Hijo de Sebastián Martínez y Andrea Irizar, nació en Villar de Arnedo (La Rioja) el 6 de abril de 1820, siendo bautizado ese mismo día en la iglesia parroquial de los Santos Mártires San Cosme y San Damián. En el instituto de segunda enseñanza de Vergara asistió a dos cursos de Matemáticas, habiéndose impartido durante el primero Aritmética, Álgebra y Geometría mientras que en el segundo Trigonometría rectilínea y esférica, Geodesia, Aplicación del álgebra a la geometría, Secciones cónicas y la Teoría de las ecuaciones superiores. Tras estos estudios pasó a cursar la enseñanza de Dibujo natural.

A fin de aplicarse en la carrera de arquitectura se trasladó a Madrid, matriculándose como discípulo en la Academia de San Fernando. En este centro estudió los órdenes de arquitectura, copió gran variedad de proyectos, inventó unos y sombreó otros al tiempo que realizó los avances del coste que tendrían las obras si fueran a construirse. Entre 1842 y 1843 cursó la enseñanza del primer año de Matemáticas en la Universidad de esta corte, pasando en 1843 a la sala de Arquitectura. Durante tres años asistió a las obras a cargo del arquitecto Francisco García Martínez, tiempo que dedicó a la práctica constructiva realizando las mediciones, tasaciones, replanteos y cuantas operaciones le fueron encargadas.

El 2 de octubre de 1845 se casó con Josefa Ramona Guirán, de 19 años de edad, en la iglesia parroquial de San Sebastián de Madrid. El 12 de mayo de 1846 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras, presentando como prueba de pensado el proyecto de «una Carcel para la ciudad de Logroño», con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la fe de bautismo, las certificaciones de sus estudios y la certificación de práctica librada por el arquitecto Francisco García Martínez, además de la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada la noche del viernes 10 de julio de 1846 examinó la obra y los documentos aportados, pero tras la votación secreta fue rechazada su admisión a los ejercicios para esta clase por 5 votos contra 1. En la Junta Ordinaria del 12 de julio de 1846 fue asimismo desestimada su solicitud para poder elaborar los ejercicios pertinentes para esta clase, no obstante, volvió a solicitar su admisión dos meses más tarde. En esta ocasión presentó como obra de pensado los diseños de un Cuartel de caballería para Logroño (del A-3218 al A-3220) con su correspondiente informe facultativo y el avance del coste de la obra.

La Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el viernes 4 de septiembre examinó la obra y acordó el pase del interesado al resto de los ejercicios de reglamento por 7 votos contra 5. Fue admitido en la Junta General del 6 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 34, 47 y 55, los cuales respondieron respectivamente: «Diseñar una Casa para Albaceria, Merceria y para la venta de Carnes en una población regular. Planta, fachada y corte», «Ydear un Cementerio ó Campo Santo para un pueblo de 400 vecinos, con la decencia y distribución propia de su destino», y «Proyectar un Odeo ó un pequeño templete elevado en una plaza ó paseo publico, para la colocacion de un cuerpo de musica. Planta, fachada y corte». De los tres programas eligió el nº 47, es decir Un cementerio o camposanto para un pueblo de 400 vecinos (A-4808), elección que comunicó a la corporación el 7 de octubre.

La Junta de Examen se reunió la noche del 9 de noviembre de 1846, asistiendo a ella los profesores Juan Miguel de Inclán, Juan Antonio Conde y González, Atilano Sanz, Narciso Pascual y Colomer y Eugenio de la Cámara. Cotejadas las obra de pensado y de repente se observó en esta última «considerables defectos en sus paredes, puertas, inproporcion de la capilla comparada con el cementerio q^e era el objeto, y otros varios, se entró en la discusion de si podria darse por bastantes y habiendose procedido a su votacion resultaron cuatro votos de negativa contra uno á favor». Enseguida se le mandó retirar de la sala sin dejarle hacer el examen teórico, pero el 26 de ese mismo mes volvió a solicitar nuevo asunto de repente para la misma clase. No debió de obtener el título solicitado por cuanto que su aprobación no aparece en el Libro de registro de maestros de obras ni en las juntas académicas posteriores.