Hijo de Francisco Pérez y María Antonia Cuervo, nació en Oviedo (Asturias) el 14 de abril de 1786 y murió en Madrid el 6 de marzo de 1841. Tras estudiar latinidad en los Reales Estudios de San Isidro en 1800, se matriculó como alumno en la Real Academia de San Fernando el 17 de septiembre de 1801, a los 15 años de edad. Realizó los cursos de Matemáticas exigidos entre 1801-1802 y 1811-1812, al tiempo que se aplicó en el dibujo y la arquitectura como discípulo particular de su tío, el teniente de arquitectura Juan Antonio Cuervo. A su lado aprendió la teoría y práctica de la profesión en las obras que estuvieron bajo su cargo, habiendo desempeñado la fábrica de la nueva iglesia parroquial de Santiago y San Juan (Madrid), obra ejecutada entre 1806 y 1811 en calidad de aparejador facultativo.
En 1805 optó al concurso de Premios Generales por la 2ª clase de Arquitectura, convocatoria que también firmaron Romualdo de Vierna, Felipe Rodríguez y Blas López Castaño. Al igual que todos ellos, Tiburcio tuvo que proyectar como prueba de pensado «[...] En el sitio mas oportuno de Madrid, á eleccion del que aspire al premio, pero dándolo medido y en donde sea posible llevarlo á execucion, trazar un edificio sencillo y propio para que la juventud exercite en él con separacion los exercicios gimnásticos de picadero, carrera, juego de pelota, mallo, bochas, bolos, etc.» (del A-482 al A-485) y como obra de repente «Un pórtico ó entrada para una de las parroquias principales de Madrid» (A-5007). Los programas habían sido elegidos respectivamente en la Junta Ordinaria del 2 de diciembre de 1784 y Junta General del 12 de julio de 1805. Trece fueron los vocales que adjudicaron los premios en las diferentes clases, concediendo el 1º premio de 2ª clase a Romualdo de Vierna y el 2º a Tiburcio Pérez Cuervo, galardones distribuidos en la Junta Pública celebrada el 27 de junio de 1805.
Volvió a presentarse al concurso de Premios Generales en la convocatoria de 1808, pero en esta ocasión por la 1ª clase de Arquitectura y Perspectiva, habiendo concurrido también en la 1ª clase Romualdo de Vierna, Blas López Castaño y Agustín López. Al igual que ellos Pérez tuvo que ejecutar como obra de pensado el proyecto de un «Templo magnífico con destino a Catedral» (del A-4173 al A-4177) así como el dibujo de un «Monumento que se ha de erigir en el campo de Bailén en honor de los españoles y de su heroica victoria» (A-3564) como ejercicio de repente. Los programas habían sido elegidos en la Junta Ordinaria del 13 de diciembre de 1807 y Junta General del 31 de agosto de 1808 respectivamente. Los 10 vocales presentes este año adjudicaron el 1º premio a Pérez Cuervo y el 2º a Vierna, galardones que fueron distribuidos en la Junta Pública celebrada el 24 de septiembre debido a la ocupación extranjera de la capital y la ausencia del Rey en Madrid.
En la clase de Perspectiva Pérez obtuvo también en este año de 1808 la medalla de oro, tras haber competido contra Francisco Gutiérrez y Anselmo Alonso. Como el resto de los opositores elaboró como ejercicios de pensado y de repente la Real iglesia de San Isidro de Madrid (del A-4401 al A-4403) y «El pedestal del órden dórico con inclinación hácia el plano geométrico buscando al mismo tiempo por planta y alzado las sombras y embatimientos por él» (A-5616).
