Nació en Granada hacia 1795. Obtuvo los primeros conocimientos del arte de la albañilería al lado de su padre, de quien aprendió el diseño geométrico y la práctica de la geometría. El 19 de junio de 1813 le fue concedido en Granada el título de maestro albañil a los diecinueve años de edad, lo que significa que poseía conocimientos de Aritmética y Geometría y algunos de Arquitectura, como también «el modo de gustar los materiales de qe se componen los Edificios, sus mezclas, de cal arena y lleso». Con este grado podía ejecutar obras de casas de mediana construcción y todas sus semejantes, pero no las de edificios públicos y particulares, por lo que se instruyó a partir de entonces en los conocimientos que le eran necesarios para recibirse en una clase superior. Con este fin empezó a asistir a la Academia establecida en su ciudad natal, donde delineó los cinco órdenes de arquitectura y ganó un premio con el diseño de un entablamento dórico. Asimismo, estudió en profundidad las enseñanzas de Aritmética y Geometría, siéndole expedido en 1825 el título de agrimensor por el Real Supremo Consejo; no obstante, su necesidad de adquirir los conocimientos relativos a la construcción y el buen gusto de las obras le llevaron a trasladarse a Madrid y trabajar por espacio de varios meses bajo la dirección de un profesor arquitecto.
El 4 de noviembre de 1827 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras, presentando como prueba de pensado el proyecto de un «Parador y Casa de Postas á la orilla de un camino Rl desde Madrid á Granada» con su informe facultativo y el avance del coste de la obra, la justificación de su conducta moral y política y los testimonios que acreditaban su práctica en las cartas de examen.
La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 14 de noviembre reconoció el ejercicio de pensado, es decir, Un parador y casa de postas en los márgenes de un camino real (del A- 2078 al A- 2080) como los documentos aportados, declarando hábil al pretendiente para entrar a ejecutar el resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 18 del mismo mes, momento en el que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 31, 23 y 37, los cuales respondieron respectivamente: «Diseñar una cimbra para construir de cantería el arco de un puente de 50 pies de diámetro, señalando en este repartimiento de dovelas», «Una pieza cubierta para picadero, destinada á la enseñanza de caballos y arte de equitación, dispuesta en figura poligonal de seis lados, descripta en un circulo de 50 pies de diámetro.- Planta y corte» y «Disponer una casa de reclusion ó carcel para Eclesiasticos.- Planta, fachada y corte». De los tres asuntos escogió el nº 37, es decir, una Casa de reclusión o cárcel, para eclesiásticos de los principales del reino (A- 944), elección que comunicó a la corporación el 20 de noviembre.
La Junta de Examen tuvo lugar el 23 de noviembre, asistiendo a ella como vocales los profesores Manuel González Montaos, Juan Antonio Cuervo, Juan Miguel de Inclán, Custodio Moreno y Martín Fernández de Navarrete. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Romero comenzó este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores acerca del modo de ligar la madera y asegurar los pisos, para después tratar el método de replantear un edificio tomando sus ángulos con el cartabón, la aplicación de los triángulos para la medida superficial de una casa y la solidez de las paredes como de las fábricas para estimar el valor de los materiales. Explicó enseguida las propiedades de las diferentes figuras (conos, esferas, pirámides, columnas de piedra) a fin de medir su solidez y peso, aplicando estos principios a la medida y precio de la fábrica de un pozo.
Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas, le vieron con el mérito suficiente para ostentar el título de maestro de obras, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 16 de diciembre de 1827, a los 32 años de edad.
Cuatro años más tarde, el R.P. y Clavarios de la comunidad de Carmelitas Calzados de la ciudad de Granada le encargó la reparación de la aguja de la torre de su iglesia que amenazaba ruina, en vista de que era el maestro de la comunidad. En su opinión, debía montarse y volverse a armar rebajándo solamente la parte dañada de sus maderas en el estribado, cuya forma demostraba en el diseño que remitía a censura, pero solicitó entonces de la corporación si le era posible llevar a cabo la obra con el título que ostentaba, a lo que la Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 19 de abril de 1831 le comunicó que no estaba privado de ejecutar este tipo de obras al ser sólo de reparación o reposición y aún cuando fuesen de mayor interés y consideración podría llevarlas a cabo.
En este mismo año de 1831, concretamente el 5 de septiembre, solicitó a la misma Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado los diseños de una Casa de correos destinada a la ciudad de Granada (del A- 2187 al A- 2189) con su informe facultativo y el avance del coste de la obra. La Comisión de Arquitectura celebrada el 4 de octubre de 1831 examinó la obra y los documentos aportados, acordando su pase al resto de los ejercicios de reglamento. Fue admitido en la Junta Ordinaria del 9 del mismo mes, fecha en la que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 19, 57 y 99, los cuales respondieron respectivamente: «En el testero de un magnifico Jardin idear una cascada, y en sus extremos dos Pabellones adornados de la Arquitectura correspondte al sitio. Planta, alzado y corte de la cascada», «Delinear una Escalera de caracol de piedra de cuarenta pies de diámetro y el ojo de veinte pies; demostrando tambien los cortes de canteria en planta y alzado interior» y «En una gran plaza disponer en su centro tiendas sin mucha elevación para el Despacho de generos y comestibles. Planta, fachada y corte». De los tres asuntos escogió el nº 99, es decir, una Gran plaza con tiendas, con destino al despacho de comestibles y géneros (A- 2318), elección que comunicó a la corporación el 12 de octubre.
