Mariano Fortuny y Madrazo, es considerado como uno de los artistas españoles más polifacéticos de todos los tiempos. Hijo del artista Mariano Fortuny Marsal y nieto de Federico Madrazo, desde joven demostró un excelente talento artístico. Comenzó sus estudios con su tío, el también pintor Raimundo Madrazo, y con el artista francés Benjamin-Constant en París, donde residía antes de trasladarse a Venecia. Fue en París donde el joven Fortuny conoció la obra de Wagner, quedando tan impresionado por ella que acabó plasmando esa admiración en sus colecciones de grabados sobre la ópera. El oro del Rhin, fue considerada su mejor producción, gracias a la cual obtuvo la Medalla de Oro de Segunda Clase en el Exposición Internacional de Múnich, además de ser nombrado Académico de Honor de la Academia de Bellas Artes de Venecia.
Tras largas estancias en París, fijó su residencia y taller en Venecia, junto a su mujer, en 1902. En los siguientes años trabajó diseñando los decorados y aplicó su sistema Fortuny, que permitía la Iluminación escénica por luz indirecta, revolucionando el mundo del teatro. A su vez, inspirado por la colección de tejidos antiguos de su madre, creó sus propios modelos de vestir, presentados en la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París en 1911 y en Nueva York en 1914, obteniendo un gran éxito.
Tras el estallido de la guerra civil española y la muerte de su hermana, Fortuny se retiró de la vida pública, sólo apareciendo como de vicecónsul de España y como Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tras su fallecimiento, su viuda, haciendo suyos los deseos de su esposo, llevaría a efecto numerosas donaciones de obras de arte a diversas instituciones culturales españolas. Actualmente el palacio donde residió en Venecia es conocido como el Palacio Fortuny y alberga su museo.