En 1812 se agregó al Estado Mayor de Madrid cuando las tropas nacionales ocuparon esta plaza, momento en que levantó los planos topográficos del Real Sitio del Retiro, así como el de las fortificaciones hechas en él por las tropas enemigas. En octubre de este año pasó por orden de su jefe al puerto de Alicante a fin de incorporarse en el Real Cuerpo de Ingenieros, pero no pudo ser admitido como cadete en este Cuerpo al hallarse suspendida la admisión de éstos en el Ejército y en el Regimiento de Zapadores. Gracias a una certificación de Antonio Prat, ingeniero 2º de Marina, inspector del Palacio de Cortes y académico de honor, sabemos que Pérez Cuervo desempeñó la plaza de sobrestante facultativo en la obra del Palacio de Cortes de Madrid.
En virtud de sus méritos, entre ellos, haber obtenido los premios 1º y 2º por la clase de Arquitectura en el concurso de Premios Generales de 1805 y 1808 respectivamente, como el extraordinario de Perspectiva en este último año, solicitó de la Academia en 1814 el grado de académico de mérito. Esta solicitud se basaba en que le favorecía la Real Orden del 24 de noviembre de 1783 por la cual se exigía «para la recepción de Académicos de merito en la Arqta las mismas pruebas que ahora pª la de Mtros Arqtos con declaracion de que la primª parte de este examen que previene la invencion y delineacion pueda dispensarse por la Acadª a los que hubiesen acreditado en las oposiciones y concursos de la misma Acadª estár suficientemte instruidos». Pero la solicitud sería rechazada por la Academia al tenerse que sujetar a las nuevas ordenanzas.
En vista de esta negativa, el 25 de abril de 1814 solicitó de la misma institución su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto de Un colegio militar para ingenieros (del A-405 al A-409), con su informe facultativo y el avance del coste de la obra calculada en 6642210 reales, junto con la certificación de práctica librada por el teniente director de arquitectura Juan Antonio Cuervo.
La Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el 28 de abril de 1814 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 1 de mayo, fecha en la que le sortearon los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 19, 59 y 104, de los cuales escogió el nº 59, es decir, Un magnífico salón de baile con tribuna para la orquesta (A-5145).
La Junta Extraordinaria se reunió el 7 de mayo de 1814 para examinarle, asistiendo a ella como vocales los profesores Pedro Franco, Antonio Aguado, Julián de Barcenilla, José Miguel de Toraya, Antonio Varas y José Munárriz, este último en calidad de vocal secretario. Cotejada la prueba de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Pérez Cuervo contestó a todas las preguntas que le formularon los profesores sobre la teoría y práctica de la profesión y satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las respuestas dadas a las preguntas formuladas le vieron con mérito para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 5 de junio de 1814.
Antes de acabar el año, el alcalde ordinario de Arroyomolinos (Madrid), Antonio Vázquez, le encargó el proyecto de su iglesia parroquial, es decir, un proyecto que debía estar arreglado a su población, un total de 45 vecinos, y a su poca economía. Pérez Cuervo remitió a censura de la corporación los diseños en borrador, los cuales fueron aprobados el 22 de julio, pero pasaron tres largos años hasta que tuvo concluidos los dibujos en limpio, ya que el 29 de abril de 1817 fueron censurados otros tantos pensamientos en borrador que había realizado para este templo y la Junta Ordinaria celebrada el 13 de julio de 1817 aprobó completamente los dibujos en limpio que había enviado a censura cuatro días antes.
Mientras que estaba ocupado en la obra anterior, la Junta Ordinaria del 11 de junio de 1815 examinó sus diseños de un altar para la iglesia de Sonsoles (Ávila), junta en la que fue presentado otro diseño de un retablo para la misma iglesia elaborado por Matías Gutiérrez. El 12 de septiembre de este año presentó igualmente los planos en borrador para la nueva iglesia parroquial en la nueva población del puerto de Ribadesella (Asturias), con habitación para el sacerdote, una tribuna para el patrono y sitio para la colocación de un reloj. El encargo le llegó a través de José María Herrera, comisionado para la construcción de este templo, el cual debía erigirse según la demarcación de la nueva población en un rectángulo aislado de 90 pies por 60 de superficie, evitando costes excesivos en la torre y demás elementos que no fuesen de absoluta necesidad. Una vez estudiados los diseños en borrador se acordó que bajase alguna parte del perímetro de la manzana en donde debía situarse la iglesia a fin de desahogar las calles de la población y que conciliase el decoro como la firmeza del edificio conforme a la economía con la que se contaba.
