Tàpies, Antoni
Barcelona, 1923 - 2012
Forma i signes negres
Departamento: Museo
Nº Inventario: 1448
Datación: 1994
Dimensiones: 161 x 113 cm
Técnica: Pintura acrílica sobre papel encolado sobre tela
Procedencia: Donado por el artista y su familia en 2002.
Observaciones: Los lazos familiares con la cultura y la política formaron tempranamente la personalidad de Tàpies. Durante la guerra civil dibuja y pinta como autodidacta, y en la posguerra, convaleciente de una enfermedad pulmonar, sigue dibujando y pintando, lee vorazmente y se interesa por la música romántica alemana, en especial Wagner y Brahms. Inició estudios de Derecho en Barcelona, que no concluirá. Desde sus comienzos como pintor en 1946, Tàpies creó un estilo pictórico muy personal, que evolucionó desde el informalismo, caracterizado por el empleo de materiales de desecho (papel, paja, cuerda, chatarra, etc.), el collage y los graffiti, hasta llegar a una mayor abstracción y simbolización de las formas. Entre 1948 y 1951 perteneció al grupo catalán
Dau al Set y es uno de los miembros de
El Paso. En 1950 realizó su primera exposición individual. A principios de los años 50, durante una estancia en París becado por el gobierno francés, visitó a Picasso en cuyo taller conoció Christian Zervos y Jaume Sabartés. De 1953 data su primer viaje a Nueva York, donde profundizó en las obras del expresionismo abstracto americano con las que encontró afinidades. Durante las tres décadas siguientes expuso en la Bienal de Venecia, en París, Milán, Nueva York, Kassel, Munich, etc., recibiendo numerosos galardones. Realizó además grabados, murales, collages, esculturas y cerámica. En 1977 publicó su autobiografía
Memòria personal , galardonada con el premio Olavide en 1979. En 1984 se crea la Fundació Antoni Tàpies que desde 1990 tiene su sede en el edificio Muntaner y Simón, de Barcelona.
Investigador profundo del campo de la materia, desarrolla en sus cuadros una poética inédita de una realidad inadvertida en la que la presentación sustituye a la representación. En la década de los noventa, su pintura transforma su lenguaje y se renueva con enorme vitalidad. No le interesa lo acabado, ni la visión cerrada de las cosas. El lienzo o el papel, aligerados respecto a la pintura matérica de épocas anteriores, se convierten en espacios atravesados por grafismos, gestos ásperos o fluidos que parecen interrogar, adentrarse en el misterio.
Bibliografía:- BONET CORREA, Antonio (coord.), Real Academia de San Fernando, Madrid. Guía del Museo, Madrid, 2004, 339.
- BONET CORREA, Antonio (coord.), Real Academia de San Fernando, Madrid. Guía del Museo, Madrid, 2012, 351.
Fotografías: Pepe Baztán
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