Nació en Gerona hacia 1826, pero se trasladó a vivir a Madrid para seguir la carrera de arquitectura, ciudad donde residió en la calle de Zaragoza, nº 19, cuarto principal izquierdo, siendo su fiador el presbítero Mariano Álvarez que vivía en la calle del Humilladero, nº 2 duplicado, cuarto 3º izquierda.

Cursó las materias y asignaturas preparatorias prevenidas en el reglamento para ingresar en la Escuela Especial de Arquitectura y el 17 de septiembre de 1848 solicitó su ingreso en el centro con las siguientes palabras: «[...] si bien, el esponente no ha presentado hasta ahora esta solicitud, estimaría no sufriese por ello perjuicio alguno, mediante haber estado enfermo á su llegada á esta Corte, como acreditará si necesario fuese. [...] Suplica respetuosamente se digne admitirle en dicha Escuela; previo el Examen, prevenido por Reglamento». 

Martí y Santigosa no tuvo problemas a la hora de ser examinado debido a que no habían comenzado los exámenes, de ahí que fuese examinado por la Junta de los Sres. Profesores el 27 de septiembre de 1848 y reprobado, lo que le impidió su ingreso como alumno en la Escuela.

Tres años más tarde solicitó su admisión a los examenes para el grado de director de caminos vecinales, siendo examinado por el tribunal de la Real Academia de San Fernando los días 15, 18, 20 y 22 de diciembre de ese mismo año, siendo los examinadores los académicos José París (presidente), Eugenio de la Cámara (vocal) y Juan Bautista Peyronnet (secretario).

El día 15 de diciembre tuvo lugar el primer examen al que también se presentaron José Ramón Soler, natural de San Juan Bautista de Puerto Rico, y Joaquín Torrent, natural de Gerona. Se les cuestionó sobre aritmética y álgebra, de cuyo examen los pretendientes obtuvieron la calificación de «Buenos».

Para el segundo ejercicio fueron convocados los mismos pretendientes el 18 de diciembre, siendo examinados sobre geometría especulativa y práctica, trigonometría rectilínea y geometría descriptiva pura y aplicada, obteniendo Torrent y Martí la nota de «Bueno» mientras que Soler la de «Sobresaliente».

El tercer ejercicio tuvo lugar el 20 de diciembre y consisitió en realizar varias preguntas a los candidatos sobre sus conocimientos en los materiales y el cálculo de los desmontes y terraplenes, tras cuya calificación resultaron los tres con la nota de «Buenos».

Por último faltaba el cuarto examen que se celebró el 22 de diciembre.  Una vez entregado al conserje los ejercicios de prueba que habían elaborado los interesados fueron censurados detenidamente y al hallarlos bien desempeñados se procedió a la votación secreta de la que resultaron todos los concursantes aprobados por unanimidad de votos con la nota de «Buenos».

La aprobación de los pretendientes en la clase de directores de caminos vecinales acordada por la Comisión de Examen fue aprobada por la Academia en la Junta General del 11 de enero de 1852, siendo enviados los expedientes y las actas de los exámenes al ministro de Fomento el 31 del mismo mes.

Ostentando el título de director de caminos vecinales se presentó en 1852 a los exámenes para la clase de maestro de obras, a cuyo objeto trabajó como proyecto fin de carrera el 12 de junio de este año una Casa de ayuntamiento con alhóndiga, para una población de 500 vecinos (del A-2983 al A-2986), siéndole concedido el título solicitado en la Junta de la Comisión de Arquitectura el 28 de junio de 1852.