Posteriormente, se le encargó el arreglo de algunas hiladas de cantería y otras piezas ya labradas en el Palacio de Buenavista (Madrid), obra levantada en 1777, sin más gastos en ellas que el preciso para asentarlas. También la disposición de una puerta de entrada al expresado Palacio por la calle de Alcalá, entonces Museo Militar y Parque de Artillería, para lo que elaboró el diseño en borrador bajo la mayor economía que le fue posible. Fue aprobado todo en su totalidad por la Comisión de Arquitectura el 3 de julio de 1816 y por la Academia en la Junta Ordinaria del 7 del mismo mes.
Al año siguiente, la Junta de la Comisión de Arquitectura del 29 de abril de 1817 despachó dos proyectos suyos puestos en limpio: el de las iglesias parroquiales de Santa María Magdalena y Santa Cruz de Sevilla formados sobre los cimientos de las antiguas. El primero estaba diseñado por Pérez Cuervo en vista de que en mayo de 1816 habían sido remitidos unos planos realizados por Fernando Rosales, sujeto desconocido, cuyos alzados se encontraron faltos de proporción, orden y decoración.
En este mismo año solicitó graduarse en la clase de académico de mérito, para cuyo fin presentó sus estudios y carrera profesional. Dicha solicitud fue aprobada por la Comisión de Arquitectura el 13 de junio de 1817, pero no por la Academia, ya que en 1818 Pérez Cuervo tuvo que volver a solicitar su admisión a los ejercicios para el mismo grado, aportando para este fin varios documentos: 1) El certificado del secretario de los Reales Estudios de San Isidro de Madrid fechado el 15 de julio de 1815, que indicaba su asistencia y aprovechamiento en la clase de Física experimental en dicho centro una vez cursados los estudios de Latinidad, Lógica y cuatro años de Matemáticas. 2) El certificado que el 26 de abril de 1816 Donato García, presbítero y académico de Mineralogía del Real Museo de Ciencias, le había librado, indicando su asistencia a las lecciones públicas de Mineralogía de principios en dicho lugar. 3) Un memorial fechado el 30 de abril de 1817 en el que Cuervo exponía que bajo la dirección de su tío, el director Juan Antonio Cuervo, había realizado el estudio teórico y práctico de la profesión, asistiendo a todas sus obras; que había sido nombrado recientemente catedrático por nombramiento especial y que había obtenido diversos galardones en varias convocatorias del concurso de Premios Generales. Asimismo, que le habían sido aprobados en las Juntas Ordinarias del 4 de septiembre de 1814, 11 de junio y 1 de octubre de 1815 los proyectos de dos iglesias parroquiales, un altar y la puerta de entrada al palacio de Buenavista (Madrid), el cual se estaba construyendo por entonces en la calle Alcalá de Madrid.
Ante todos estos documentos acreditativos fue admitido a los ejercicios de examen y en la Junta Ordinaria del 15 de junio de 1817 le fueron sorteados los programas para disertar. Le tocaron en suerte los números 4, 22 y 28, eligiendo de entre ellos el nº 4, es decir, «De la conducción de las aguas a las fuentes, y construcción de Acueductos, pozos, estanques, cisternas». En este momento se le señaló también como tema para delinear en pliegos de papel de Holanda, el «Orden Corintio, de la altura de medio pie castellano el capitel, y el cornisamento de lo qe resulte de la escala de aquel».
