están ya en el caso de recibir con arreglo al mismo sus títulos de Arquitectos, y que con asimismo de un merito especial en su clase los dibujos del pensionado D. Domingo Inza, el cual tambien ha cumplido con lo que el Reglamento exige», aunque se le debían hacer algunas advertencias acerca de la clase de trabajos a los que debía dedicarse con mayor preferencia.
Los trabajos de Inza correspondientes al segundo año de pensión fueron enviados por su autor en marzo de 1853, a razón de una carta en la que el interesado exponía que «[…] en cumplimiento de lo prometido en el Reglamento para tener el pensionado derecho a adquirir el honroso titulo de arquitecto, he entregado con esta fecha al Director los trabajos concernientes al 2º año de su pensión que consisten: 1º un estudio en escala con todas sus acotaciones, plantas y perfiles del estado actual del Templo de Isis- 2º un pliego en grande excediendo de las dimensiones marcadas, con todos los detalles medidas, acotadas e iluminadas de una de las casas mas bellas de la Arquitectura Griega en Pompeya y 3º un templo restaurado como igualmente sus detalles y todo junto formando un cuadro en composición como para representar en el carácter que tendria aquella bellisima ciudad Griega y por ultimo un dibujo en pluma de las gigantescas construcciones Romanas, para hacer un paralelo del carácter severo y elegante de los Griegos con el atrevido ingenio del arte Romano en su aplicación al arco […]. En virtud de lo expuesto el que suscribe desea saber de la reconocida rectitud de V.E., si tendrá lugar a la igual gracia que han alcanzado sus anteriores compañeros con la indemnización del regreso a su patria y la prorroga para completar el estudio en su carrera con todos los conocimientos que exige la epoca presente viajando por Alemania y Francia a fin de poder obtener el titulo de Arquitecto como promete el Reglamento».
A través de una carta remitida el mismo 3 de marzo por Antonio Solá al primer secretario de la Academia de San Fernando, Barón de Lajoyosa, tenemos constancia que «[…] Si esa Corporación encuentra que tales estudios no están totalmente arreglados á las Condiciones que pide el citado Reglamento, no es por no haverlo hecho observar con tiempo al Señor Inza, tanto de palabra que por escrito. El rollo de los referidos dibujos vá dirigido al Excmo Señor Ministro de Fomentote cuyas manos los recivirá V.S. Ilma». No obstante, en agosto de ese mismo año y a raíz de otra carta, en esta ocasión dirigida por Eusebio Rey en concepto de tío curador y legítimo representante de Inza en Roma, sabemos que dichos trabajos no llegaron a tiempo a la Academia para ser corregidos y serle prorrogada un año más la beca al interesado, motivo por el que Eusebio Rey comunicó el 16 de agosto de 1853 desde Madrid: «[…] se digne acordar que se oficie al Sr. Director de pensionados en Roma á fin de que se sirva manifestar en donde existen los indicados trabajos, realizando inmediatamente su envio si los conservase en su poder con el objeto de que pueda ameritarse el informe al Gobo de S.M.; y en caso de que por algun imprevisto accidente se hubieren extrabiado ó no pudieren llegar a tiempo por motivos agenos á la voluntad de su sobrino Inza, Suplica tambien a V.E. se sirva llamar y que se le presenten los trabajos de los envíos anteriores a fin de que juzgado por ellos pueda evacuarse el informe al Gobo sin traer perjuicio al pensionado para quien se acerca el termino de la pension.». La suplica fue estudiada en la Junta General del 18 de agosto, momento en que se acordó que el director de los pensionados informase inmediatamente si el becario había remitido las obras que se expresaban, cuándo y cómo lo había hecho, y a quién las había entregado.
Con el fin de que Inza pudiera perfeccionarse en su arte viajando por Francia y Alemania, su tío y tutor, Eusebio Rey, solicitó le fuese prorrogada un año más la pensión en Roma, pero la Junta de Profesores de la Escuela Especial de Arquitectura reunida el 15 de septiembre de 1853 no pudo acceder a dicha petición por varios motivos: primero porque cuando se le concedió al interesado la beca fue sólo por tres años por haber sido el primero en serle concedida después de haber finalizado la carrera y segundo porque si se le concedía esta gracia perjudicaría al alumno que debía obtener la pensión al año siguiente, quedando interrumpido el orden establecido por el Gobierno de S.M. y defraudadas las esperanzas de los que tenían derecho a ella. El acuerdo de la Junta de los Profesores fue aprobado por la Sección de Arquitectura el 20 de septiembre y por la Academia en la Junta General del 2 de octubre de 1853.
