Hijo de Francisco Jover y Antonia Boronad nació en Alicante el 3 de abril de 1807, siendo bautizado ese mismo día en la iglesia colegial de San Nicolás. Comenzó su andadura profesional a los 12 años trabajando bajo la dirección del maestro de obras Francisco Jover de Sebastián en las obras que tenía a su cargo. Junto a este profesor estuvo ocupado en calidad de operario o aparejador desde 1819 en hasta 1839, año en que solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras. Para este fin presentó el 19 de agosto de 1839 como ejercicio de pensado el proyecto de Una posada para la villa de Albacete, allí donde concurren los caminos de Alicante y Murcia (del A-2122 al A-2125) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la certificación de práctica firmada por Francisco Jover de Sebastián y la justificación de su conducta moral y política.
La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 22 de octubre de 1839 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento, por 3 votos contra 1. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 27 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 23, 18 y 32, los cuales respondieron respectivamente: «Una pieza cubierta pª picadero destinada á la enseñanza de caballos y arte de equitación, dispuesta en una figura poligona de seis lados circunscrita a un circulo de 50 pies de Diámetro. Planta y corte», «Proyectar la habitación pª un Cura de un pueblo de 500 vecinos. Planta, fachada y corte» y «Diseñar una hermita extramuros de una poblacion, con habitación pª el sacristán que cuide de ella. Planta, fachada y corte». De los tres asuntos escogió el nº 18, es decir, la Casa para un cura de un pueblo de 500 vecinos (A-1524), inventariada bajo el título Casa para un particular, cuya elección comunicó a la corporación el 6 de noviembre.
La Junta de Examen tuvo lugar la tarde del 30 de noviembre de 1839, asistiendo a ella como vocales los profesores Custodio Moreno, Tiburcio Pérez, Eugenio de la Cámara, José Joaquín Troconiz y Juan Miguel de Inclán. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente que el pretendiente explicó una vez entrado en la sala manifestando los motivos que le habían llevado a elegir el asunto de pensado, procedió a ejecutar el examen teórico. Comenzó este nuevo ejercicio centrándose en el tratado de superficies que explicó con los medios de replanteo, las operaciones que eran necesarias y los instrumentos y medios necesarios para su traza y medida. Después entró en las operaciones aritméticas que recorrió en enteros y quebrados, decimales y números complejos, operando y resolviendo las cuestiones que le fueron propuestas. A continuación, los examinadores le hicieron diferentes observaciones acerca de la construcción de su obra, de ahí que explicase el replanteo de la misma como el método que había utilizado para asegurarla con puntos fijos. Más tarde se adentró en la fundación de los cimientos en terrenos diferentes, el asiento de la cantería, las obras de cantería y el asiento de las maderas en suelos y armaduras; las bóvedas, el grueso de los muros y otras cuestiones relativas a la práctica constructiva.
Satisfechos los examinadores con las obras presentadas, como con las explicaciones y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron con mérito para ostentar el título de maestro de obras, grado que le fue concedido por 4 votos contra 1 en la Junta Ordinaria del 8 de diciembre de 1839, a los 32 años de edad.
Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1839. Sig. 2-18-1; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818 –1886. Sig. 3-156, nº 152.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM
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