Nació en Lucena (Córdoba) hacia 1764. Fue examinado en el arte de la albañilería y arquitectura por el Concejo de Justicia y Regimiento de la ciudad de Lucena el 11 de marzo de 1791 En su certificado de examen se reseña «[...] Acisclo Ramirez Lopez, natural y vecino de esta Ciudad, que es de edad como de veinte y siete años, alto y grueso de cuerpo, color trigueño, ojos Pardos, calzado de Barba, pelo negro con canas y algunos hoyos de viruelas dispersos, una Cicatriz en la frente sobre la ceja del lado derecho [...]». En vista de que la fecha de expedición del grado otorgado por el Concejo era posterior a la Real Orden del 28 de febrero de 1787, por la cual se prohibía a las ciudades y cuerpos agremiados expedir semejantes títulos, la Comisión de Arquitectura celebrada el 5 de octubre de 1818 consideró nulo dicho título, obligando a Ramírez a ejecutar la delineación y el examen exigido si quería obtener el grado de arquitecto por la Academia de San Fernando.

Como consecuencia de la real orden vigente, solicitó de la corporación académica su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras el 3 de febrero de 1819, presentando para dicho fin y como ejercicio de pensado el proyecto de un Edificio compuesto de una casa de recreo y otra de labor que se puede construir en el término de la ciudad de Lucena (Córdoba), en el partido que llaman de Campoderas, en el sitio propio del Excmo. Señor Duque de Medinaceli y Santiestéban (A-1909 y A-1910). El proyecto iba acompañado del correspondiente informe facultativo y el avance del coste de la obra, calculada en 1.126.320 reales de vellón, junto con tres certificaciones de las obras que había tenido a su cargo en Córdoba, entre ellas, la nueva iglesia construida en Lucena para María Serenísima de la Expectación, varias obras de albañilería en la hacienda del duque de Medinaceli y un cortijo en el partido de las Navas del Selpillar en la población de Vadofresno.

Ante la obra y los documentos aportados, la Comisión de Arquitectura reunida el 16 de febrero de 1819 acordó admitirle al resto de los ejercicios de reglamento. Lo fue por la Junta Ordinaria del 20 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente, escogiendo entre ello un ¿Almacén? (A-2395).

Fue examinado por la Junta de Examen reunida el sábado 13 de marzo de 1819, a la que asistieron como vocales los profesores Pedro Franco, Antonio López Aguado, Juan Antonio Cuervo, Julián de Barcenilla, Alfonso Rodríguez, Manuel de la Peña y Padura, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete, este último en calidad de vocal secretario. Cotejada la prueba de pensado con la obra de repente que en pretendiente explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Ramírez y López dio comienzo a este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los examinadores relativas a la medición de superficies y otros puntos prácticos de la justa tasación de edificios y fábricas. No se le encontró hábil para ostentar el título de maestro de obras por lo que le fue expedido en su lugar el título de aparejador facultativo en la Junta Ordinaria del 14 de marzo de 1819.

Al año siguiente la Comisión de Arquitectura celebrada el 11 de enero de 1820 despachó un memorial presentado por Giorgio Carasa de orden de Ramírez y López, solicitando la expedición de la segunda certificación de aparejador facultativo tras habérsele extraviado la primera, petición por la cual, la comisión acordó realizar por duplicado el documento arreglado al expediente de sus ejercicios.