Hijo del agrimensor José Marín Montesinos y Francisca Aledo Alcaraz, nació en Murcia el 16 de noviembre de 1813 siendo bautizado ese mismo día en la iglesia parroquial de San Antolín. Fue alumno de la Academia de San Fernando y por espacio de tres años estudió bajo la dirección del arquitecto Francisco García Martínez, inventando y delineando gran variedad de proyectos de arquitectura al tiempo que frecuentaba las obras que tenía a su cargo, lo que le proporcionó desempeñar mediciones, tasaciones, replanteos y cuantas operaciones prácticas fueron necesarias.

El 16 de noviembre de 1838 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de «un edificio destinado para la reunión de artistas y literatos, ó sea de un Liceo y Ateneo reunidos» con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la fe de bautismo, la certificación de práctica librada por Francisco García Martínez y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el 5 de diciembre de 1838 examinó la obra y los documentos aportados, pero una vez realizada la votación secreta obtuvo un solo voto frente a cuatro en contra, resultado que le imposibilitó el pase al resto de los ejercicios de reglamento. Este acuerdo fue aprobado por la Academia en la Junta Ordinaria del 9 de diciembre, de ahí que veamos a Marín Aledo solicitando de nuevo su admisión a la misma clase el 25 de abril de 1839. En esta ocasión presentó como prueba de pensado los diseños de una «Yglesia parroquial, la cual puede servir para una población de mil vecinos», diseños no conservados en el Gabinete de Dibujos (Sección de Arquitectura), con su correspondiente informe facultativo y avance del coste de la obra, además de los documentos anteriormente presentados.

La Junta de la Comisión de Arquitectura del 30 de abril de 1839 examinó la 2ª prueba de pensado y los documentos aportados, acordando el pase del interesado al resto de los ejercicios. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 5 de mayo, fecha en la que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 119, 80 y 129, los cuales respondieron respectivamente: «Un Portico que represente la fachada de una Catedral, con dos torres laterales. Planta, fachada y corte», «Un Magnifico salon pª recibir en Palacio los Embajadores, con las avenidas de ingreso y salida. Planta y dos cortes, uno p^r lo largo y otro p^r lo ancho» e «Ynventar las tres ó cinco entradas de una fachada pª un Palacio Real, demostrando en la fachada el piso principal y segundo con los huecos subalternos á cada lado del centro pª saber que orden debe continuar alrededor del edificio. Se demostrará por planta y fachada». De los tres programas escogió el nº 129, es decir  Tres o cinco entradas de una fachada para un palacio real (A-5025), elección que comunicó a la corporación el 11 de mayo.

La Junta de Examen tuvo lugar la tarde del 1 de junio de 1839, asistiendo a ella los profesores Martín Fernández de Navarrete, Custodio Moreno, Tiburcio Pérez, José  Joaquín de Troconiz, Eugenio de la Cámara  y Juan Miguel de Inclán Valdés. Cotejada la obra de pensado con la de repente se vio esta última con falta de inteligencia en el desempeño de su composición, por lo que los miembros del tribunal acordaron suspender el examen de preguntas y reprobar el ejercicio. En vista de no haber comprendido bien el tema elegido y no haber podido desempeñarlo como hubiera deseado «por su complicación como por hallarse aquel dia indispuesto» el interesado tuvo que solicitar nuevos programas de repente el 7 de junio.

Volvió a ser admitido el 28 de julio de 1839, fecha en la que le sortean nuevos programas de repente. En esta ocasión le tocaron en suerte los números 39, 50 y 6, que respondieron respectivamente: «En el lienzo de una plaza disponer un Peso Real con todos sus agregados de balanza. Planta, fachada y corte», «Para un puerto de Mar una Casa de contratación de solo un piso con las oficinas correspondientes y habitación pª el Conserge: Planta, fachada y corte» y «Un Puente para un Rio cuyo ancho ó albeo se supone de 180 pies castellanos: Se demostrará p^r planta, alzado y corte una de sus pilas, con el pilotage, zampeados y cimiento de construccion de sus arcos y cortes canteriles». De los tres asuntos eligió el nº 50, es decir, una Casa de contratación (A-1277), elección que comunicó a la Academia el 3 de agosto.

La Junta de Examen tuvo lugar la tarde del 17 de agosto de 1839, asistiendo a ella los mismos profesores que en la junta de examen del 1 de junio anterior. Cotejada la prueba de pensado con la de repente que el interesado explicó con torpeza una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Marín Aledo comenzó en este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los examinadores  sobre la semejanza de las figuras y su aplicación en el replanteo de un edificio. A continuación buscó el lado de un cuadrado de igual superficie al paralelo rectangulo figurándolo en la pizarra por medio de la extracción de su raiz, pero cuando se le ordenó que lo hiciera con operación geométrica no acertó con la medida proporcional entre dos líneas. Después trató la proporción y el espesor de los muros o la resistencia de las paredes con respecto a su altura y la forma de sus vanos, así como los cimientos a zanja abierta con arcos y machones valiéndose de emparrillados. Por último, la elección y asiento de las columnas y sus arquitrabados; las secciones y las bóvedas que resultan de una semiesfera, las que ofrece el cono recto y la diferencia de diámetro en las de arista.

Una vez finalizado el examen se procedió a la votación secreta, de cuyo resultado fue reprobado nuevamente en la clase de maestro arquitecto en la Junta Ordinaria del 15 de septiembre de 1839, por un voto frente a cuatro en contra.

Sin embargo, su interés por conseguir el título de maestro arquitecto le llevó a presentar nueva prueba de pensado, en esta ocasión el proyecto de Una biblioteca para Murcia (del A-803 al A-805), pero volvió a desestimarse su solicitud en la Junta de la Comisión de Arquitectura el 3 de noviembre de 1839 y posteriormente en la Junta Ordinaria del 8 de diciembre de 1839. No obstante, en la Junta Ordinaria del 26 de enero de 1840 aparece su nombre entre los admitidos a los ejercicios para la clase de maestro de obras y el 4 de febrero elaborando como prueba de repente el dibujo de Un pórtico de una iglesia de un pueblo con  inclusión de la capilla para el baptisterio (A-5027). Marín Aledo obtuvo finalmente el título de maestro de obras por unanimidad de votos, en la Junta Ordinaria del 15 de marzo de 1840, a los 26 años de edad.

Cuatro años más tarde y previa solicitud del Ayuntamiento de Murcia, elaboró en colaboración con los arquitectos Santiago Baglietto, José Belmonte y Juan Antonio Alcaraz un informe sobre el estado de conservación de la Casa Teatro de la ciudad, al tiempo que los también arquitectos Francisco Bolarín Gómez, Juan Peralta y Cáceres desarrollaban cada uno su propio informe sobre el edificio. Todos ellos estuvieron de acuerdo en que su fábrica estaba defectuosa pero no en peligro de ruina, aunque era necesaria la reparación de su cubierta. Tristemente, en 1857 el teatro sería demolido desapareciendo así uno de los pocos teatros del Siglo de Oro.