Gallegos y Arnosa, José
Jerez de la Frontera, Cádiz, 1857 - Anzio, 1917
El coro de niños de Sevilla
Departamento: Museo
Nº Inventario: 1464
Datación: 1889
Dimensiones: 45 x 61 cm
Inscripciones: "J. Gallegos/ROMA 1889, I.r."
Técnica: Óleo sobre lienzo
Procedencia: Adquirido por la Academia con cargo al legado Guitarte el 15 de noviembre de 2006.
Observaciones: Gallegos es sin discusión uno de los mejores costumbristas que siguen las huellas de Mariano Fortuny y de otros artistas nacidos en la década de 1830 como Agrasot, Palmaroli o Jiménez Aranda. Según señalan Reyero y Freixa, el augedel cuadro de pequeño formato, el
tableautin como se decía en Francia, no se debe a la influencia de las Academias ni a las exposiciones nacionales, mucho más favorables al gran lienzo de historia a ser posible de asunto trágico, sino a la clientela privada que no se cansa de comprar escenas agradables, incluso triviales, de factura minuciosa y de tamaño adecuado al interior burgués. El francés Jean-Louis-Ernest Meissonnier, cotizadísimo en vida, constituye el referente principal de este contexto y explica que algunos de los artistas mencionados hicieran en París gran parte de su carrera. En estas composiciones se pueden distinguir dos tipos de obras. Por un lado están las escenas que se sitúan en el mismo tiempo del pintor con asuntos como la picaresca, el idilio rural o el orientalismo. Por otro, las escenas de época, denominadas a veces de "espadachines" o de "casacones" y ambientadas en los siglos XVII y XVIII que fueron especialmente valoradas tras el enorme éxito de Fortuny con
La vicaría.Gallegos se matriculó con diceséis años en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde fue alumno de Federico de Madrazo. Tres años después ya está en Roma, con patrocinio privado, y allí frecuenta la Academia Chigi, uniéndose al grupo de jóvenes artistas españoles liderado por José Villegas. Su entusiasmo por la pintura de Fortuny y por captar la luz del norte de África le llevó a viajar a Tánger en 1879. Su primer gran éxito le llega con el lienzo
Un casamiento marroquí, expuesto en el Círculo de Bellas Artes en 1881, adquirido por el Estado y hoy en el Museo del Prado (nº inv. 4833). En las dos décadas siguientes residió en Roma, donde realizó la mayor parte de su obra.
El pintor fue progresivamente dejando de lado los temas moriscos por otros que podrían denominarse "de sacristía", asunto representado en este lienzo. Los críticos elogian su virtuosismo irreprochable y le proclaman el mejor heredero de Fortuny. Sus interiores de iglesia casi nunca reflejan un lugar real, ya que Gallegos se inventa tanto los espacios arquitectónicos como los elementos decorativos, desde rejas y puertas hasta relieves, que representa con minucioso realismo. Su atractivo aumenta en este cuadro merced a la gracia de los infantes cantores y al grupo de canónigos, tipos humanos certeramente observados, todos presididos por el enjuto y severo maestro de capilla.
Bibliografía:- BONET CORREA, Antonio (coord.), Real Academia de San Fernando, Madrid. Guía del Museo, Madrid, 2012, 276-277.