Una vez concluida la disertación pasó a ser examinado por los directores y tenientes de Arquitectura y Matemáticas, quienes fueron devolviéndola corregida. Antonio López Aguado la devolvió censurada el 27 de abril de 1818, Antonio Cuervo el 6 de mayo, Barcenilla el 9, Antonio Rodríguez el 23 de junio, Isidro Velázquez el 27 del mismo, Antonio de Varas el 6 de julio, Juan Manuel de Inclán el 13 y Custodio Teodoro Moreno el 18 del mismo mes.
En la Junta Extraordinaria del jueves 23 de julio de 1818 tuvo lugar el examen, asistiendo a ella como vocales los profesores Pedro Franco, Antonio López Aguado, A. Rodríguez, Juan Manuel de Inclán, Custodio Teodoro Moreno y Julián de Barcenilla en calidad de vocal secretario. Aunque realizada la votación secreta hubo uniformidad de votos, lo que significaba que se creía al interesado con mérito para ostentar el grado de académico de mérito, todavía faltaba la votación definitiva de la Academia. Tuvo lugar en la Junta Ordinaria del 9 de agosto de 1818, fecha en la que Pérez Cuervo obtuvo finalmente el grado solicitado por 27 votos de los vocales asistentes.
Antes de acabar el año de 1818 fue censurado su proyecto de cementerio para la Sacramental de los Irlandeses acomodado a un sitio contiguo a la ermita de San Dámaso fuera de la Puerta de Toledo (Madrid), pero, aunque la Junta de la Comisión de Arquitectura del 5 de octubre de 1818 aprobó su parte facultativa, no lo fue así su ubicación. En 1820 volvió a delinear el proyecto del cementerio el cual fue aprobado por la Comisión de Arquitectura el 20 de junio, no sin antes advertirle que la disposición de su ubicación era competencia del gobierno.
Dos meses más tarde, la Comisión de Arquitectura celebrada el 22 de agosto despachó otro plano de su mano, en esta ocasión el del puente de madera sobre las aguas del río Cinca en las inmediaciones de la villa de Monzón (Huesca), junto con su informe facultativo y el avance del coste de la obra que también firmaban el práctico de carpintería José Díaz y el ascentista Manuel Aguado, calculando el coste en 1.210 reales de vellón. Se vio muy parecido a otro proyecto de puente que por orden del Infante Carlos se había censurado y aprobado por la Academia en la Junta del 17 de abril de 1819, el cual respondía al puente construido sobre el Tajo, por lo que fue aprobado, pero con la conveniencia de que fuese acometida la obra bajo la dirección de un profesor aprobado.
La Comisión de Arquitectura reunida el 30 de abril de 1821 censuró también sus 6 diseños para la iglesia parroquial de La Puebla de Cazalla (Sevilla), cuya población era de 800 vecinos. Habían sido remitidos a la corporación a través de la duquesa de Osuna a quien pertenecía y fueron aprobados en su totalidad al hallarlos conformes al buen gusto de arquitectura.
Según el Inventario de 1824, tenemos constancia que estuvieron expuestas en la Sala de Arquitectura varias obras suyas: «Cuatro Planos del Pedestal, Capitel basas y cornisamento del Orden Corintio delineados en Madrid en abril de 1818 por Dn.Tiburcio Perez y Cuervo: todos con marcos de Nogal y cristales correspondientes».