La Junta de Examen tuvo lugar el 17 de octubre de 1831, asistiendo a ella como vocales los profesores Manuel González Montaos, Juan Antonio Cuervo, Antonio de Varas, Custodio Moreno y Juan Miguel de Inclán. Cotejada la obra de pensado con la de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Los profesores le cuestionaron algunas preguntas sobre el origen de la arquitectura y los principios del comercio que pudieron tener los hombres hasta la erección de las plazas públicas y el establecimiento de la compra venta que había sido el asunto de su prueba de pensado. Enseguida se le preguntó sobre las figuras y los sólidos, sus medidas y el origen de las curvas por las diferentes secciones dadas en estos aplicadas a las bóvedas y los arcos; la maquinaria, los requisitos de la buena edificación y la mejor dirección de las obras; el acertado empleo de los materiales, la resistencia de las maderas, así como otros aspectos relacionados con la práctica de la profesión.
Satisfechos los examinadores con el mérito de las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le vieron con los conocimientos suficientes para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 27 de noviembre de 1831, a los 36 años de edad.
La Junta de la Comisión de Arquitectura celebrada el 21 de febrero de 1832 censuró y aprobó su diseño de aljibe público para el lugar de Cúllar Vega (Granada) y el pliego facultativo correspondiente, los cuales fueron aprobados definitivamente por la Academia en la Junta Ordinaria del 26 del mismo mes.
En calidad de arquitecto municipal de Granada elaboró un detallado informe sobre la reconstrucción de las plazas de Santa Ana y Plaza Nueva, a raíz de la crecida del río Darro el 27 de junio de 1835, y en 1839 se presentó junto con otros tres artistas al concurso convocado por una comisión delegada del Ayuntamiento Constitucional de Granada para erigir en la plaza de Bailén un monumento dedicado a la memoria de Dª Mariana Pineda, mártir y víctima del despotismo en los años de la Tiranía. Romero remitió la planta y el alzado del monumento a la censura de la Academia el 17 de agosto de 1839, obra en la que había tenido presente la plaza en la que iba a ubicarse frente a la fachada del teatro, como las piedras que debían ser utilizadas, las cuales eran restos de varias iglesias suprimidas. El escultor del grupo que formaría la estatua era Manuel González, director de la Escuela de dibujo en la ciudad, grupo en el que se podía apreciar la «heroína coronada por un genio, apoyada en un trozo de columna que descansa en el terreno [...] y en todo sera fundido en bronce». La comisión académica reunida el 2 de octubre de 1839 acordó por uniformidad de votos no aprobar ninguno de los proyectos presentados, prefiriendo a cualquiera de ellos la elección de un sencillo pedestal arreglado a uno de los órdenes y acomodado a la figura elegida.
En 1854 presentó la denuncia de una casa de la testamentaría de Blas Nieto en la calle de los Coches de Granada por amenaza de ruina y en 1858 fue nombrado director de las obras de la Alhambra por cese de Juan Pugnaire, desde 1851 director de las obras del del palacio nazarí, que en estas fechas se hallaba necesitado de múltiples obras de restauración.
Al año siguiente llegó a la corporación un expediente promovido por la Junta de Beneficencia de Granada, sobre las obras de un departamento de dementes que debía construirse en el hospicio de dicha capital suscritos por Romero. El plano iba acompañado del presupuesto para la ejecución de la obra, calculada por el arquitecto en 69.218 reales de vellón. Tanto uno como otro fueron examinados por la Sección de Arquitectura el 1 de marzo de 1859, fecha en la que se encontró arreglado al objeto de su destino y a las reglas higiénicas que eran requerías, siéndolo definitivamente en su totalidad por la Academia en la Junta General del 13 del mismo mes. Asimismo, en 1859 presentó la denuncia de la casa nº 11 de la plazuela del Hornillo (Granada) por hallarse en estado de ruina.
Arquitectura. Hospitales y orfanatos, siglos XVIII y XIX. Sig. 2-29-5; Arquitectura. Monumentos públicos, siglo XIX. Sig. 2-28-4; Arquitectura. Pozos de nieve, aguas potables, acueductos, pozos artesianos, alcantarillas, aljibes, vertederos, muelles, cauces, etc., 1780-1894. Sig. 2-31-2; Arquitectura. Torres de iglesias y de relojes, campanarios y espadañas, 1779-1860. Sig. 2-34-1; Comisión de Arquitectura. Arquitectos, 1831. Sig. 2-9-5; Comisión de Arquitectura. Informes, 1821-1828. Sig. 1-30-1; Comisión de Arquitectura. Informes, 1829-1838. Sig. 1-30-3; Comisión de Arquitectura. Maestros de obras, 1789-1845. Sig. 2-23-5; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, nº 119; Libro de registro de maestros de obras aprobados por la Real Academia, 1818-1886. Sig. 3-156, nº 30.
Otras fuentes: Denuncia presentada por el arquitecto Baltasar Romero de la casa nº 11 de la Placeta del Hornillo, que administra Francisco López Garrido, por hallarse en estado de ruina, 1859. Sig. C.00013.0052 (Archivo Municipal de Granada); Denuncia presentada por el arquitecto Baltasar Romero de una casa de la testamentaría de Blas Nieto en la calle de los Cpches por amenazar ruina, 1854. Sig. C.00009.0026 (Archivo Municipal de Granada); PANADERO PEROPADRE, Nieves, «Madrid frente a Granada: Los Arquitectos Mayores de Palacio y la restauración de la Alhambra», Anales del Instituto de Estudios Madrileños, Madrid, LVI, 2016, pp. 79-114.
Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM
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