Sureda y Villalonga, AntonioPalma de Mallorca (Islas Baleares), 1810 - ?, ?


Hijo del maestro arquitecto Juan Sureda y Ripoll y Margarita Villalonga, nació en Palma de Mallorca (Islas Baleares) el 14 de enero de 1810, siendo bautizado ese mismo día en la iglesia catedral de dicha capital.  Residió en su ciudad natal en la casa nº 17 de la manzana 205. Desde su infancia practico la arquitectura bajo la dirección de su padre, pero en abril de 1825 fue admitido como alumno en la Academia de Bellas Artes a cargo de la Sociedad Económica Mallorquina donde permaneció como discípulo hasta 1831. Durante 1827 y 1828 ganó el examen público correspondiente al primer y segundo año de Matemáticas, enseñanza impartida por Andrés Jaume Pró, religiosos observante exclaustrado y excatedrático de Matemáticas de la que había sido Universidad de Mallorca. Por otro lado, los conocimientos prácticos de la profesión los adquirió durante muchos años bajo la dirección del arquitecto José Frontera, asistiendo a las obras a su cargo y realizando cuantas operaciones le fueron encargadas.

El 8 de septiembre de 1846 solicitó de la Academia de San Fernando su admisión a los ejercicios para la clase de maestro arquitecto, presentando como prueba de pensado el proyecto una Una cárcel pública con tribunal de justicia  para Palma de Mallorca (del A- 1001 al A- 1004) con el informe facultativo y el avance del coste de la obra, la partida de bautismo, la certificación de dos cursos de Matemáticas aprobados, la certificación de práctica librada por su profesor particular José Frontera, las de otros estudios recibidos en Palma de Mallorca y la justificación de su conducta moral y política.

La Junta de la Sección de Arquitectura celebrada la noche del viernes 18 de septiembre de 1846 examinó la obra y los documentos aportados, acordando el pase del pretendiente al resto de los ejercicios de reglamento por doce votos a favor frente a uno en contra. Fue admitido en la Junta General del 9 de octubre, fecha en el que le fueron sorteados los programas de repente. Le tocaron en suerte los números 28, 14 y 19, los cuales respondieron respectivamente: «Disponer para un Pueblo, un Hospital de Caridad que contenga 24 camas, con habitación pª el enfermero, cocina, dispensa y cuarto pª el Capellan, demostrandolo en planta, fachada y corte», «En un Sitio regular y comodo de una población de 500 vecinos se trazará en plantas y alzados una Escuela de primera educación de modo que la habitación del Maestro unida al mismo edificio, tenga la entrada separada de la de la escuela» y «Proyectar un Portico para una Iglesia de un Pueblo con inclusión de la capilla pª el Baptisterio. Planta, Seccion y fachada». De los tres asuntos escogió el nº 28, es decir, un Hospital de caridad para un pueblo, que contenga 24 camas, con habitación para el enfermero, cocina, despensa y cuarto para un capellán (A- 2585), inventariado bajo el título Hospital para una ciudad, elección que comunicó a la corporación el  22 de octubre.

La Junta de Examen tuvo lugar el 31 de octubre de 1846, asistiendo a ella como vocales los profesores Juan Miguel de Inclán, Antonio Conde y González, Atilano Sanz, Aníbal Álvarez y Eugenio de la Cámara, este último en calidad de secretario. Cotejada la obra de pensado con el ejercicio de repente que el interesado explicó una vez entrado en la sala, se procedió a la realización del examen teórico. Sureda comenzó este nuevo ejercicio tratando el modo de hacer los avances de las obras y los medios para allanar bien el terreno; la manera de medir las superficies cúbicas, lo que era el cilindro, su formación y el modo de medir su superficie; los volúmenes; los medios para medir el agua que se construye en un aljibe y un pilón, como la ejecución de un pilón y un pozo para una cantidad de agua determinada. Enseguida se le pidió el modo de buscar el firme en una arroyada de cien varas, los medios de marcar estando el terreno movedizo y los medios de hacer una escalera. Después explicó los medios para asegurar los canales en los puntos en donde pusiese las letrinas y los de ciertas paredes; los arcos, sus especies, la manera de edificarlos y los que eran de mayor resistencia. También las propiedades características de la elipse, la bóveda con la que cubriría una sala cuadrada, trazando cuatro especies de bóvedas en la pizarra, así como el arco por tranquil, sus usos y aplicaciones.