Dos años más tarde se vio el expediente promovido por la Policía Urbana de Madrid sobre la denuncia de la casa nº 31 de la Manzana 206, situada en la calle de Atocha con vuelta a la plazuela de la Aduana Vieja, propiedad de María Dale. El expediente fue examinado por la Junta de la Comisión de Arquitectura reunida el 17 enero de 1826, junta que fue de la opinión que «la fachada á la referida Plazuela presenta deformacion y aspecto chocante para un punto tan principal pues sobre tener la forma de una verdadera medianería al descubierto, se advierte haber sido extremadamte descuidada su decoracion al paso qe se arregló la de la Calle de Atocha; por manera que sus impostas su proximidad en la principal, la desproporcion en los huecos fingidos, pegotes y guarnecidos, le dan todo el merito suficiente para desconfiar hasta de su seguridad; mas despues de reconocida y examinada en todos sus puntos, no puede denunciarse por ruinosa, sino por lo que su actual forma y disposicion ofende al aspecto publico. Y pues el loable fin à que principalmte se dirige la Policia Urbana ès el de vigilar sobre la seguridad y decoro publico, hallandose esta fachada en seguridad y e tanta mayor confianza cuanto ninguna carga y empuxe directo recibe, desde luego puede accederse á la reparacion que se solicita, y propone al Arqto Academiaco Dn Tiburcio Perez, pero con la espresa circunstancia de que se haya de coronar de alero ál nivel de él de la Calle de Atocha, cambiando la parte de Armadura que se tenga por necesaria para que desaparezca de la linea de fachada el cuchillo y forma de medianeria, sin cuyo requisito no se conseguiria se decoracion aun en el caso de ser labrada de nueba Planta».
Del mismo modo, la Junta de la Comisión de Arquitectura del 18 de mayo de 1832 estudió el expediente remitido por el Juzgado de Policía Urbana de la villa, promovido sobre la propiedad de la pared que dividía la casa de la calle Peregrinos, nº 17 en la Manzana 382 de la casa contigua, sin número, que correspondía a la propiedad de la nº 4 de la calle Preciados, a fin de acabar con la discordia existente entre las declaraciones prestadas por los académicos Antonio Conde y González y Tiburcio Pérez Cuervo. Tras el estudio de los antecedentes del caso, los datos y el reconocimiento practicado por individuos de la Academia, la comisión acordó comunicar al Juzgado de Policía que usase su autoridad para no permitir que se detuvieran las obras de reedificación de aquella finca por perjuicio de lo común y de la salud pública, debido a la aglomeración de materiales que obstruían el tránsito de las calles circunvecinas.
Por estas fechas, la Junta de los Reales Hospitales (General y de la Pasión) de Madrid remitió un oficio a la corporación el 20 de junio de 1832 haciéndola partícipe que S.M. había destinado el edificio del antiguo hospital de la Pasión para colegio de Medicina y Cirugía de San Carlos, edificio cuyas obras ya habían comenzado para darle nuevos usos. El arquitecto director, Tiburcio Pérez Cuervo, había observado varias filtraciones procedentes del depósito principal de aguas dulces de ambos hospitales que se encontraban en su terreno, hecho por el que se acordó que el arquitecto de los hospitales Juan Morán Lavandera hiciese el oportuno reconocimiento de los mismos a fin de poder evitar perjuicios que pudieran provocarse en las fábricas del colegio como en las del hospital. Pero en vista de que Tiburcio Pérez como Morán Lavandera tenían diferentes opiniones sobre la procedencia de las filtraciones, se solicitó de la Academia el nombramiento de dos arquitectos individuos de ella que examinasen el citado depósito de agua y las obras que se estaban haciendo en las inmediaciones del colegio, para que informasen a la Junta de los Reales Hospitales sobre el correcto camino a seguir.