La pensión de Inza debía concluir el 19 de octubre de 1853, pero en vista de no existir providencia alguna hasta ese momento para la continuación de la misma se le avisó de que su beca quedaba suspendida hasta que S.M. dispusiese lo contrario. El 3 de noviembre de 1853 Antonio Solá manifestó que «El referido Señor Ynza no ha vuelto á Roma después del viaje que emprendió para visitar la alta Italia, según lo dispone el articulo 4º del Reglamento, ni me ha remitido hasta ahora la Obra Obligatoria del tercer año de su pension», consistente en los diseños de restauración de un edificio reconocidamente bello junto con todos sus detalles.
No volvemos a tener noticias de este pensionado hasta principios de 1854, cuando en la Junta General del 8 de enero solicita de la Academia un informe sobre sus estudios en la Escuela, contando con la pensión que había disfrutado durante tres años. La corporación le contestó que no había cumplido con el reglamento en cuanto a remitir periódicamente obras para informar de sus adelantamientos en la arquitectura y hasta que no cumpliese este requisito haría caso omiso a su petición.
El 11 de enero de 1854 Narciso Pascual y Colomer dio cuenta a la Junta de Profesores de la Escuela Especial de Arquitectura de la remisión de los dibujos de Inza correspondientes al 3º envío de su pensión. La Junta examinó los trabajos y dictaminó que estos últimos no desmerecían de los otros dos envíos, por lo que el interesado merecía el título de arquitecto. El 21 de enero el propio Pascual y Colomer dio cuenta de ello a la Academia, por lo que en la Junta de la Sección de Arquitectura celebrada el 1 de febrero de 1854 se aprobó el acuerdo tomado por la Junta de Profesores. Inza recibiría finalmente el título de arquitecto en la Junta General del 5 de marzo de 1854, siéndole expedida dicha graduación en la Junta General del 9 de abril por la Real Orden del 29 de marzo.
En atención a sus buenos antecedentes, el 6 de marzo de 1855 la Reina comunicó a la Academia que tuviese presente a Inza en la primera ocasión en que fuera convocada alguna oposición, a lo que la corporación respondió que para ello debía dirigirse a la Escuela Especial de Arquitectura al ser la institución que debía ser juez en el concurso de oposición a tres cátedras que estaban vacantes, dado que la Academia no tenía plaza alguna en esos momentos ni medios para utilizar sus servicios.
Entre las obras más importantes de este arquitecto destaca la reforma del palacio de Santoña (Madrid) cuya reconstrucción había sido comenzada en 1873 según el proyecto de Ignacio Tomás; sin embargo, al contratar el duque a Inza en 1874, el arquitecto reformó y decoró el inmueble, diseñó en su interior la magnifica escalera de mármol de Carrara en estilo renacentista y modificó las fachadas ampliando los vanos y levantando una nueva portada en la calle de las Huertas. Por entonces construiría el panteón de los Señores de Azas en el cementerio de San Nicolás de Bari, camposanto clausurado en 1884 y demolido en 1912.
A partir de 1875 y bajo la dirección de Simeón Ávalos la plantilla docente de la Escuela Superior de Arquitectura tuvo varios cambios. Uno de los ayudantes de las clases prácticas era Enrique del Castillo y Jareño, que al morir en marzo fue sustituido por Inza. A partir de septiembre de 1876 Inza se hizo cargo también de las clases del ayudante Herrero y Herreros, comisionado por el Gobierno para estudiar en Roma la posible adaptación de varios edificios nacionales como sede de la Academia Española de Bellas Artes en la Ciudad Eterna.
Comisión de Arquitectura. Informes, 1846-1855 Sig. 1-30-2bis; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y públicas, 1848-1854. Sig. 3-91; Libro de actas de la Sección de Arquitectura, 1846-1852. Sig. 3-144; Secretario general. Enseñanza. Expediciones artísticas de los discípulos de la Escuela Especial de Arquitectura a: Toledo (1849), Salamanca (1853), Guadalajara (1854) y Granada (1856), 1849-1856. Sig. 1-32-5; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, 1832- 1855. Sig. 1-50-2; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, 1848-1861. Sig. 1-48-4; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, siglos XVIII y XIX. Sig. 1-50-1; Secretario general. Enseñanza. Pensionados, siglos XVIII y XIX. Sig. 1-50-3; Secretario general. Lista de solicitudes de ingreso en la Escuela Especial de Arquitectura, 1847. Sig. 5-68-1; Secretario general. Solicitudes de ingreso en la Escuela Especial de Arquitectura, 1845. Sig. 5-67-3; Secretario general. Varios. INZA, Domingo, sf. Sig. 4-68-4.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM
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