Satisfechos los examinadores con las obras presentadas y las explicaciones dadas a las preguntas formuladas le vieron con mérito para ostentar el título de maestro arquitecto, grado que le fue concedido en la Junta General del 1 de noviembre de 1846, a los 36 años de edad.

En 1851 fue comisionado por el cabildo de la catedral de Palama de Mallorca para dirigir las obras de restauración de la fachada del templo y la demolición de su parte ruinosa.  En abril se le concedió el término de 48 horas para ejecutar esta empresa, previo estudio del dictamen facultativo realizado por el arquitecto José Frontera y el maestro de obras de la catedral en unión con el ingeniero de caminos, canales y puertos. No pasó mucho tiempo hasta que la autoridad competente dio la orden del derribo, una vez conseguidos los primeros fondos que el gobierno tuvo a bien destinar para este fin. Pero pronto la Academia Provincial de Bellas Artes comunicaría su malestar sobre este hecho al no haberse presentado proyecto alguno de demolición y reconstrucción de la citada fachada. Ante dicho malestar, Sureda contestó que hasta entonces las obras sólo se habían limitado a la simple remoción de un peligro calificado de grave e inminente y que cuando llegase el caso de su reconstrucción remitiría el proyecto de las obras correspondiente como así estaba estipulado.

No contenta la Academia con la contestación dada por el arquitecto le volvió a comunicar que estaba en su derecho de pedirle el plan y los detalles aludidos y que si se negaba a remitirlos daría aviso al gobierno para salvar cualquier tipo de responsabilidad que pudiera tener sobre este asunto. La situación se hizo tan insostenible que Sureda optó por dirigirse a la Academia de San Fernando para que le sacase de dudas y le explicase si el título de arquitecto de esa Academia le autorizaba para dirigir un desmonte sin someter primero el plan de demolición a la censura de la Academia Provincial.

La Sección de Arquitectura celebrada el 23 de septiembre de 1851 estudió los antcedentes de lo ocurrido y teniendo a la vista la Real Orden del 23 de junio acordó dar la razón a Sureda, ya que «si aquella Academia hubiese pedido que, antes de emprender la demolición, se hubiese sacado un plano de la fachada en su estado actual, por conservar un diseño del mérito artístico que pudiera ofrecer, la petición hubiera sido muy justa y atendible, al paso que pedir el plan de demolición no pasa de ser  una exigencia poco fundada, y hasta se puede dudar de su significacion verdadera [...]». Es más, la Sección de Arquitectura aprovechó la ocasión para llamar la atención de la Academia sobre los inconvenientes que se estaban generando a consecuencia de haberse constituido algunas academias en las provincias instalando su Sección de Arquitectura sin haber tenido entrada ni un solo arquitecto.

En 1853 Sureda se ocupó de las obras que debían ejecutarse en el exconvento de dominicas de Ibiza para instalar en su lugar el presidio de aquellas islas. El proyecto de obras fue remitido a informe de la Acaemia corriendo a cargo de su censura el arquitecto Matías Laviña como delegado de la Sección de Arquitectura. Laviña tuvo concluido el informe el 19 de agosto de 1853, momento en que manifiestó como el autor había sacado todo el partido posible del convento aprovechando la mayor parte de sus paredes, suelos, techumbres, patios y accesorios, y sabido enlazarlos perfectamente con la obra nueva. También que estaba muy bien entendida la distribución al dar a cada parte el uso que le correspondía resultando un todo completo y homogéneo, aunque respecto a la cocina debía ser más espaciosa y apropiada al uso de los ranchos y en cuanto a la capilla debía situarse donde la misa fuese vista a cubierto.  A su vez, Laviña vio en el proyecto ciertos errores que debían ser corregidos: «1ª Colocar la Cocina (17) en los espacios del labadero y guardarropa (20 y 22) trasladando ésta (22), donde la cocina, y el labadero (20) al medio del patio (25) donde quiza tendría mas oportuna colocacion./2ª Colocar la Capilla en un templete construido de hierro y cristales sobre la cisterna del patio porticado (24) pues desde las galerias alta y baja podría verse lá misa a cubierto de la intemperie». El informe fue aprobado por la Sección de Arquitectura el 30 de agosto y definitivamente por la Academia en la Junta General del 4 de septiembre de 1853, no sin antes advertir a Sureda los errores que debía corregir para poder mejorar la obra.