Los arquitectos Custodio Moreno y José Joaquín de Troconiz fueron elegidos por la Comisión de Arquitectura el 27 de junio de 1831 para llevar a cabo este trabajo. Una vez realizado el reconocimiento que se les había encomendado elaboraron el informe correspondiente el 5 de julio llegando a las siguientes conclusiones: que «las filtraciones que se hán notado àl tiempo de abrir las zanjas para las paredes qe hán de formar él teatro anatomico y que aún subsisten mas bajas que èl que èl tercio total del deposito, no dejan duda de que son procedentes de la planta del grán baso, ya sea por hallarse obstruidas alguna ú algunas de las losas que constituien su pabimento, ó por estar ya embejecidas las juntas embetunadas, y aúnque no hán podido vér materialmente èl indicado pabimento por contener hasta seis pies de altura de agua, no pueden dudar, de la opinion que dejan sentada, por la observacion de la altura en que se encuentran las filtraciones, que és mucho menor que la del insinuado solado, no siendolo en manera alguna de las paredes laterales que constituien èl mencionado deposito, cuyo remedio será facil conseguir, quitando el agua à este, procediendo inmediatamente á la reposicion de losas, si las necesita, y embetunando de sus juntas, y aún cuando fuese necesario rebestirle de plomo sobre una tortada de betun, á pesar de sus grandes dimensiones siempre sería un gasto hecho con utilidad, pues por èl re aseguraria la existencia y mayor duracion de un deposito, magnifico por su natural construccion y capacidad, y mas particularmente por èl local elevado en que se halla situado, respecto ál Hospital general, él cual à merito de tán ventajosa posicion, disfruta èl veneficio de tener fuentes àl piso de muchas salas altas, surtiendose las cocinas y laboratorios de este liquido con la maior facilidad». Después de describir las excelencias y méritos del profesor director de las obras, les llamó la atención que el nuevo salón del anfiteatro lindase con el depósito porque podría acarrear futuras filtraciones. Por ello, aconsejaron al arquitecto director que arreglara su nuevo proyecto porque no estaba obligado a seguir las trazas dadas por Isidro González Velázquez y así podría precaver futuros problemas.
En marzo de 1833, Cuervo solicitó de la Academia los honores de teniente director de Arquitectura, alegando ser académico de mérito, sus estudios, carrera y servicios, como estar agregado al Estado Mayor de Carlos España en el ramo de Caminos y Canales, ser delineante de las Reales Obras del Palacio y arquitecto ayudante del arquitecto mayor. En la Junta Ordinaria del 21 de julio de 1833 S.M. le denegó los honores de director de la Academia, no obstante, en la Junta Ordinaria del 25 de enero de 1835 se le concedió por real orden el cargo de director de Arquitectura debido al mérito y la regularidad con que había dirigido las obras del estamento de los señores profesores del reino.
Con fecha del 1 de junio de 1836, el corregidor de Madrid, marqués de Pontejos, remitió a la Academia un oficio solicitando una relación individual de los sujetos comprendidos en el artículo 7º del Decreto de S.M. del 24 de mayo de 1836, en vista de la Real Convocatoria para la celebración de las Cortes Generales del Reino. El artículo 7º que decía: «Los Arquitectos, Pintores y Escultores con titulo de Académicos de las Bellas Artes» era una relación de individuos cuya edad debía ser mayor de 25 años y en la que debían indicarse la calle y la casa donde residían debido a que era indispensable a la Diputación Provincial de Madrid no perder ni un momento en resolver y cumplir dicho Real Decreto. Del mismo modo, el propio marqués de Pontejos solicitó de la misma institución el 15 de junio el nombramiento de tres o más profesores de arquitectura para que en unión con él pudieran tratar varios puntos del ramo de Policía Urbana. La Academia nombró para esta empresa a los profesores de arquitectura Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno, Tiburcio Pérez, Juan Francisco Rodrigo y José Joaquín de Troconiz el 19 de junio, a fin de que en la mañana del lunes 20 del mismo pudieran presentarse en las casas consistoriales de la villa para comenzar su cometido.
A mediados de 1838, la Academia de San Fernando recibió un oficio del juez de 1ª instancia Benito Serrán y Aliaga, comunicando a la corporación el litigio seguido en su juzgado entre Francisco Mingo y Manuel Carcerrada relativo a que se dejase libre la cueva de la casa ubicada en la calle Hortaleza, nº 77 (Madrid). Para este fin solicitaba la designación de varios arquitectos que reconociesen y expusiesen su parecer a las partes implicadas, para lo que fueron nombrados los vocales Tiburcio Pérez Cuervo y José Joaquín de Troconiz en la Junta de la Comisión de Arquitectura del 22 de mayo de 1838.
