Nació en Ciudad Real hacia 1778. Desde su más temprana edad se dedicó a la carrera de albañilería consiguiendo los conocimientos prácticos necesarios para ser nombrado maestro alarife de Ciudad Real, cargo que le proporcionó tener a su cargo las obras más importantes de la ciudad, así como las correspondientes a la intendencia, la casa arzobispal y Administración de Rentas. En 1816 ejerció como aparejador en la construcción de la torre de nueva planta para la iglesia parroquial de Santa María del Prado, bajo las órdenes y dirección del académico de mérito José Joaquín de Troconiz.

El 4 de febrero de 1817 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro de obras, exponiendo su trayectoria profesional, la certificación del Ayuntamiento de Ciudad Real, la de José Joaquín de Troconiz y la presentación del proyecto de una Casa de ayuntamiento capaz para un pueblo de 400 vecinos como la villa de la Calzada de Calatrava, partido de Ciudad Real, capital de provincia de La Mancha (del A- 2812 al A- 2815) como obra de pensado, cuyo avance del coste total de la obra calculaba en 292.300 de vellón.

La Junta Ordinaria del 8 de febrero de 1818, examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento. Le fueron sorteados los asuntos de repente, escogiendo de entre los tres sorteados Una iglesia rural (A- 4634).

La Junta Extraordinaria celebrada para examinarle en la clase de maestro de obras tuvo lugar el 23 de febrero de 1818, asistiendo a ella como vocales los profesores Pedro Franco, Antonio López Aguado, Juan Antonio Cuervo, Julián de Barcenilla, Alfonso Rodríguez, Manuel de la Peña y Padura y Juan Miguel de Inclán, excusando su asistencia el arquitecto mayor de S.M. Isidro González Velázquez. Cotejada la obra de pensado con la obra de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Joaquín Romero comenzó este nuevo ejercicio contestando a las preguntas que le hicieron los profesores sobre aritmética y geometría; los ajustes de jornales en cuentas con quebrados para medir la superficie de un triángulo, una pirámide y un círculo. También acerca de la solidez de la obra de un pozo, el modo de hacer los arcos y las bóvedas.

Satisfechos los examinadores con las obras ejecutadas y las contestaciones dadas a las preguntas formuladas le vieron con mérito para ostentar el título de maestro de obras, grado que le fue concedido en la Junta Ordinaria del 8 de marzo de 1818, a los 40 años de edad.

La Comisión de Arquitectura celebrada el 3 de noviembre de 1824  aprobó sus diseños para la nueva ermita o capilla pública en la villa de Almodóvar del Campo (Ciudad Real) que debía dar culto al beato Juan Bautista de la Concepción, fundador de los Trinitarios Descalzos, pero no sin antes advertirle que al tiempo que ejecutase en limpio el proyecto debía ponerse de acuerdo con el arquitecto y académico José Joaquín de Troconiz, quien le debía indicar algunos errores que tenía que corregir e introducir para que pudiese aprobarse el proyecto en su totalidad.