El 24 de septiembre de este mismo año de 1853 Laviña realizó el informe correspondiente al proyecto de un teatro para la ciudad de Palma, obra asimismo de Suredea y Villalonga, en el que encontró varios defectos: la insuficiencia en el grueso de algunas paredes para sostener el peso y empuje de las armaduras del tejado; la falta de comunes para los actores y operarios de la escena, así como la posibilidad de establecer otro común junto a la escalera; el no estar arreglada la distribución ni el espaciado de las cajas de los bastidores; ser demasiado pequeños los cuartos de los actores y escasa la esbeltez de las pilatras de la fachada; la falta de igualdad de las luces de los balcones laterales respecto a los centrales; la falta de una sección transversal que diese a conocer mejor las armaduras y apeos como ser escasa una sóla armadura  para el tejado. Dicho informe sería aprobado por la Sección de Arquitectura el 27 de septiembre y por la Academia en la Junta General del 2 de octubre de 1853. 

Junto con Juan Sureda llevó a cabo  los planos y el presupuesto para la construcción de una cárcel en Palma de Mallorca que la Sección de Arquitectura reunida el 20 de septiembre de 1853 encontró poco meditado y sin satisfacer las necesidades de esta clase de edificios, es decir, una distribución que procurase la seguridad, comodidad y salubridad necesarias y al mismo tiempo la debida separación de sexos, edades y delitos. Era evidente que el pensamiento no cumplía con estas condiciones, pero además contenía otros defectos: una cocina compuesta de dos piezas pequeñas y sin luces que podía ser mayor a través de suprimir los tres calabozos dando luces por el patio; la falta de una pieza para mozos y una enfermería provisional que podría establecerse en el sitio destinado a calabozo frente al patio, por el que recibiría la ventilación;  la falta de una capilla en donde poder oir misa; ser inadecuado el sitio de los vigilantes; no estar señalado el destino de muchas de las piezas señaladas entre los números 28 y 41; la necesidad de suprimir las columnas del pórtico descubierto y sustituirlas por unos machoncillos; y por último, no tener los alzados el carácter ni la forma que correspondían a este tipo de edificios. Ante todas estas objeciones, la Academia acordó en la Junta  General del 2 de octubre de 1853 devolver el proyecto a sus autores para su mejor estudio, a fin de poder dotarlo a las necesidades y destino de la obra.

El 31 de marzo de 1866  hizo partícipe a la Academia desde Palma haber recibido su nombramiento como académico corresponsal de la misma en la sesión celebrada el 29 de enero de 1866, oportunidad que aprovechó para manifestar que tenía en su poder el ejemplar de los Estatutos y Reglamentos de la Academia y otro de las Comisiones Provinciales de Monumentos, por lo que daba las gracias y notificaba su aceptación al cargo.


Fuentes académicas: <p class="p1"><span class="s1">Arquitectura. C&aacute;rceles, 1842-1853. Sig. 2-30-2; Arquitectura. Catedrales, 1766-1862. Sig. 2-32-5; Arquitectura. Teatros, 1788-1862. Sig. 2-29-1; Comisi&oacute;n de Arquitectura. Arquitectos, 1846. Sig. 2-13-2; Comisi&oacute;n de Arquitectura. Informes, 1846-1855 Sig. 1-30-2bis; Libro de actas de juntas ordinarias, extraordinarias, generales y p&uacute;blicas, 1848-1854. Sig. 3-91; Libro de registro de maestros arquitectos aprobados por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, 1816-1900. Sig. 3-154, n&ordm; 331; Secci&oacute;n de Arquitectura. Informes sobre realizaci&oacute;n de obras, 1851, 1881-1901. Sig. 4-81-16; Secretario general. Acad&eacute;micos correspondientes, 1851-1900. Sig. 1-53-8.</span></p>

Silvia Arbaiza Blanco-Soler
Profesor TU de la UPM


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