El 23 de abril de 1839, el intendente de la provincia de Madrid remitió un oficio a la institución académica notificándole que la Dirección General de Rentas y Arbitrios de Amortización había dado cuenta a la reina Isabel II de un expediente promovido por José Urrutia y José Manuel Díez e Imbrechts, vecinos de Madrid, relativo a que pudieran tomar posesión de una vez por todas de la casa que habían comprado en 1821 con arreglo al los Decretos de las Cortes expedidos para la enajenación de los bienes nacionales y la cual había sido casa de la Inquisición. Ante esta solicitud, la reina acordó que la Academia nombrase a tres peritos para que tasasen nuevamente la casa y declarasen sobre las mejoras habidas en la finca desde su reclamada venta, no obstante, en la Junta Ordinaria del 5 de mayo la Academia acordó nombrar sólo a dos: los directores Custodio Moreno y Tiburcio Pérez Cuervo.
Junto con José Joaquín de Troconiz, Pérez Cuervo fue nombrado a finales de 1839 por la Comisión de Arquitectura para llevar a cabo el reconocimiento de la medianería correspondiente a las casas nº 33 y 35 de la Manzana 365 esquina a la de Jacometrezo (Madrid), con motivo del expediente de conciliación remitido a la Academia por el dueño propietario y el administrador de las casas. El informe fue evacuado y aprobado por la Comisión de Arquitectura el 22 de octubre de 1839.
Al año siguiente, y en colaboración con Juan Miguel de Inclán y José Joaquín de Troconiz, realizó el reconocimiento y correspondiente informe del expediente de denuncia formado sobre la casa ubicada en la calle Ancha de Peligros, nº 5, nuevo de la Manzana 265 (Madrid), remitido a censura de la Academia por el alcalde 1º constitucional encargado de la Policía Urbana, informe que sería aprobado por la Comisión de Arquitectura el 16 de junio de 1840.
Arquitectura. Arquitectos, 1805-1815. Sig. 4-68-8; Arquitectura. Cementerios, siglos XVIII y XIX. Sig. 2-29-4; Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1801-1816 y 1824. Sig. 2-33-3; Arquitectura. Iglesias parroquiales, 1817-1826. Sig. 2-33-4; Comisión de Arquitectura. Informes, 1808- 1822. Sig. 1-29-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Informes, 1839-1850. Sig. 1-30-5; Comisión de Arquitectura. Informes. Urbanismo. Monumentos conmemorativos, 1787-1876. Sig. 2-28-8; Distribución de los Premios concedidos por el Rey N.S. a los Discípulos de las Tres Nobles Artes hacha por la Real Academia de San Fernando en la Junta Pública del 27 de julio de 1805. Madrid: Imp. Viuda de Ibarra,1805; Distribución de los Premios concedidos por el Rey N.S. a los Discípulos de las Tres Nobles Artes hacha por la Real Academia de San Fernando en la Junta Pública del 24 de septiembre de 1808. Madrid: Imp. Viuda de Ibarra,1808; Libro de actas de juntas ordinarias, generales y públicas, 1803-1818. Sig. 3-87; PÉREZ CUERVO, Tiburcio. Disertación sobre la conducción de las aguas a las fuentes, y construcción de acueductos, pozos, estanques, cisternas, Madrid, 1818. Sig. 3-310-33; Secretario general. Académicos. Arquitectos, 1790-1807. Sig. 1-43-2; Secretario general. Académicos. Arquitectos, 1814-1820. Sig. 1-43-3 bis; Secretario general. Académicos de honor, 1820-1845. Sig. 1-40-7; Secretario general. Solicitudes de nombramiento de profesores para reconocimiento de obras de arquitectura, pintura, escultura y grabado, 1779-1862. Sig. 2-27-5.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM
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