Nació en Leganiel (Tarancón, Cuenca) hacia 1779. El 7 de marzo de 1819 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras adjuntando a dicha solicitud tres certificaciones fechadas el 1 de marzo de ese mismo año, que reseñaban las obras realizadas por el pretendiente hasta la fecha. Una estaba firmada por Daniel Azcoitia y Gabriel Aparicio, alcaldes ordinarios de la villa conquense de Barajas de Melo, como por el escribano Antonio Morgaez, quienes certificaban la construcción por parte de Ezequiel de  las casas de Juan Vicente Caballero y Gabriel Alcalde Martínez en dicha villa; la obra de reposición y distribución de las habitaciones de las casas de Dª María Costanza Sandoval y las del infrascrito; el blanqueo y el cielo raso de la sacristía de la iglesia parroquial y la composición de la ermita de la Virgen de la Vega, patrona de dicho pueblo, destruida y arruinada por causa de pasar cerca del cimiento y a espaldas del transparente una regadera de agua. En cuanto a la ermita: «apuntaló las partes, y habiendo echo la estribación encontro un terreno flojo y cenagoso, por lo q^e tubo necesidad de hacer un gran zampeado de maderas y sillares anchos, y después de haber sacado el cimiento, le aacompañó y a las paredes tres botareles de sillería, crizandó a las quiebras unas piedras largas en forma de visagras, con lo que consiguió asegurar la Fábrica de la hermita en terminos, que después de unos diez y seis años que se verificó la composición , no se ha notado el mas leve sentimiento, ni la mas pequeña desunion».

La segunda certificación estaba librada por los alcaldes ordinarios de S.M. en Leganiel, Francisco Rodríguez y Juan Pastor, quienes señalaban la construcción de las casas de Vicente del Olmo y Fidel Vadillo en dicha villa de mano del pretendiente; la reedificación de la casa del cura de la misma, haciendo en ella las oficinas correspondientes al uso y habitación del párroco, como la sacristía de su iglesia y la escalera del coro; la ermita de Nuestra Señora de la Caridad a extramuros del pueblo con una bóveda, lunetos y media naranja en su crucero, además de la reedificación y reparación de muchas casas del pueblo y sus inmediaciones.

La tercera y última estaba firmada por Tomás García, Casimiro Fuente y Francisco García Abad. En ella se certificaba la ejecución por parte de Orozco de las casas de Vicente del Valle y Joaquín Santiago García Fernández; las caballerizas o cuadras con sus graneros encima de las casas de José Joaquín de Moya; la reedificación del molino harinero y la presa que este último tenía en el río Tajo y por último el puente de la Tenería que había sido reedificado por el titulado de la Vega.

La Comisión de Arquitectura en su Junta celebrada el 9 de marzo de 1819 vio las tres certificaciones, así como el proyecto que había desarrollado Orozco como prueba de pensado para recibirse en la clase de maestro de obras, el cual respondía a Un parador en despoblado para la carrera de Madrid (A- 2065 y A- 2066), con su informe facultativo y el avance del coste de la obra calculada en 1.881.639 reales de vellón. Le hallaron con mérito para concederle el pase al resto de los ejercicios de reglamento, de ahí que fuese admitido en la Junta Ordinaria del 14 del mismo mes. En este momento le sortearon los programas de repente, de los cuales eligió ¿Un parador? (A- 2067).

La Junta Extraordinaria del miércoles 24 de marzo de 1819 se reunió para examinarle en la clase solicitada, asistiendo a ella los profesores Pedro Franco, Antonio López Aguado, Juan Antonio Cuervo, Julián de Barcenilla, Alfonso Rodríguez, Manuel de la Peña y Padura, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete, este último en calidad de secretario. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Oriol comenzó este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores sobre geometría práctica, la medición de superficies y tasas de edificios. Después sobre las armaduras, los arcos y otras cuestiones relativas a la teoría y práctica de la profesión.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le hallaron con mérito para ostentar el título de maestro de obras, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 18 de abril de 1819, a los 40 años de edad.

Comisión de Arquitectura. Informes, 1808-1822. Sig. 1-29-5; Comisión de Arquitectura. Maestros de Obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818-1886. Sig. 3-156, nº 9.

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM